Los diputados israelíes disolvieron este jueves el parlamento abriendo la vía a nuevas elecciones legislativa, las quintas en menos de cuatro años, y al nombramiento desde la próxima medianoche del jefe de la diplomacia Yair Lapid al cargo de primer ministro interino.
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La disolución fue aprobada por 92 votos a favor y ninguno en contra, sobre un total de 120 escaños. Antes de la votación, los diputados israelíes fijaron el 1 de noviembre como fecha de las próximas elecciones legislativas.
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Esta disolución pone fin a un año de breve gobierno del primer ministro saliente israelí, Naftali Bennett, al frente de una coalición de ocho partidos (derecha, izquierda, centro), que incluía por primera vez a una formación árabe, algo histórico en Israel.
Su principal objetivo era poner fin a doce años ininterrumpidos de poder del derechista Benjamin Netanyahu, pero también formar un ejecutivo, lo que fue imposible al cabo de las tres precedentes y reñidas elecciones.
Horas antes de la disolución del parlamento --prevista inicialmente el miércoles por la noche y luego pospuesta al jueves por retrasos en otras votaciones-- Bennet anunció que no será candidato en las próximas elecciones. Transmitirá el cargo de primer ministro a Lapid el viernes a las 00h00 locales (21h00 GMT del jueves)
El acuerdo de coalición incluía una alternancia en el poder y una cláusula que establecía que Lapid sería primer ministro interino hasta la formación de un nuevo gobierno en caso de disolución del parlamento.
Un año más tarde de suscrito este histórico acuerdo, la coalición perdió su mayoría en la cámara y Bennett anunció la semana pasada su intención de disolverla para convocar nuevas elecciones.
El 6 de junio, la oposición infligió en efecto un revés a la coalición de Bennett y Lapid, tras reunir una mayoría contra la renovación de una "ley de colonos", una disposición que la cámara tiene que aprobar cada cinco años.
Esta ley debía ser renovada antes del 30 de junio, pues en caso contrario los colonos de Cisjordania --territorio palestino ocupado por Israel desde 1967-- corrían el riesgo de perder su protección legal en virtud del derecho israelí.
Bennett, ferviente defensor de estas colonias, ilegales según el derecho internacional, no podía correr el riesgo de entrar en una situación caótica y prefirió poner fin a su gobierno.
El experiodista estrella Yair Lapid ocupará a la vez ese puesto y el de ministro de Exteriores, al tiempo que movilizará a sus fuerzas para las elecciones. A mediados de julio recibirá en Israel al presidente estadounidense Joe Biden en su primera visita a Oriente Medio desde su llegada a la Casa Blanca.
Lo que necesitamos ahora es volver al concepto de unidad israelí y no dejar que las fuerzas en la sombra nos dividan.
En el ámbito interno deberá tener los ojos y la atención puestos en el jefe de la oposición y del partido Likud, Benjamin Netanyahu, de 72 años, y juzgado por corrupción en una serie de casos, y que desea fervientemente volver a ocupar su antiguo cargo de primer ministro.
"La experiencia (de la coalición) ha fracasado" declaró este jueves Netanyahu. "Eso es lo que ocurre cuando se junta a una falsa extrema derecha con la izquierda radical, todo ello mezclado con los Hermanos musulmanes (...)", agregó.
"¿Tendremos otro gobierno Lapid que será un fracaso o un gobierno de derecha liderado por nosotros? íNosotros somos las única alternativa! Un gobierno fuerte, nacionalista y responsable", aseguró Netanyahu, lanzando así antes de tiempo su próxima campaña electoral.
El anuncio de Benet se produjo durante un discurso de despedida del cargo, en el que destacó algunos logros de su Ejecutivo, dio su apoyo a Lapid y enfatizó la importancia de que los partidos israelíes "dejen de lado las diferencias ideológicas y se ocupen de la seguridad, la economía y el futuro del Estado de Israel".
Según encuestas difundidas durante los últimos días, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu -que enfrenta un juicio por corrupción- se perfila como ganador en cantidad de votos, tal como sucedió en tres de las últimas cuatro elecciones.
Sus posibilidades de formar un Gobierno dependerían sin embargo de las alianzas que pueda formar y del resultado electoral de sus tradicionales socios ultraortodoxos y ultraderechistas, que en los comicios anteriores no consiguieron los escaños necesarios para formar una coalición de más de 60 diputados junto al Likud de Netanyahu.
Lapid, por su parte, se ubica segundo en las encuestas y se perfila como líder del bloque anti-Netanyahu, que sin embargo ha enfrentado profundas dificultades para gobernar en conjunto durante el último año.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de EFE y AFP
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