El Consejo de Ministros de España aprobará este martes los indultos parciales a los presos por la proclamación ilegal de independencia de Cataluña en 2017, según anunció el lunes el presidente del país, Pedro Sánchez.
(Además: Tensión en España por indultos a los independentistas catalanes)
Se trata de nueve políticos catalanes que aún tienen una pena pendiente por cumplir por haber participado en el referendo de octubre de 2017 en el que llamaron a la población catalana a pronunciarse acerca de la separación de esa región del nororiente de España.
Entre ellos se encuentran el entonces vicepresidente, Oriol Junqueras, varios exconsejeros y dos presidentes de asociaciones independentistas que pagan penas de entre 9 y 13 años de cárcel desde finales de 2017 por los delitos de sedición y malversación.
El entonces presidente de la Generalitat (gobierno local), Carles Puigdemont, se encuentra en Bélgica, fugado desde entonces de la justicia, y se desconoce si será amparado por la medida.
(Lea aquí: Una multitud pide en Madrid no indultar a independentistas catalanes)

En el 2017 alrededor del 43 % de la población catalana votó en un referendo independentista en el que cerca del 90 % de los sufragantes le dijeron "sí" a la separación de España.
David Borrat / Efe
Sánchez aclaró en su anuncio, realizado desde Barcelona, que lo motivan “razones y argumentos en los que pesan más las expectativas de futuro que los agravios del pasado”.
El presidente habló ante un público escaso en el famoso teatro del Liceu, entre los que no se contaban todos los dirigentes separatistas, pues no aceptaron su invitación, y donde un espontáneo interrumpió con gritos a favor de la independencia. Agregó que “en la balanza de las decisiones políticas, el futuro debe importar mucho más que el pasado”, y que, por ello, su gobierno “ha optado por abrir paso a la reconciliación”. Se mostró convencido de que “esta medida de gracia abrirá ese camino”.
Camino, dicho sea de paso, tortuoso y que, según quien interprete los hechos, puede conducir a lugares muy distintos: desde remendar la maltrecha unidad de España hasta favorecer a quienes pretenden hacer de Cataluña una nación nueva y diferente.
Lo que parece claro es que nadie quedará completamente satisfecho con el atajo que ha decidido recorrer Sánchez.
Ni los separatistas, que, aun con la liberación de sus líderes siguen considerándose víctimas del centralismo, ni los enemigos de la independencia, que acusan al Gobierno de entregarse a quienes quieren atomizar a España, ni los tribunales de justicia que sentenciaron a esos presos que ahora, por gracia del poder ejecutivo, quedarán en libertad. Tampoco muchos que han acompañado tradicionalmente al Partido Socialista.
“Los indultos son una pieza fundamental, son la llave que abre el candado, ya que la situación en Cataluña era de bloqueo absoluto”, le dijo a la agencia AFP Oriol Bartomeus, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Pese a ello, el “camino no será fácil”.
Con todo, “los indultos acaban con esta ficción” del intento de secesión de 2017 y “fuerzan al independentismo a (...) proponer algo”, concluyó.
Pensando en el espíritu constitucional de concordia, mañana propondré al Consejo de Ministros conceder el indulto a los nueve condenados en el juicio del Procès. La democracia española va a dar un gran paso para que se produzca un #reencuentro que es necesario y es urgente. pic.twitter.com/DR2NxJVbh1
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 21, 2021
De otro lado, Juan Luis Cebrián, exdirector del diario El País, escribió una columna de opinión en la que acusó al Gobierno de esconder tras la polémica medida un propósito electoral aludiendo a la desaparición legal de los tapabocas en público, que entrará en vigor esta semana.
Cebrián le exigió a Sánchez que se despoje “de su verdadera máscara” y explique cuál es su proyecto con el presidente catalán, que repudia la Constitución y ha realizado gestos de desdén hacia el jefe de Estado, el rey Felipe VI.
En su discurso en el Liceu, Sánchez ofreció una explicación que no a todos convence, y rechazan en particular sus principales opositores; es decir, el Partido Popular, de centro derecha, y Vox, al extremo de esa derecha.
“Estamos –dijo—ante una realidad que no queremos ninguno, pero que hemos hecho entre todos” con poco en el haber y mucho en el debe. Ante esta situación, añade, “podríamos continuar con el memorial de los agravios”, o bien “dedicar nuestro tiempo y todas nuestras energías a resolver el problema y apostar por la concordia”. Ante el dilema, agrega, “el Gobierno de España va a dar el paso ahora. Mi gobierno va a aprovechar cualquier motivo, cualquier ocasión, para propiciar el reencuentro en la sociedad catalana, y en el conjunto de la sociedad española”.
Su reflexión es que el problema catalán se agudizó cuando su antecesor, Mariano Rajoy, optó por ofrecerle una solución judicial y de policía, origen del encarcelamiento de los ahora indultados.

