Ni República Dominicana ni Portugal... Juan Carlos I se encuentra en los Emiratos Árabes Unidos desde el 3 de agosto, cuando abandonó España, según comunicó la casa real el lunes.
A lo largo de estas dos semanas se había especulado sobre su posible destino, en medio del mutismo de la familia real, que se negó a dar pistas de su paradero. El misterio dio pie a discusiones sobre la falta de transparencia de la monarquía y cargó un peso sobre la espalda del presidente, Pedro Sánchez. Aunque él conocía el dato, guardó la reserva, a pesar de las preguntas de los medios de comunicación.
Desde el día del anuncio de la partida del rey emérito comenzaron las especulaciones. Se dijo que se encontraba en República Dominicana, en un hotel de los hermanos Fanjul, cubanos empresarios del azúcar y residentes en Miami.
También se comentó que estaba en Portugal, donde pasó su infancia. El 7 de agosto, el diario ABC contó que había salido de Vigo hacia Abu Dabi. Luego, el portal de noticias Nius publicó una foto en la que se lo veía bajando de un avión privado en un sitio que, según informó, correspondía a la capital de los Emiratos Árabes. El mismo periódico señaló que el alquiler de la nave costó 140.000 euros; no se sabe quién los pagó.
(Lea también: El rey emérito Juan Carlos I está cada vez más contra las cuerdas)
La confirmación oficial del destino del rey emérito se produce el lunes 17. “S. M. [SU MAJESTAD]el Rey Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el Rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos (EUA), donde permanece en la actualidad”, dice el mensaje que, por SMS, comunicó la información. Es notoria la intención de demostrar que se da a conocer por voluntad del rey emérito, algo en lo que había insistido la casa real. Y no especifica el lugar exacto.
Lo cierto es que al rodear de misterio la información sobre el sitio donde se encuentra Juan Carlos I ha logrado lo contrario de lo que quería, que, según informó el rey emérito en su carta de despedida, consistía en “contribuir a facilitar” el ejercicio de las funciones de Felipe VI. En lugar de alejar los focos, los ha acercado más.
El rey Juan Carlos ha indicado
a la Casa de Su Majestad el Rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se trasladó a Emiratos Árabes Unidos (EUA), donde permanece en la actualidad
También es curioso el destino elegido, vecino al país que le ha producido dolores de cabeza por las acusaciones de haber recibido comisiones ilegales por su intercesión para que un consorcio de empresas españolas se encargara de la construcción de una vía férrea.
Sin embargo, es un lugar que visita con frecuencia. Es amigo del príncipe heredero de Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed bin Sultan Al-Nahyan, quien lo ha acogido cuando se ha desplazado allí para asistir a las carreras de campeonato de Fórmula Uno.
También es amigo del jeque de Dubái, Mohamed bin Rashid Al Maktum –otro de los emiratos–, que le regaló dos Ferraris cuando reinaba; Juan Carlos I los cedió a Patrimonio Nacional.
(Además: Acorralado por los escándalos, el rey Juan Carlos abandona España)
No es el destino más prudente si la intención es pasar desapercibido ante la opinión pública española, aunque en los Emiratos Árabes el rey emérito puede mantener un grado alto de privacidad y no debe incurrir en gastos al ser huésped de sus amigos, algo relevante luego de que su hijo le retiró la asignación de que gozaba.
Fue una de las consecuencias de las investigaciones que indagan sobre el cobro de la comisión de cien millones de dólares y la posible donación de la misma suma a su examiga íntima Corinna Larsen.
Falta aclarar por cuánto tiempo permanecerá allí. Mientras continúen las dudas es difícil que la sombra de Juan Carlos I deje de oscurecer una monarquía que atraviesa uno de los peores momentos de los últimos años.
Protestas antitapabocasEl anuncio de la Casa del Rey se conoce cuando en España se habla con indignación de la manifestación que tuvo lugar el domingo en Madrid en contra del uso de tapabocas. Aunque apenas llegaron a los dos mil asistentes, despertó malestar en un momento en que los rebrotes de coronavirus se multiplican. Sanidad comunicó 16.269 casos nuevos durante el fin de semana. Uno de los mayores impulsores fue el cantante Miguel Bosé, quien en un video, con voz lenta y dificultad para pronunciar, invitó en redes a la manifestación.
(De su interés: Revuelo en España por la salida del rey Juan Carlos I)
“Queremos ver el virus”, “bote, bote, bote, aquí no hay rebrote”, y “libertad” fueron algunos de los gritos de los asistentes. El delegado del Gobierno de la Comunidad de Madrid se refirió a ellos como “un aquelarre antimascarillas” y dijo que van a investigar las actuaciones de los manifestantes.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
Madrid - España
Comentar