La presión para respaldar un segundo referendo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea ('brexit'), ante la falta de una mayoría que apoye el acuerdo al que llegó el Gobierno británico con Bruselas, continuó aumentando para la primera ministra, la conservadora Theresa May, y el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.
“Que Tony Blair vaya a Bruselas y busque socavar nuestras negociaciones defendiendo un segundo referendo es un insulto al puesto que ocupó”, escribió la primera ministra contra el ex primer ministro, que se opone al 'brexit'.
Medios británicos aseguran que altos cargos del gabinete de May han comenzado a diseñar planes para una eventual consulta a espaldas de la jefa de Gobierno, a pesar de que ella ha recalcado su oposición.
Al mismo tiempo, parte de las bases del Partido Laborista iniciaron una campaña para defender un referendo, aunque miembros de la dirección temen que esa opción podría dañar sus opciones electorales, dado que una parte de sus votantes defendieron el 'brexit', según ha revelado el diario 'The Observer'.
Blair, primer ministro laborista entre 1997 y 2007, pidió a la UE que acepte modificar la libre circulación, uno de los principales puntos que llevó al 51,9 por ciento de los votantes a optar por el 'brexit', para que más británicos defiendan quedarse ahora en el bloque.
A pesar de la oposición de May al referendo, el diario 'The Sunday Times' dice que el número dos del Ejecutivo, David Lidington, sondea a diputados sobre el posible apoyo que tendría un referendo en la Cámara de los Comunes.
Al menos cinco miembros del Ejecutivo defienden esa vía y cada vez más miembros conservadores quieren que May les dé libertad de voto para decidir sobre el camino por seguir si el Parlamento tumba el acuerdo del 'brexit', según los medios.
Lidington, que la semana pasada advirtió de que un nuevo referendo aumentaría la división, no negó las informaciones publicadas y se limitó a señalar en las redes sociales que como ministro del Gabinete escucha “los puntos de vista de diputados en todos los bandos en el debate sobre la Unión Europea”.
Que Tony Blair vaya a Bruselas y busque socavar nuestras negociaciones defendiendo un segundo referendo es un insulto al puesto que ocupó
El titular de Comercio Internacional, Liam Fox, dijo, por su parte, que no consideraría un “problema” que los parlamentarios tuvieran libertad de voto para pronunciarse a favor de una consulta u otras opciones respecto al proceso del 'brexit', aunque se posicionó en contra de un plebiscito. El ministro de Educación, Damian Hinds, aseguró, por su parte, que “no hay política del Gobierno que esté más clara” que la negativa a un referendo y subrayó que el Ejecutivo cumplirá “con la voluntad que el pueblo británico expresó” en 2016.