La reina Isabel II recibe del Estado británico un monto de dinero para el ejercicio de sus funciones por cuenta del llamado patrimonio de la Corona, que gestiona el Estado para beneficio de la nación.
El sueldo de Isabel II se abona con dos años de retraso y de él salen los fondos para pagar a los trabajadores de la Casa Real.
Según la contabilidad palaciega, ese patrimonio de la corona está formado por propiedades urbanas y fincas agrícolas, que, según los medios, está valoradas en unos 12.000 millones de libras (13.600 millones de euros).
Las cuentas difundidas revelan que la reina gastó su dinero en el mantenimiento de los palacios reales ocupados: Palacio de Buckingham, Palacio de St James, Palacio de Kensington, Royal Mews y Royal Paddocks en Hampton Court, castillo de Windsor.
En el 2020, se gastaron 51,5 millones de libras esterlinas en tareas oficiales, incluidos los salarios y viajes del personal, y el mantenimiento de la propiedad. Los 34,4 millones de libras restantes se destinaron a la remodelación en curso del Palacio de Buckingham .