José David Sierra, colombiano que está en Barcelona, le cuenta a los lectores de ELTIEMPO.COM el ambiente que se vive en los alrededores al lugar dónde ocurrió el atentado -que se atribuyó el Estado Islámico- y que dejó 13 muertos y alrededor de 80 heridos en esa ciudad española este jueves.
Sierra, músico de profesión, se encuentra de vacaciones en Barcelona. Siga su transmisión aquí:
Más temprano, Stefanía Ramírez Gutiérrez, otra nacional que vive en Barcelona, describió en su cuenta de Twitter lo que sentía tras el ataque terrorista: "Mucho odio, paranoia y tristeza en el mundo entero. Lo estamos haciendo muy mal, gente".
Ella es colombiana, de Medellín. Llegó hace dos días a la ciudad, que es una estación más en el viaje de vacaciones que está haciendo por varias ciudades de Europa. “Ayer anduve todo el día. Todo el día estuve en esa zona”, le cuenta a EL TIEMPO.
Explica que La Rambla es el epicentro de la ciudad, desde donde se puede tomar el metro, el tren, el transporte público en general de la ciudad y hacia el aeropuerto.
“Todo queda relativamente cerca. Yo estaba como a dos o tres cuadras, en el Museo de Picasso”, cuenta. Cuando salió de su recorrido por el museo, preguntó cómo llegar a su próxima visita. “No, no puedes ir”, le respondieron. No entendía. Preguntó. “No hay transporte público. Hubo un atentado”, le explicaron.
Stefanía está con una amiga, también colombiana, que está terminando su magíster en Barcelona.
Sacó el celular y se dio cuenta de que su amiga, preocupada, le había escrito. Fue su amiga quien le contó con más detalle qué había sucedido, pues estaba más cerca de La Rambla. “Una furgoneta pasó sin consideración de nada. Nos han pedido que nos guardemos”, le dijo.
Ella decidió quedarse en el museo, pero como le da “un poco de claustrofobia”, luego se salió para el parque cerca del Arco de Triunfo de Barcelona. Prefería estar en un lugar abierto. Después, logró encontrarse con su amiga y, juntas, se resguardaron en una casa de alguien conocido.
Cuenta que la “ciudad está en pánico”. Apenas pudieron resguardarse, prendieron el televisor para seguir la noticia. En un primer momento pensaron que solamente se trataba de “un loco” en una furgoneta, hasta que las autoridades confirmaron que fue un atentado terrorista, por lo que no desaparece el rumor de que pudiera repetirse, debido al antecedente de otras ciudades europeas.
“Se ven muchos turistas caminando más de lo normal en esta zona, con las maletas. De por sí siempre es muchísimo el movimiento”.
Son las 7:30 p.m. en Barcelona mientras Stefanía cuenta su historia. Han pasado un poco más de tres horas desde el atentado. Ahora está más tranquila porque está en una casa, aunque dice que “se respira un poco tenso”.
Ella es comunicadora. Su sorpresa más grande tras el atentado bien podría describirse con el nombre de su blog: 'Momentos que se cruzan'. Y es que su viaje a Barcelona termina esta noche. No deja de pensar en la casualidad de haber estado justo allí, justo ahora.
Su próxima parada será París. Todavía le quedan un par de semanas de viaje. Será apenas cuestión de horas para que esté en un avión rumbo a otro destino de un continente cuyas alertas siguen encendidas por los atentados terroristas.
JUAN DAVID LÓPEZ MORALES
Redactor ELTIEMPO.COM