Chile abrió esta semana el último capítulo de su proceso constituyente con la presentación del borrador de la nueva Constitución y la posterior entrega del texto a la Comisión de Armonización, órgano que inició este martes las últimas correcciones de la que sería la nueva carta magna del país.
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Después de diez meses de trabajo, la Convención Constitucional hizo entrega del borrador —que consta de 499 artículos— en una emotiva ceremonia en el monumento Ruinas de Huancacha, en Antofagasta, como símbolo de los anhelos de descentralización del país que recoge la nueva ley.
“Con estas normas y artículos comenzamos a construir un Chile más justo”, dijo la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros, en la ceremonia.
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La redacción de este texto fue la salida política que encontró Chile para apaciguar las violentas protestas que estallaron en octubre de 2019 en reclamo de mayor justicia social en un país muy desigual, en que solo en 2021 el patrimonio de los chilenos más ricos representó el 16,1 por ciento del PIB, según estimó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Así, el objetivo de un gran número de constituyentes fue engrosar los derechos sociales con respecto a la carta magna actual -de marcado corte neoliberal y heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)-.

Maria Elisa Quinteros, presidenta de la Convención Constitucional, con el borrador de la nueva carta magna de Chile.
AFP
El punto de inflexión, según los expertos, es la definición de Chile como un “Estado social de derecho”, terminando así con cuatro décadas del denominado “Estado subsidiario”.
El borrador también pone fin a la privatización de los servicios básicos: acaba con el mercado del agua, propone un sistema universal de salud y fortalece la educación pública, laica y gratuita en todos sus niveles.
Se habla también de la corresponsabilidad de género, la protección del medio ambiente o de engrosar los derechos de los pueblos indígenas, que hasta ahora no habían sido incluidos en ningún proceso constituyente.
Por otro lado, crea la Cámara de las Regiones, órgano que reemplazará al Senado actual, quizá una de las iniciativas más polémicas del borrador.
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El texto es una mala propuesta de Constitución y sus disposiciones le harán un daño irreparable al país
Para los constituyentes, el texto consagra un “nuevo catálogo de derechos sociales” y reconoce a sectores históricamente excluidos.
El socialista Pedro Muñoz afirmó, por ejemplo, que “la gran mayoría de los chilenos se va a sentir reflejado en el texto porque por primera vez se ha constituido de manera democrática, amplia y plural”.
Sin embargo, el borrador no genera devoción entre los constituyentes conservadores, que lo califican de “partisano” e “indigenista” y llaman directamente a rechazarlo en el plebiscito del 4 de septiembre.
“Queda pendiente la elaboración de una propuesta que una y no segregue”, afirmó la conservadora Marcela Cubillos, exministra de Medio Ambiente.
Este martes, el partido Republicano de Chile se convirtió en uno de los primeros en expresar su rechazo formal al borrador, afirmando que “el texto es una mala propuesta de Constitución y sus disposiciones le harán un daño irreparable” al país.
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Convención Constitucional en Antofagasta, en la presentación del borrador de la nueva carta magna de Chile.
AFP
Según citó el diario chileno El Mercurio, el partido afirmó que la Convención “fracasó en su misión de redactar una Constitución que represente a los chilenos y que establezca las bases del desarrollo futuro”.
Y las alarmas también están encendidas dentro del gobierno de Gabriel Boric, ante el aumento del rechazo social al texto. La encuesta Pulso Ciudadano expuso que un 42,7 por ciento de la población votaría en contra, mientras que un 27,8 por ciento estaría a favor. Fue en marzo cuando, por primera vez, los resultados dieron la vuelta hacia el rechazo a la nueva carta.
Ahora, la Comisión tendrá hasta el 9 de junio para realizar cambios en cuanto a gramática o coherencia jurídica y para eliminar repeticiones, pero no podrá alterar el contenido de base de los artículos ya aprobados.
En paralelo, trabajarán otras dos comisiones: la de Preámbulo, encargada de elaborar el texto que abre la carta magna, y la de Normas Transitorias, a cargo de los artículos que regularán la transición de Constitución.
*Con información de AFP y EFE.
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