Es evidente que el ya desgastado modelo socialista del siglo XXI en América Latina sigue pasándoles una costosa factura a sus gobernantes. No solo por el oscuro panorama económico que los persigue, sino por sus incontrolables anhelos de perpetuarse en el poder al punto de fracturar a sus sociedades tal y como viene sucediendo en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Este último país, con un presidente posesionado desde el 2006 y con licencia para gobernar hasta 2020, volvió a dejar ver su crisis política y fractura social tras las declaraciones del partido gobernante (Movimiento al Socialismo, MAS) de estudiar a través de varias vías legales la posibilidad de un cuarto periodo (hasta 2025) del presidente Evo Morales, justo un año después de que un referéndum le cerró las puertas de una nueva reelección. (Ver también: Evo Morales pierde referendo que le permite ser reelegido).
Varios analistas consultados por EL TIEMPO coinciden en que cualquier medida que ejecute el oficialismo para buscar otro periodo es inconstitucional y se haría por fuera de la ley.
“No se puede preguntar a la gente nuevamente algo que ya está establecido, lo único que queda es aplicar. De esta manera, en el 2019 tanto el actual presidente como el vicepresidente no podrán ser candidatos y se debe dejar en claro que no se modificará el artículo 166 de la Constitución”, explicó Iván Arias, analista político y líder por el ‘No’ del pasado referéndum y de las multitudinarias marchas del pasado 21 de febrero, conocidas como el 21F.
Ese día, más de 800.000 personas –cifras no oficiales– salieron a marchar en todo el país para rechazar las intenciones del Gobierno y también contrarrestar las otras protestas convocadas por el MAS para demostrar que lo que hubo el año pasado en las urnas fue producto de un escándalo mediático y de desprestigio originado por la oposición.
Morales sostiene que la derrota de esa vez -la primera desde que asumió en 2006- fue producto de un escándalo mediático que involucró a la firma china CAMC y a su expareja, Gabriela Zapata, quien alegaba tener un hijo del gobernante, aunque finalmente se estableció que el menor no existe. Tras el caso, Zapata, quien representaba a la firma CAMC -con millonarios contratos con el Estado- cumple prisión como parte de una investigación por legitimación de ganancias ilícitas.
De ahí nace precisamente la primera de las cuatro vías que plantean: que la consulta que se realizó en enero del 2016 sea anulada y en su defecto se tenga que realizar otra, partiendo de la idea de que el pueblo votó engañado.
"Una de las vías a las que se recurre es que se resuelva el supuesto engaño que sufrió la población en su conjunto en el referéndum del año pasado. Ellos piensan anular esa votación y hacer otra nueva. En este caso, tomando en cuenta las reacciones que la población ha tenido a través de las manifestaciones y protestas del pasado 21 de febrero, el gobierno se está dando cuenta de que no es viable. Aparte de que es inconstitucional, el gobierno lo perdería de nuevo por una cantidad mucho más alta que la vez pasada", afirmó José Blanes, investigador del Centro boliviano de Estudios Multidisciplinarios.
La segunda vía que proponen es una enmienda a la Constitución con la excusa de modificar otros artículos, pero que en realidad sería para permitir una reelección indefinida con una Rama Judicial más afín a sus propósitos.
"Modificando la Constitución, que hasta el momento el Gobierno no ha explicado como lo haría, se tocarían otros temas pendientes en la agenda; no solo la reelección indefinida para el Presidente sino también para gobernadores y alcaldes, así como otros temas afines a la Rama Judicial", señaló Arias.
La tercera idea que se estudia es que Morales renuncie a su cargo y deje el poder en manos del actual vicepresidente. En este caso, como no terminaría su mandato, este periodo no se tomaría en cuenta, y tendría vía libre para volverse a presentar. Pero antes debe haber una decisión del Tribunal Constitucional que en septiembre próximo tendrá nuevos jueces, seguramente aliados del Gobierno.
La última y tal vez la propuesta que más fuerza puede tener es la llamada Vía Nicaragua, como se aplicó en ese país la fórmula para buscar la reelección presidencial.
Según el analista político Carlos Cordero, "se han lanzado algunos señuelos absolutamente de distracción. Son cuatro argumentos que ha planteado el Gobierno, pero en realidad yo los llamo señuelos porque el verdadero plan que tiene el oficialismo es que el MAS podría recurrir al Tribunal Constitucional y consultar el mecanismo del ‘derecho preferente’, es decir, si es posible privilegiar el derecho de un ciudadano a participar como candidato, por encima de la limitación constitucional”, afirma.
