“Salvar la Navidad”. Esa consigna, repetida por instituciones y gobiernos, duró en Europa hasta hace unas pocas semanas. La tercera oleada de la pandemia de covid-19, que ya se empieza a ver en el perfil ascendente de las curvas de contagiados, hospitalizados y muertos, ha llevado a la mayoría de los gobiernos europeos a endurecer las restricciones de cara a Navidad.
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Quienes no anunciaron esta semana nuevas medidas es porque ya lo habían hecho en las dos anteriores. Pero lo cierto es que Europa –donde la pandemia ha dejado más de medio millón de muertos y 23 millones de contagiados por covid-19– pasará una Navidad semiconfinada y bajo estrictas medidas.
Los asesores de los gobiernos y los expertos de hospitales y facultades de Medicina ponen a la clase política ante la elección: la tercera oleada es prácticamente inevitable, pero será mucho más mortífera si se intenta vivir una Navidad parecida a las de otros años.
De hecho, los pocos días festivos vividos en países europeos en las últimas semanas muestran que ahí arrancó el repunte de contagios, como el 6 de diciembre de San Nicolás en Bélgica o el puente festivo del 6 (Día de la Constitución) y el 8 (Día de la Inmaculada Concepción) en España. Una situación similar a la ocurrida en Estados Unidos con el Día de Acción de Gracias.
Mientras algunos gobiernos esperan para tomar más medidas (Bélgica dio este viernes marcha atrás a algunas disposiciones aprobadas hace apenas dos semanas, cuando todavía pensaba que podría aliviar restricciones), otros, como Alemania, cierran y confinan como nunca hicieron durante las otras dos oleadas.
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El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, anunció las nuevas restricciones este sábado.
TOBY MELVILLE. AFP
Los gobiernos ya saben que evitar los contactos sociales es la única forma de frenar los contagios y eso se hace radical pero eficazmente cerrando tiendas y hostelería, y limitando el número de personas que pueden encontrarse, tanto al aire libre como, sobre todo, en espacios cerrados.
También saben que la buena situación de hoy puede ser mala en pocas semanas. Hace un mes había tres países en Europa occidental especialmente señalados: Bélgica, España y Francia. A principios de esta semana estaban al final de la lista, junto a Grecia y Finlandia, entre los que tenían menos incidencia en Europa.
Las restricciones van llegando por días. Alemania anunció el miércoles el cierre generalizado de toda la hostelería y de todas las tiendas no esenciales. Y en el Reino Unido, el 'premier' Boris Johnson anunció este sábado que Londres y el sureste de Inglaterra estarán confinados desde este domingo para tratar de atajar el aumento de casos de covid-19, atribuido a una nueva cepa. Allí, la población quedará sujeta a un nuevo nivel de alerta, el cuarto y más elevado. Esto quiere decir que, entre otras cosas, no podrán darse reuniones entre miembros de distintos hogares.
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El presidente francés, Emmanuel Macron,.
Ludovic Marin. AFP
Una de las medidas que también están introduciendo o ampliando casi todos los países de la Unión Europea son toques de queda más o menos estrictos. En Bruselas va de 10 p. m. a 6 a. m., pero toda Francia –cuyo presidente, Emmanuel Macron, dio positivo por covid-19 y se encuentra en aislamiento– lo tiene ya desde las 8 p. m. y en todo diciembre solo se hará una excepción para la noche del 24.
Por su parte, Países Bajos anunció esta semana sus medidas más duras de toda la pandemia y dio vacaciones a sus escolares, que no volverán a la escuela hasta mediados de enero. De otro lado, en Italia, el primer ministro, Giuseppe Conte, anunció el viernes que su país estará totalmente confinado desde este lunes hasta al 6 de enero. Comercios, bares y restaurantes permanecerán cerrados, no se podrá viajar entre regiones y solo se permitirá una sola salida diaria por vivienda.
Y es que las últimas semanas están acabando con los últimos mitos. Países que habían gestionado mejor que sus vecinos la pandemia, como Alemania, han visto cómo en un solo día casi se alcanzan los 1.000 muertos y se superan los 30.000 contagiados.
