La expresidenta de Argentina Cristina Fernández está contra las cuerdas, pues deberá ir a juicio oral como imputada en una de las cuatro investigaciones que se adelantan en su contra.
Se trata de la pesquisa que se inició por la denuncia que presentaron los entonces legisladores opositores Mario Negri y Federico Pinedo en el 2015, sobre si mediante la celebración de contratos de futuros de dólar, el Banco Central pactó, durante el gobierno de Fernández, vender dicha moneda a 10,65 pesos por unidad, un precio por debajo del establecido en la Bolsa de Nueva York, que por aquel momento se encontraba en torno a los 14 pesos por unidad.
Según el juez del caso, Claudio Bonadio, esta política ocasionó pérdidas a la entidad bancaria por unos 3.400 millones de dólares, al cambio actual, entre septiembre del 2015 y junio del 2016. Por ese motivo, la exmandataria fue acusada de “administración infiel en perjuicio de la administración pública”, al igual que todos los implicados: el expresidente del Banco Central Alejandro Vanoli y trece ex altos cargos de su gobierno, cuyos bienes fueron embargados en mayo del 2016 por un valor de 949.000 dólares a cada uno.
De esta forma, se da por terminada la fase de instrucción a cargo de Bonadio e inicia la fase de juicio.
Por su parte, y tras conocer la situación, la expresidenta reaccionó publicando un emoticón en su cuenta en Twitter junto a una captura de pantalla de un titular de un medio que no identificó y que reza: “La auditoría aprobó las cuentas de la gestión de Cristina”.
Fernández también tiene abierto otro proceso por el caso de Los Sauces y tiene dos investigaciones más, una de ellas es la del atentado contra la comunidad judía Amia en 1994, que investigaba el fallecido fiscal Alberto Nisman.