Ecuador se sumó este jueves a los países de la región que atraviesan una crisis, después de que el Gobierno impuso el estado de excepción para intentar aplacar la ira social que estalló en las calles, tras el fin de subsidios a combustibles acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Acosado por un alto endeudamiento y falta de liquidez en la economía dolarizada, el gobierno del presidente Lenín Moreno pactó un programa de créditos con el organismo, por 4.209 millones de dólares, que incluye el desmonte de esos subsidios, que demandaban unos 1.300 millones de dólares anuales.
El incremento de las tarifas del diésel y la gasolina, de hasta un 123 por ciento, precipitó una huelga nacional de transportadores. Miles de manifestantes se movilizaron en varias ciudades e, incluso, algunos exigieron la renuncia de Moreno, en medio de choques con la policía, que dejaron al menos 19 detenidos.
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El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, afirmó que el estado de excepción es para "evitar el caos" en el país.
Miguel Rajmil / Efe
El mandatario endureció su respuesta y decretó el estado de excepción por 60 días para “evitar el caos”. Sin embargo, en Quito, los manifestantes se mantuvieron en las calles en un abierto desafío al Gobierno, que quedó facultado para emplear la fuerza armada en el control del orden público, restringir el derecho a la movilización o imponer la censura previa a los medios.
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Sin un sólido apoyo en el Legislativo y con las encuestas en contra, Moreno lidia con las primeras consecuencias del convenio que suscribió en marzo con el FMI para obtener créditos. Los transportadores pararon en varios puntos, y universitarios salieron a las calles en Quito en el marco de la mayor huelga en Ecuador desde la llegada de la izquierda al poder en 2007.

Según el Gobierno ecuatoriano, al menos 19 personas fueron detenidas este jueves durante las protestas en Quito.
Reuters
Las clases también fueron suspendidas. En la capital y otras ciudades, los buses y taxis dejaron de circular. Se prevé que organizaciones indígenas y sindicales se unan a la protesta. El galón americano de diésel pasó de 1,03 a 2,30 dólares y el de gasolina corriente, de 1,85 a 2,40 dólares.
El malestar social evoca el pasado de inestabilidad en el pequeño país petrolero. Tres presidentes –dos de los cuales intentaron reajustes económicos– fueron derrocados entre 1996 y 2007, cuando Ecuador llegó a tener siete mandatarios.
Según los analistas, esta es una dura prueba para Moreno. “Esperaría que estas protestas no tengan la presión para que el Gobierno eche atrás las medidas. (Eso) sería una señal de debilidad enorme del Gobierno, que le implicaría mayores problemas que los que está intentando resolver”, dijo el politólogo Santiago Basabe, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Quito.
La crisis en Ecuador se suma a las de Argentina, Perú y Venezuela, otros países de la región en aprietos.
Mientras las protestas se llevaron la atención en territorio ecuatoriano, en Perú, el presidente Martín Vizcarra trató este jueves de atajar la crisis política que llevó esta semana al mandatario a disolver el Congreso, en medio una puja con los parlamentarios por el control del Tribunal Constitucional. Vizcarra juramentó a sus nuevos ministros –entre ellos un fujimorista disidente–, mientras que los cesados congresistas exigían anticipar las presidenciales de 2021, propuesta que ellos mismos negaron al presidente.

Martín Vizcarra, presidente de Perú, presenta su nuevo gabinete de ministros.
Paolo Aguilar / AFP
El jefe de Estado de Argentina, Mauricio Macri, tampoco se quedó atrás. En un acto de campaña, prometió este jueves “resolver” la difícil situación económica que enfrenta el país si es reelegido el 27 de octubre. Según datos oficiales presentados el lunes pasado, Argentina registró una cifra de pobreza del 35,4 por ciento durante el primer trimestre del año, el dato más alto desde la crisis económica del 2001.
Por su parte, Venezuela se mantiene en la crisis social, política y económica que ha llevado a la escasez de productos básicos y a que millones de venezolanos hayan abandonado su país. Justo este jueves, el ministro de Petróleo de Venezuela, Manuel
Quevedo, afirmó que el régimen de Nicolás Maduro quiere aumentar este año la producción de petróleo a un nivel de entre 1,5 millones y 1,6 millones de barriles al día para volver al nivel de 2018. Pero hoy, la producción es de 650.000 barriles diarios.
EFE y AFP
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