Henrique Capriles, gobernador del estado Miranda y excandidato presidencial venezolano, dijo en Lima que un golpe militar o un estallido social no se ha dado en su país gracias a que el referendo revocatorio está vivo.
El dirigente fue recibido por el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski y por la titular del Congreso, Luz Salgado.
¿Bajo qué condiciones está dispuesta la oposición a dialogar?
El punto de inicio es el respeto a la Constitución. Quiero que tenga claro que el revocatorio no es mío. Los políticos no tenemos el derecho de negociar los derechos del pueblo. Para que haya diálogo tiene que respetarse el derecho constitucional del pueblo a decidir su futuro. (Lea también: Justicia venezolana confirma condena contra opositor Leopoldo López)
Entonces, no habrá diálogo porque el Gobierno no acepta esas condiciones...
Depende de Maduro. Él quiere el diálogo para lavarse la cara, para que pase el tiempo y no haya revocatorio.
¿Qué va a pasar el primero de septiembre? ¿A cuántas personas piensan sacar a la calle?
Todas las personas que podamos. Yo nunca he dicho “se movieron tantas personas”, porque al final uno nunca tiene una calculadora para saberlo.
Mucha gente pobre que hace cola a diario debe haber firmado en la primera etapa revocatoria, pero ello no se siente en las últimas movilizaciones de la oposición. ¿Hay una desconexión entre la oposición y ellos?
Salgo a la calle todos los días y a donde voy muevo a la gente. La gente está haciendo cola para comprar comida; si los convoco a una movilización política, lógicamente van a preferir la cola. Ahora, el reto que tiene la política es que la gente pueda comprar comida y sumarse a su vez al movimiento para exigir sus derechos. Tenemos que entender que el cambio no nos lo van a regalar, lo tenemos que parir. El cambio no depende de que salgan cinco millones o un millón.
Pero mientras más personas protesten por el revocatorio este año, el Gobierno va a sentir más presión...
Es correcto y es el reto que tenemos para el primero de septiembre, para mañana y para pasado mañana. (Además: El abecé del referendo revocatorio contra Maduro)
Padrino López (ministro de Defensa y comandante de la Fuerza Armada) es una suerte de superministro…
No. Maduro le puso una papa caliente porque quiere hacerle creer a la Fuerza Armada que si él se hunde, ellos también. Lo que ha hecho es trasladarles a los militares el principal problema del país: la falta de comida.
¿Y no se puede interpretar más bien que la Fuerza Armada está cerrando filas en torno a Maduro?
Es que una cosa es la Fuerza Armada como ente, y otra, la cúpula militar. Los segundos están con Maduro, el resto vive la crisis.
¿Está abierto un escenario de golpe de Estado?
Está latente. Yo no lo quiero. Sería una desgracia para el país un golpe militar o un estallido social. Y no se ha dado ni lo uno ni lo otro por el revocatorio, porque está vivo, es la esperanza del pueblo. Por eso, Maduro no se ha atrevido a matarlo, tiene la intención de hacerlo, pero no lo ha hecho porque sabe que es una bomba que puede estallar. (Además: Crisis, la revolución es exactamente eso)
Las consecuencias de la movilización del 2014 fueron cárcel para Leopoldo López y más represión. ¿No teme que después del primero de septiembre ello empeore?
Yo no participé en esa movilización. A Leopoldo López tenemos que liberarlo. Yo no estuve de acuerdo con esa política, pero eso ya pasó. Ahora hay otra realidad. En la Venezuela de aquel momento, el Gobierno tenía un apoyo del 54 por ciento; hoy estará en el 20. Además, cada vez hay menos voluntad de obedecer las órdenes de represión. Yo creo que sí habrá revocatorio, porque el país está a punto de un quiebre, y hay que lograr que ese quiebre sea electoral, no un estallido social, porque un estallido social barre con el país, acaba con todo.
¿Y sirve de algo si finalmente la revocación es después del 10 de enero?
El revocatorio después del 10 de enero significa que sale Maduro y se queda el vicepresidente. Un gobierno revocado, en cualquier escenario, está liquidado.
El otro campo que tenían ganado era el Congreso, para dar la batalla política, pero este ha sido neutralizado. ¿Han perdido esa batalla?
La batalla popular la hemos ganado. La batalla legal la tiene el Gobierno. Pero el Gobierno con eso está acelerando su caída. Su radicalización no le ha aportado ningún beneficio. Sus asesores a diario lo empujan al barranco.
¿No teme que ahora la represión judicial apunte contra usted?
Yo ya estuve preso. Usted sabe que cuando una persona está presa es como cuando se pierde la virginidad. Se pierde una sola vez. Miedo no le tengo a eso. Ahora, si Maduro cree que metiéndome preso evitará el cambio, está muy equivocado. Meterme preso y la radicalización adelantarán su salida.
¿Cómo están las cosas en la MUD? ¿Se acabaron las diferencias?
Hay unidad. La unidad no puede ser pensamiento único; la democracia es debate, son posiciones distintas, ese debate fortalece. Hay una unidad absoluta en torno al revocatorio. Y quién será luego el candidato presidencial lo decidiremos en primarias.
¿Usted quiere serlo?
No es un secreto que nadie ha logrado en Venezuela todo lo que ha hecho este servidor. Ahora, mi trabajo no es por un cargo; mi vocación de vida es servir a mi patria. Mi principal preocupación es la pobreza, las desigualdades. Yo no soy de derecha, soy progresista. Mi bandera es la educación.
El 70 por ciento del presupuesto de mi estado lo invierto en educación. Qué más progresista, igualitario y revolucionario que la educación.
ROGER ZUZUNAGA RUIZ
EL COMERCIO (Perú)
Lima.
