Jair Bolsonaro, el ultraderechista aspirante a la presidencia de Brasil, quien el domingo ganó por un amplio margen la primera vuelta y se perfila como favorito para dirigir a la potencia latinoamericana se ha caracterizado por un duro discurso en contra de minorías, la corrupción, la izquierda y en favor de una mano fuerte para dirigir los destinos del país.
Pero también se ha conocido que bajo un eventual gobierno suyo relajará las normas de protección ambiental y hay un riesgo real de que la deforestación de la Amazonia se acelere.
Esto porque Nabhan Garcia, el principal asesor en materia medioambiental y agrícola del excapitán del ejército, que quiere dirigir al país, dijo que se disminuirá el valor de las multas a los agricultores brasileños que violen leyes ambientales.
La Amazonia no es nuestra y es con mucha tristeza que yo digo eso, pero es una realidad y tenemos cómo explorar en alianzas esa región.
Garcia, un líder conservador y quien sería uno de los considerados por Bolsonaro para encabezar la cartera agrícola, confirmó también los planes de fusionar los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura. "Sí, tenemos que fusionar los dos (ministerios). Necesitamos reducir la burocracia y dar seguridad legal a los agricultores", dijo después de una reunión con asesores de Bolsonaro en un hotel de Río de Janeiro.
"Tenemos que terminar con esta industria de multas, terminar con la persecución contra los productores rurales en Brasil", agregó.
El país alberga aproximadamente el 60 por ciento de la selva amazónica, posiblemente la mejor defensa de la naturaleza contra el calentamiento global, donde los árboles absorben el dióxido de carbono.
La destrucción de la selva es causada principalmente por la ganadería ilegal, la tala y la agricultura.
La capacidad de Ibama, la agencia de protección ambiental de Brasil, para multar a quienes violan las leyes ambientales es una de las mejores herramientas para frenar la destrucción de la selva, lo que avivó el temor a que un gobierno de Bolsonaro lleve a un aumento de la deforestación.
El candidato presidencial brasileño, Jair Bolsonaro, no parece muy proclive a defender el medio ambiente.
Reuters
Ibama no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios. Bolsonaro, quien ganó el 46 por ciento de los votos en la primera vuelta de las elecciones del domingo pasado, enfrentará al izquierdista Fernando Haddad, quien obtuvo el 29 por ciento de los votos, en un balotaje el 28 de octubre.
Pocos planteamientosBolsonaro ha dicho que se opone a que Brasil cree más reservas ambientales o áreas reservadas para los pueblos indígenas del país. También ha dicho que saldría del Acuerdo de París contra el cambio climático debido a los desacuerdos sobre cómo debería protegerse el Amazonas.
Bolsonaro, que logró apoyo de la bancada ruralista, propone "reunir en un solo ministerio" todas las áreas del gobierno que se ocupan de "política económica y agrícola", de "recursos naturales y medio ambiente rural".
Sí, tenemos que fusionar los dos (ministerios). Necesitamos reducir la burocracia y dar seguridad legal a los agricultores.
En un reciente discurso en el interior del país, Bolsonaro afirmó que la “Amazonia no es nuestra”, y defendió la apertura de la región para la explotación. “Eso es vital para el mundo”, dijo. “La Amazonia no es nuestra y es con mucha tristeza que yo digo eso, pero es una realidad y tenemos cómo explorar en alianzas esa región”.
En síntesis, las palabras deforestación, Amazonia o calentamiento global están ausentes de su programa.
*Redacción Internacional, con Reuters