Los deseos de Fidel Castro siguen siendo órdenes en Cuba. Ayer, la Asamblea Nacional aprobó una ley que prohíbe el uso en espacios públicos del nombre y la imagen del líder cubano fallecido el pasado 25 de noviembre.
Durante la sesión ordinaria presidida por Raúl Castro se aprobó el presupuesto del 2017 y se anticipó un crecimiento en torno al 2 % después de un año tenso a causa de las “limitaciones financieras”.
“Se prohíbe emplear su nombre para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico”, regula la nueva ley.
Además impide la utilización de su figura “para erigir monumentos, bustos, estatuas, tarjetas conmemorativas y otras formas similares de homenaje”.
La nueva norma va más allá al impedir también el uso comercial o publicitario de la imagen o el nombre del impulsor de la revolución que triunfó en 1959. Así, al contrario de lo que sucede con el recuerdo de Ernesto ´Ché´ Guevara será imposible ver el rostro de Fidel en emblemas, marcas, lemas y rótulos de establecimientos.
La excepción en el uso del nombre es “para denominar en un futuro alguna institución que se cree, conforme a la ley, para el estudio de su invaluable trayectoria en la historia de la nación”. Igualmente se podrá utilizar sus imágenes en “actos públicos, así como se mantendrán como hasta hoy sus fotos en centros de trabajo o de estudio, unidades militares e instituciones”.
El deseo de Castro de que se evitara el “culto a la personalidad” viene de tiempo atrás. Fue reiterado en su última voluntad según refirió su hermano Raúl en el acto publico de despedida celebrado el 3 de diciembre en Santiago de Cuba.
Sin embargo, algunos de sus adversarios sostienen que eso es para que no puedan repetirse imágenes como las de Libia o Irak, de adversarios derribando estatuas con su figura.
Por lo que respecta al área económica, Raúl Castro admitió que “las limitaciones en el suministro de combustibles y financieras se agravaron en el segundo semestre, lo que hizo que el PIB decreciera en el orden del 0.9 % (del 1 % previsto); a pesar de ello se preservaron los servicios gratuitos que disfruta nuestra población que se contrapone a los vaticinios de que la economía cubana colapsaría y que volverían los molestos apagones”. Anticipó que la previsión de crecimiento del 2 %.
El futuroEn la segunda y última sesión anual del parlamento unicameral se aprobó la Ley del Presupuesto del Estado para 2017, que incluye novedades en el ámbito tributario y especial atención a la lucha contra la evasión de impuestos y el impago de multas con el fin de "combatir la impunidad".
Se insistió en la necesidad de sustituir importaciones y reforzar la producción nacional, de reducir gastos no imprescindibles y a garantizar las exportaciones y sus cobros. Castro llamó a dinamizar la inversión extranjera en Cuba y a “superar la mentalidad obsoleta, llena de prejuicios contra la inversión foránea”.
El presidente aclaró: “No vamos hacia el capitalismo, pero no debemos cogerle miedo ni ponerle trabas a lo que podemos hacer en el marco de las leyes vigentes”, agregó. Invitó a “profundizar en los errores del pasado, para nunca repetirlos”.
El deshielo con Estados Unidos ha fomentado el turismo desde ese país que ha crecido más del 83 % en los primeros seis meses del año. Se han abierto hoteles, llegan vuelos regulares de compañías aéreas y cruceros de bandera estadounidense. Eso junto al acuerdo con la Unión Europea tras eliminar la Posición Común convierten al turismo en uno de los puntales del futuro económico cubano.
El levantamiento del bloqueo y mayor flexibilidad en las contrataciones por la parte cubana contribuiría al arribo de la inversión extranjera que necesita la isla. Todo ello dependerá del rumbo que marque Donald Trump cuando llegue el día 20 a la Casa Blanca. Aunque según Raúl Castro, de todas las situaciones adversas se sale con “optimismo”
Milagros López de Guereño
Corresponsal de EL TIEMPO
LA HABANA