Miles de manifestantes durante la concentración convocada en la Plaza de Colón de Madrid, para mostrar su oposición a los indultos a los condenados por el "procés".
EFE/David Fernández
El inminente indulto a los políticos independentistas catalanes levantó una fuerte oposición entre la derecha, que lo considera una "traición", mientras que para los independentistas son "insuficientes" y piden una amnistía y que se les reconozca el derecho de autodeterminación.
El líder del PP, Pablo Casado, tras conocer el anuncio de Sánchez, lo acusó de dar un "golpe de gracia a la legalidad" y anunció acciones ante los tribunales. Por su parte, el presidente del Gobierno catalán, el independentista Pere Aragonès, afirmó este lunes que los indultos representan un "primer paso", aún "insuficiente", para resolver el "conflicto político" catalán, que "corrige una sentencia del Tribunal Supremo que fue injusta".
En este sentido, los partidos independentistas catalanes y organizaciones que apoyan esta opción, registraron este lunes en el Congreso de los Diputados más de 200.000 firmas para pedir una ley de amnistía.
El Gobierno socialista busca una solución política, y ha avanzado en ella pues logró sumar el apoyo del poderoso empresariado y de la iglesia católica. También cuenta con un sólido respaldo social en Cataluña, pues tres cuartas partes de la opinión pública, entre ella miles de catalanes enemigos de la independencia, son partidarios del indulto como remedio eficaz.
Desde la llegada de la democracia en 1978 en España se han concedido miles de indultos, algunos de ellos muy polémicos, como los aprobados para algunos de los protagonistas del golpe de Estado de 1981.
Cuatro años después del desafío separatista en Cataluña, los sentimientos eran variados este lunes después de anunciarse los indultos a los líderes independentistas: unos los apoyan, otros se oponen, y algunos se muestran indiferentes, más preocupados por la salida de la pandemia.
"Me gustaría que esto se normalizara de una vez, porque en el medio estamos nosotros", dijo a la AFP José Luis Moray, de 52 años y que trabaja como kiosquero en La Rambla de Barcelona, el paseo más famoso de la capital catalana, y ve bien los perdones.
La escalada independentista también acaparó por completo la actualidad catalana, atenazada por el pulso entre los secesionistas, al frente del gobierno regional, y el ejecutivo central español, que no quiere hablar de referendo de autodeterminación, como exigen aquellos.
A la crisis política, que dividió a los catalanes en dos campos -a favor o en contra de la secesión de España- se ha sumado el drama colectivo de la pandemia. Y con todo esto a cuestas, no parece haber mucho entusiasmo ante el mensaje del gobierno español.
"Tanto los políticos de aquí de Cataluña como los de Madrid no valen la pena. Es una solución difícil. Y supongo que dentro de poco tiempo volveremos otra vez a las andadas, otra vez con manifestaciones, el tema de la independencia...", lamenta en Barcelona Javier Villanueva, un vigilante de seguridad de 47 años que se opone a los indultos.

El covid es un tema que se muestra como más apremiante de resolver para la mayoría de españoles en estos momentos.
EFE
Prueba de la polarización persistente es que entre los sectores más extremos del separatismo los indultos tampoco contentan, pues lo necesario para ellos sería una amnistía, es decir, borrar los delitos de sedición y malversación por los que fueron condenados los nueve líderes secesionistas.
"Dan estos indultos para hacer ver que son muy magnánimos", pero "no deben perdonar nada porque estas nueve personas no cometieron ningún delito", reclama Roser Castellví, una jubilada de 66 años que se manifestaba contra la visita de
Sánchez a las puertas del Liceu.
En Madrid, los indultos, que se espera sean aprobados el martes en el Consejo de ministros, suscitaban críticas y rechazo. "Estoy totalmente en contra", dice Raquel Jiménez, funcionaria de 54 años que insiste en que "el que comete un delito tiene que cumplir toda la pena".
La medida de gracia que se apresta a aprobar el Consejo de Ministros no traerán la libertad automática de los beneficiados. El Tribunal Supremo (equivalente a la Corte Suprema de Justicia de Colombia) debe examinar en cada caso qué delitos y qué castigos quedan cubiertos por los indultos y, a partir de allí, calcular una nueva liquidación de penas.
Mientras tanto, podrán gozar de privilegios que antes no tenían, como libertad condicional y casa por cárcel.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
MADRID
*Con información de AFP y EFE
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