Luego del gobierno de José Sarney que gobernó entre 1985 y 1990, llegó al poder Fernando Collor de Mello, quien tenía como vicepresidente a Itamar Franco, del PMDB, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, que lidera Michel Temer.
Durante su presidencia, un colosal escándalo de corrupción minó el Gobierno de Collor y Franco, junto al PMDB, se desmarcó y apoyó el juicio de destitución abierto por el Senado contra el mandatario, quien finalmente dimitió el 29 de diciembre de 1992 cuando comprendió que no podría impedir su caída.
Collor de Mello llegó a la presidencia el 15 de marzo de 1990, con 39 años y 35 millones de votos, para entonces un récord en la historia de Brasil. Pero pronto empezaron los problemas: inversiones dudosas, filtraciones comprometedoras. La revista Veja de Brasil lideró una investigación y develó así un descomunal esquema de corrupción liderado por su tesorero de campaña y su testaferro, el empresario Paulo César Farías.
En 1994, Collor fue absuelto por falta de pruebas de corrupción pasiva en el juicio que les siguió el Supremo Tribunal Federal (STF), máxima corte de justicia del país. El fallo absolutorio se decidió por el voto favorable de cinco de los ocho miembros del Tribunal Superior de esa época.
El expresidente es ahora senador y es uno de los que voto a favor de darle curso al proceso contra Rousseff en dos votaciones realizadas en etapas anteriores del juicio político en el Senado.
Collor de Mello se refirió más a su propio ‘impeachment’ que al actual durante el proceso, pero fue muy crítico con el Gobierno de Rousseff, al que acusó de ser el ‘origen’ de la crisis que vive el país.
Rousseff, se transforma ahora en la primer líder brasileña que debe dejar su cargo antes de tiempo desde el caso de Collor.
CON AGENCIAS Y LA NACIÓN, ARGENTINA (GDA)