Mohammed, refugiado sirio de 36 años, residente en Alemania, se convirtió en el héroe de un país que durante 48 horas buscó a un presunto terrorista islamista que, según informaciones de los servicios de inteligencia, planeaba atentar contra un aeropuerto de Berlín.
Para garantizar su seguridad, la Policía alemana declinó revelar detalles de las personas que redujeron y entregaron a Jaber Albakr, el refugiado sirio en cuyo domicilio se encontraron explosivos para presuntamente perpetrar un atentado y que las fuerzas de seguridad vinculan con el Estado Islámico (EI), pero Mohammed contó su historia al diario Bild.
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Según señaló el presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, el espionaje del Interior alemán, Hans-Georg Maassen, los servicios de inteligencia contaban con informaciones que indicaban que Albakr planeaba atentar contra trenes en Alemania, aunque luego los indicios apuntaban a aeropuertos de Berlín.
El presunto terrorista era vigilado las 24 horas y cuando compró un pegamento en una tienda de “todo a un euro” las fuerzas de seguridad dieron por hecho que tenía todos los productos necesarios para fabricar su bomba, por lo que pusieron en marcha la operación para detenerlo.
Con el edificio en el que vivía rodeado, Albakr consiguió huir el sábado por la mañana y poco después escribió en un chat de refugiados sirios en internet que estaba en la estación de tren de Leipzig y que buscaba sitio para dormir.
Según Mohammed, fue con unos amigos a la estación y lo recogieron, comieron arroz y cordero y lo llevaron a casa de un colega donde podía pasar la noche.
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El domingo, Mohammed, que cuenta que trabajó un año como peluquero, aceptó la petición de Albakr y le rapó la cabeza. Fue después cuando, con un amigo, vio en Facebook la fotografía que desde hace horas circulaba en las redes sociales y en medios nacionales, un retrato de Albakr, de 22 años.
Albakr, que les había contado que acababa de llegar de Siria y que buscaba trabajo, se fue a dormir y Mohammed comenzó a debatir con su amigo y otros sirios en Facebook si la persona que tenían en casa podía ser el presunto terrorista buscado.
Cuando ya no tenían dudas, lo ataron de pies y manos con cables, una imagen que reproduce el diario Bild. “Nos ofreció 1.000 euros y 200 dólares si lo dejábamos libre. Los tenía en una mochila, con un cuchillo”, explica Mohammed.
“Estoy tan agradecido a Alemania por habernos acogido. No podíamos permitir que hiciera algo a los alemanes”, dice el refugiado, que narra que dejó su país huyendo del EI.
Mientras su amigo se queda vigilando a Albakr, Mohammed se dirigió el domingo por la tarde a la Policía y, como apenas habla alemán, mostró a los agentes la foto del presunto terrorista; poco después la Policía entraba en la casa y lo detenían.
Tras anunciarse la detención, la Cancillería felicitó a las fuerzas de seguridad por su trabajo y a Mohammed por su labor.
Además, el ministro de Interior, Thomas de Maizière, afirmó que “los preparativos en Chemnitz se asemejan a los de los ataques en París y Bruselas”.
EFE
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