El excanciller alemán Helmut Kohl del partido Unión Cristianodemócrata (CDU), quien estuvo en el poder desde 1982 hasta 1998 y fue una de las figuras más importantes en el proceso de reunificación de Alemania, murió este viernes a los 87 años en su casa, en el pueblo de Ludwigshafen, suroeste del país.
Kohl, quien se retiró de la política en 2008 tras una caída que lo dejó en una silla de ruedas, ha sido el político alemán que más tiempo se ha mantenido en la Cancillería con cuatro legislaturas. La primera de ellas llegó después de una moción de censura al socialdemócrata Helmut Schmit en 1982.
En sus 16 años en el poder, sus banderas políticas fueron la reunificación de Alemania y la integración europea, lo cual hizo que en 1989, después de la caída del muro de Berlín, abogara abiertamente por la reunificación de su país, al presentar el ‘Plan de 10 puntos’, el cual establecía políticas necesarias para la unión de las dos Alemanias.
Wir trauern. #RIP #HelmutKohl pic.twitter.com/oabr1NoWim
— CDU Deutschlands (@CDU) 16 de junio de 2017
Para este plan de reunificación, Kohl forjó relaciones con diferentes líderes europeos, sin importar sus diferencias ideológicas. Por ejemplo, su estrecha amistad y complicidad política con el jefe del Gobierno español, el socialista Felipe González; su acercamiento al presidente francés, el socialista François Mitterand, con quien logró uno de los periodos más fructíferos de relaciones franco-alemanas y el firme apoyo que recibió por del líder soviético Mijail Gorbachov.
Este eje de alianzas le permitió a Kohl fortalecer su apuesta por el eje europeo, la implementación de la moneda única y la expansión hacia el este.
Sin embargo, también tuvo contradictores, como la ex primera ministra británica Margaret Tatcher, quien se opuso a las reformas de Kohl e incluso trató de obstaculizar la conformación de una nueva Alemania.
En 1998, con una administración desgastada después de 16 años en el poder, Kohl perdió las elecciones frente al socialdemócrata Gerhard Schröder, con los resultados más bajos de su partido desde 1949.
Ese mismo año dejó la cabeza de su colectividad, en medio de escándalos y una investigación de la Fiscalía por supuesto financiamiento ilícito, lo que mancharía su herencia.
Esto llevó a que su pupila, la actual canciller Angela Merkel, se independizara del excanciller y tomara las riendas del CDU.
Sin embargo, ello no borró el legado de Kohl en Alemania y el resto de Europa.
Para Merkel, la muerte del excanciller fue un “golpe de suerte” para Alemania. Según dijo, Kohl supo aprovechar la “oportunidad histórica” de la caída del muro de Berlín para impulsar la reunificación, “la mayor obra de arte político”.
Así mismo, líderes europeos rindieron tributo al fallecido excanciller.
Emmanuel Macron lo llamó un “artesano de la unificación de su país” y “uno de los grandes hombres de Europa y el mundo”.
Por otra parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que admiraba francamente “la sabiduría de Kohl y su capacidad de adoptar decisiones sopesadas y clarividentes, incluso en las situaciones más complicadas”.
“La Europa de hoy es un producto de su visión y su tenacidad frente a enormes obstáculos”, subrayó por su parte el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, mientras que las instituciones europeas lo calificaron de “visionario” y “aliado” sin el que no existiría el euro.
EFE