La canciller alemana, Angela Merkel, anunció ayer que está dispuesta a liderar su partido en nuevas elecciones, antes que gobernar en minoría. Debilitada como nunca en 12 años de poder luego de los resultados del partido conservador en las legislativas de septiembre, y del fracaso el domingo de las negociaciones para formar gobierno, Merkel rechazó toda idea de dimitir.
Si no se halla ninguna solución alternativa de coalición en las próximas semanas para formar una mayoría en la cámara de diputados, Merkel aseguró preferir la opción de un regreso a las urnas. Además, dijo ser “escéptica” acerca de buscar permanecer en el poder con un gobierno minoritario, y que “sería preferible” realizar elecciones anticipadas.
Merkel no planea bajar los brazos a pesar de las crecientes críticas de las que es objeto, incluso dentro de su partido. En lo inmediato, la canciller espera ver si el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, logra convencer a su partido para reconsiderar su rechazo a gobernar con ella. Una fórmula que le daría un gobierno de mayoría. En cuanto a Merkel, queda por saber si su partido le renovará la confianza en caso de elecciones anticipadas, que podrían celebrarse en 2018. Desde 1949 nunca había ocurrido que el país no tuviera mayoría para ser gobernado.