Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular (PP), intentará de nuevo formar gobierno este miércoles en España, en una primera sesión de investidura en el Congreso, a la que se presentará con la intención de ser elegido presidente.
Es la tercera vez que en ocho meses se reúne el Legislativo para poner fin a una situación de interinidad gubernamental, caracterizada por el bloqueo producido por posiciones inamovibles de los partidos políticos.
El modelo parlamentario español exige que un candidato a la Presidencia obtenga mayoría absoluta en el Congreso.
Para ser elegido, Rajoy requiere 176 votos a favor. Hasta el momento asegura 170, gracias al apoyo del partido Ciudadanos y al punto adicional que le otorga Coalición Canaria.
Pero se trata de una cifra insuficiente que lo obligaría a presentarse de nuevo el viernes, en un intento más para lograrlo.
Las otras dos fuerzas políticas importantes –el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Pedro Sánchez, y Podemos, por Pablo Iglesias, afirmaron que votarán en contra de Rajoy.
Los partidos independentistas, por otra parte, se niegan a dar sus votos al PP, al considerar que ello significaría un retroceso político en sus avances hacia la autonomía regional. Pero su apoyo sería suficiente para que Rajoy se convirtiera en presidente de España.
En el discurso de ayer, Rajoy dijo que el bloqueo institucional trae “consecuencias de extrema gravedad” y que él asegura un gobierno “estable, moderado y eficaz”. Para demostrarlo, Rajoy expuso las cifras de la situación económica, que comparó con la que recibió a principios de su gobierno.
Pero sus palabras no llamaron la atención, pues no presentaron ninguna sorpresa, según expresaron los partidos que evaluaron la presentación.
Se espera que Rajoy no obtenga los seis votos favorables que necesita, ni las 11 abstenciones que le permitirían ganar.
En tal caso, Rajoy se presentará el viernes. En esa ocasión requerirá de un número de votos superior a los contrarios, lo que lograría con la abstención del PSOE. Parece poco probable que así sea, puesto que Sánchez dijo que no dará vía libre a un nuevo gobierno de Rajoy.
En tal caso, el rey Felipe VI abriría de nuevo un periodo de consultas para designar a otro candidato. Y a partir de hoy se empezarían a contar dos meses para la convocatoria de elecciones, que, según la Constitución española, se celebrarían el 25 de diciembre. Serían las terceras en un año.
Aunque todos los partidos han manifestado su negativa frente a esa posibilidad, la actitud actual de las fuerzas políticas decisivas permite prever que no darán su brazo a torcer. España continuaría, pues, durante otros cuatro meses sin gobierno.
JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID