La primera vuelta de las presidenciales en Brasil del pasado 7 de octubre dejaron un país totalmente dividido. Son varias las posibilidades para que el izquierdista Fernando Haddad, luego de obtener el 29 por ciento, llegue a la casa presidencial, pues está en juego el respaldo político de los otros partidos claves del país y un seis por ciento de indecisos, porcentaje representativo en el registro electoral.
Sin embargo, la encuestadora Ibope divulgó un sondeo a última hora de este lunes que muestra a Bolsonaro con una ventaja dominante con el 59 por ciento de la intención de voto, frente al 41 por ciento de Haddad.
El estudio también no se la pone nada fácil, pues Haddad ahora tiene una mayor tasa de rechazo: el 47 por ciento de los encuestados dijo que nunca lo votaría, comparado con el 35 por ciento de su rival político.
Por su parte, el ultraderechista Jair Bolsonaro, el ‘Trump brasileño’, obtuvo el 46 por ciento en las votaciones, cifra que le afirma su cercanía a la presidencia brasileña.
Algunos de los partidos ya definieron a quién le darán sus votantes. El socialista Haddad, abanderado por el Partido de los Trabajadores (PT), cuenta con el respaldo “crítico” de Ciro Gomes, candidato de centro que logró un 12 por ciento y el tercer puesto en la pasada contienda electoral.
Este es el apoyo más poderoso que ha recibido Haddad, como lo explicó a EL TIEMPO el doctor en sociología de la Universidad Alberto Hurtado de Chile, Alexis Cortés. “De todos los candidatos con votaciones significativas en primer vuelta, los simpatizantes de Gomes pueden ser los que con mayor volumen se transfieran a Haddad”, aseguró.
A su vez, Bolsonaro se da a conocer como un candidato que provoca campañas de rechazo, como afirmó la experta en gobernabilidad de América Latina, Lucía Dammert. “Si bien, todos los otros candidatos hacen señales de que van a apoyar a Haddad, todavía no está conformada una gran coalición de gobierno. Lo que hay es un voto anti Bolsonaro, pero como es más sentimental, los resultados pueden cambiar con mucha rapidez”, dijo Dammert.

Jair Messias Bolsonaro nació hace 63 años en Glicerio, un municipio al interior del estado de Sao Paulo.
Reuters
De acuerdo con Cortés, la exposición nula de Bolsonaro en los debates, también se presenta como un problema para Haddad, debido a no ha podido dejar en evidencia su imagen.
La más reciente encuesta de Datafolha expuso que el total de votos válidos en segunda vuelta sería de un 58 por ciento para Bolsonaro, mientras que Haddad alcanzaría un margen considerable del 42 por ciento.
Mientras tanto, los aspirantes establecen maniobras y están a la espera de los resultados, como lo aseguró el director del Instituto de Estudios Estratégicos de Brasil, Eurico de Lima Figueiredo.
“El candidato de derecha parece no tener inclinación hacia el apoyo de los partidos. Recibió una estruendosa votación que lo hace depender de sí mismo y espera que el apoyo le llegue por oportunismo de otros partidos y líderes políticos”, afirmó.
El candidato de derecha parece no tener inclinación hacia el apoyo de los partidos. Recibió una estruendosa votación que lo hace depender de sí mismo
“Tal vez una de las cosas más importantes es ver hasta qué punto le está costando o no en las encuestas (a Haddad) las visitas a la cárcel a Lula. Todavía está por verse si verdaderamente se puede liberar de una relación personal”, aseguró Dammert.
“Gomes y el mismo Fernando Henrique pueden apoyar a Haddad y eso puede mover un poco”, expresó Dammert. Aunque, sostuvo que Bolsonaro sigue a un paso de la presidencia. “Históricamente en Brasil el que ha ido segundo nunca ha ganado”, aseguró.
Si bien es cierto que los dos candidatos difieren en las encuestas, Cortés manifestó que la posibilidad de Haddad para llegar a la presidencia “es baja, pero no imposible”.
Pese a que se muestra difícil un aumento de los seguidores del candidato de Lula, “no cuenta con el voto a su favor, pero sí con el voto en contra a Bolsonaro”, apuntó de Lima Figueiredo.
La clave radica en la articulación política e ideológica que consiga. “Es básicamente lo que el PT está apostando: la unidad de todos los sectores que consideran a Bolsonaro un peligro para la democracia”, finalizó Cortés.
MEREDITH PEÑUELA ROJAS
EL TIEMPO
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