Cordero, fuerte crítico del Gobierno, cree que el Tribunal podría conceptuar que la Constitución “reconoce los derechos políticos y estos derechos son más importantes que la prohibición que está en la Constitución, por tanto, Morales puede postularse las veces que sea necesario”. Es un tema que debe evaluar el Congreso, donde el gobernante tiene mayoría. En este caso específico, el MAS no estaría obligado a ir a un nuevo referéndum ni a hacer modificaciones a la Carta Magna.
"Hoy en día tenemos un Tribunal Constitucional que va a cesar en sus funciones en octubre de 2017. De esta manera, el nuevo Tribunal va a ser renovado en su totalidad y la composición va a ser con personalidades afines al Gobierno, porque estos jueces van a ser elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia donde el socialismo tiene los dos tercios de los miembros. Esa es la verdadera estrategia, no las otras. Todas las movilizaciones que se están haciendo son elementos de distracción", puntualizó Cordero.
Los simpatizantes de Evo, entre ellos sindicalistas, campesinos y organizaciones sociales, que salieron a las calles también el 21F para manifestarle su apoyo, insisten en que el gobernante puede postularse en los comicios del 2019. “Este es el pueblo que apoya al proceso de cambio, este es el pueblo que apoya al presidente Evo y este es el pueblo que va a apoyar a nuestro presidente en el 2019 para que siga siendo nuestro mandatario, para que siga gobernando y para que cumpla con la Agenda 2025”, afirmó durante las marchas Rolando Borda, candidato oficialista a la gobernación de Santa Cruz y dirigente de la Central Obrera Departamental cruceña.
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"Si nos ajustamos a la ley y a la Constitución, ninguna de las cuatro propuestas es legal. Por lo tanto, lo que van a hacer es pasarse por encima de la ley con el control que tienen en el Parlamento, el Tribunal Electoral y el Tribunal Constitucional. Ellos tienen decidido si o si ir con Morales a las elecciones de 2019, pero de todas maneras con el susto de perderlas por el descontento que hay en la población. Pero sin duda, Evo Morales es su única carta fuerte", explica Arias, al asegurar que las marchas en la calle se van a mantener para demostrarle al Gobierno que el pueblo quiere y exige un cambio radical.
Pero si logra postularse, eso tampoco significaría un triunfo. Según una encuesta reciente, el 64 por ciento de los bolivianos se opone a que Morales se postule por cuarta vez y solo un 33 por ciento está a favor. Según el sondeo, un 47 por ciento cree que el partido gobernante perdió adeptos porque fue erosionado por la corrupción, como la malversación de un fondo indígena o el manejo indebido de los recursos del Estado.
De acuerdo con la encuestadora Mercado y Muestras, por encargo del diario ‘Página Siete’, si Morales logra postularse perdería en una segunda vuelta por 40 por ciento contra un 35 ante el expresidente Carlos Mesa, que ya ha manifestado sus intenciones de no ser candidato, pero la oposición se lo pide a gritos. (Leer: Evo Morales buscará reelegirse para su cuarto mandato en 2019).
Según Arias, “después del 21F se logró movilizar y concientizar a la gente de que falta un cambio”. “La oposición tiene que sentarse a capitalizar lo que ha ganado. Ahora están cada uno por su lado. El llamado es a la unión. Hay un país predispuesto a seguir el nuevo liderazgo y eso se debe materializar”, dijo.
Y concluye: "Evo morales podría haberse ido hace años por la puerta grande, pero así son los líderes del socialismo del Siglo XXI que no creen en la democracia, solo la utilizan para perpetuarse en el poder. Lo hemos visto en Venezuela, en Ecuador. Cuando el poder corrompe todo es posible, y Bolivia no está exenta de eso".
Para Blanes, “también se habla de la posibilidad de un Evo Morales que no se presente a las elecciones para no deteriorar más su imagen y la de su partido, pero que seguramente va a buscar a un candidato con el cual pueda seguir su política de gobierno”.
Lo cierto es que con Evo o sin él, está claro que el modelo socialista en Bolivia, en medio de su desgaste, seguirá esquivando los bloqueos democráticos para cumplir con su objetivo de aferrarse al poder como sea.
ANDRÉS RUIZ
Redacción internacional
En Twitter: @ruizandress
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