En algunos casos, como en Suecia, apareció el Rey en un mensaje televisado a la nación para explicar que la estrategia de su gobierno “había fallado”. Suecia intentó en la primera y la segunda oleada mantener abierto lo máximo posible, nunca impuso un confinamiento domiciliario y ni siquiera obligó al uso de tapabocas. Comparadas con las de sus vecinos escandinavos, sus decisiones se demuestran ahora un fracaso.
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Lo cierto es que el consenso es absoluto entre los expertos epidemiólogos y virólogos europeos, trabajen directamente para sus gobiernos o no. Todos estiman que las medidas tomadas hasta ahora para intentar frenar esta tercera oleada del virus son insuficientes, como lo fueron en la segunda.
Es tal la preocupación que la inmensa mayoría pide una especie de cancelación de la Navidad. Se trataría de que los europeos celebraran los ágapes navideños más señalados únicamente entre convivientes, sin invitar a casa a nadie, ni siquiera a familiares. Quieren así evitar los contactos sociales lo más posible, así como desplazamientos. También piden que se cierren, en los países que todavía no lo hicieron, bares, cafés, restaurantes, tiendas y todos los lugares de ocio.

En Alemania (foto) se mantienen los estrictos protocolos para detectar posibles contagios de covid-19.
EFE
La mayoría de los expertos estima que las escuelas deberían abrir de nuevo tras las vacaciones como está previsto, el 4 de enero en la mayoría de los países del Viejo Continente.
La atención también está puesta en la vacuna. Los países de la Unión Europea empezarán a vacunar el próximo domingo, según anunció este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen. De hecho, la alemana espera que los más lentos empiecen por tarde el 29 de diciembre.
La Agencia Europea del Medicamento espera poder anunciar su autorización –nadie espera un dictamen negativo– de la vacuna de Pfizer-BioNTech este lunes. Dos días después llegará la autorización de la Comisión Europea, y el 26 de diciembre, Pfizer empezará a enviar dosis desde sus plantas en Alemania y Bélgica a los 27 países del bloque. Al día siguiente arrancarán las vacunaciones.
Y mientras se está a la expectativa de ese proceso, los ojos también están puestos en la economía. El segundo trimestre económico europeo fue el peor de la historia del continente desde la Segunda Guerra Mundial. Las caídas superaron en casi todo el bloque el 10 por ciento trimestral y en algunos países, como Italia, Francia o España, se acercaron al 20 por ciento.
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El tercer trimestre vio un rebote superior al esperado, sobre todo en los países que más habían sufrido en el segundo trimestre. Pero este último cuarto trimestre marcará el año europeo.
Nomura cree que el PIB de la eurozona caerá en el cuarto trimestre un 2,5 por ciento y el británico, un 3 por ciento. La evolución del PIB de la eurozona hasta septiembre lo dejó un 4,3 por ciento por debajo de su nivel de un año antes.
El lado positivo que empieza a vislumbrarse de los datos que se conocen es un aumento histórico del ahorro de los hogares, que podría volcarse en parte en el consumo una vez los países europeos salgan, vacuna mediante, de las medidas restrictivas.
Quienes no perdieron su empleo gastaron menos de lo normal debido precisamente a esas restricciones, que en muchos casos supusieron cierres de tiendas, bares y actividades culturales y de ocio. La duda de las autoridades europeas está en saber qué porcentaje de ese ahorro irá al consumo y cuál seguirá guardado por temor a una recaída en la crisis.
Una parte de la población europea cayó en una situación de grave pobreza. Los datos de las asociaciones caritativas muestran que en todo el continente se disparó el número de personas que acuden a los bancos alimentarios porque no pueden ni comprar comida.
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Muchos eran hasta ahora parte de esa clase trabajadora que llegaba con dificultades a fin de mes pero que no pasaba necesidades. El precariado, como los bautizó el sociólogo Zygmunt Bauman. En lo que va de año 3,6 millones de personas de los 19 países de la eurozona perdieron su empleo.
IDAFE MARTÍN PÉREZ
Para EL TIEMPO
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