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Europa

Alemania le pone punto final a la era Merkel sin un sucesor a la vista

Angela Merkel junto al candidato se su partido Armin Laschet.

Angela Merkel junto al candidato se su partido Armin Laschet.

Foto:EFE/EPA/FRIEDEMANN VOGEL

El país enfrenta este domingo sus elecciones parlamentarias para definir el sucesor de la Canciller.

Incertidumbre y expectativa. Ese es el sentir de los alemanes para las ajustadas elecciones parlamentarias de hoy, que marcarán no solo la salida de la canciller Angela Merkel tras 16 años en el poder, sino que hacen prever largos meses de negociaciones para encontrar a su sucesor.
Según los sondeos, el liderazgo alemán se debate entre el líder socialdemócrata del SPD, Olaf Scholz, quien llega a las urnas con una ligera ventaja frente al candidato de la Unión Cristianodemócrata (CDU/CSU) de Merkel, Armin Laschet.
Con el voto fragmentado como nunca, múltiples posibilidades de coalición y la necesidad de negociar un posible tripartito inédito en medio siglo, los comicios de hoy abren una nueva etapa política en Alemania, que ha tenido a Merkel en el poder desde 2005 y cuya solidez y previsibilidad también se irán con ella.
Todavía muy popular entre el electorado tras cuatro mandatos en los que se erigió como figura clave en la política internacional, Merkel es la primera canciller saliente desde 1949 que no se presenta a la reelección.
“Merkel dejó una democracia estable y una economía creciente, dándole continuidad a ese llamado ‘milagro económico alemán’ después de la II Guerra Mundial. Sin duda, supo manejar diferentes crisis, especialmente en el terreno internacional. Ella es un buen capitán de un barco en mar abierto, pero ahora el país necesita de una persona que esté mirando más allá del horizonte para saber a qué puerto debe llevar al país en el largo plazo”, le dice a EL TIEMPO Ralf J. Leiteritz, profesor titular de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario.
Teniendo el cambio climático y la economía como los ejes principales de las campañas electorales, lo que no es claro es quién será ese nuevo líder que responda a la transformación que demanda el electorado.
Armin Laschet y la saliente canciller alemana, Angela Merkel.

Armin Laschet y la saliente canciller alemana, Angela Merkel.

Foto:EFE/EPA/LUKAS BARTH-TUTTAS / POOL

Para la editora política del diario alemán 'Berliner Zeitung', Christine Dankbar, “pocas veces la incertidumbre ha sido tan elevada en Alemania”. “Históricamente nuestro sistema ha sido bipartidista. Elegimos a un Parlamento conformado por distintas fuerzas políticas y cuya cabeza hasta ahora debía conciliar con otra más para formar Gobierno. Esta vez, casi con toda certeza, necesitará de una alianza con al menos dos formaciones”.
Junto con Scholz y Laschet, la creciente sensibilidad ecologista y la radicalización de un sector de la población en torno de la política migratoria hicieron emerger otros partidos. Los Verdes, los liberales (FDP) y la extrema derecha (AFD), aunque este último está excluido de cualquier posibilidad de ingreso a una coalición por sus posturas antidemocráticas y xenófobas.
De todos modos, el abanico de opciones de coalición es amplio y las negociaciones pueden durar meses en los que Merkel y sus ministros seguirán de forma interina en funciones.

Mi pronóstico es que para finales de año Angela Merkel seguirá siendo canciller

Se estima que cuatro de cada diez alemanes siguen indecisos. La pregunta fundamental es si estos optarán por el cambio o la estabilidad. Ni Scholz ni Laschet podrán obtener suficientes votos para formar un gobierno por su cuenta, eso sumado a que hacen parte de las llamadas coaliciones bipartidistas tradicionales y cuya continuación es profundamente impopular. Dado que ambos necesitan de al menos otros dos partidos, probablemente Los Verdes y el FDP, para formar una coalición de gobierno, las elecciones en última instancia se reducirán a qué candidato puede lograr el equilibrio adecuado entre hacer compromisos para poner a otros partidos de su bando sin alienar su propia base. Esto significa que tanto la denominada ‘coalición del semáforo’ (SPD, FDP, Los Verdes) como la ‘coalición Jamaica’ (CDU, FDP, Los Verdes) siguen siendo viables”, explica Johannes Schultz, analista de la consultora Control Risks para Alemania.
Y es que el “verdadero juego” comenzará la noche de este domingo cuando se conozcan los resultados legislativos. “Mi pronóstico es que para finales de año Angela Merkel seguirá siendo canciller. Pero, si bien habrá unas negociaciones muy complicadas, lo cierto es que en la tradición alemana el deseo de mantener la estabilidad política se sobrepone a los egos de los líderes de los partidos. En ese sentido, seguramente en los primeros meses del próximo año surgirá una negociación que desembocará en un nuevo gobierno”, dice Leiteritz.
El candidato Olaf Scholz durante el cierre de su campaña en la puerta de Brandeburgo.

El candidato Olaf Scholz durante el cierre de su campaña en la puerta de Brandeburgo.

Foto:EFE/EPA/CLEMENS BILA

Scholz vs. Laschet

En agosto, los socialdemócratas subieron con catapulta creciendo diez puntos en la previsión de escaños. Su líder, Scholz, parece el candidato más exitoso, aunque su ascenso obedeció al fuerte retroceso de la CDU y de Los Verdes. Pero estas tendencias se frenaron en las últimas dos semanas. “Más que deberse a la fuerza real del SPD, o del propio Scholz, su ascenso tiene que ver con los errores que cometieron los otros candidatos. A Annalena Baerbock (líder de Los Verdes) la señalaron de cometer plagio en el libro que escribió y de manipular su hoja de vida, y Laschet se mostró como la continuación de Merkel, lo que chocó con el electorado”, dice Leiteritz.
Para el analista, “Scholz es al mismo tiempo alguien que representa el cambio y la continuidad”. “Por un lado, es el actual ministro de Finanzas de Merkel, pero a la vez insiste en que su partido le va a apostar a la transformación. Fue quien proyectó un cambio sin mayores sobresaltos teniendo en la orilla de la derecha a Laschet y en la de la izquierda a Baerbock”, explica.
Si ocurre el llamado “milagro” y el SPD rompe con el dominio de la CDU frente a la cancillería –el partido ha ostentado el cargo durante 52 de los 72 años de la historia de la república federal–, Alemania podría virar hacia una coalición de centro-izquierda.
Günther Maihold, director del Instituto Alemán para Política Internacional y Seguridad, recalca que Scholz tiene un control “significativamente menor sobre su partido, a diferencia del que Merkel logró durante la mayor parte de su mandato”. “El SPD está mucho más dividido políticamente y tiene un liderazgo de izquierda. Por tanto, Scholz probablemente tendrá que llegar a muchos más compromisos dentro de su partido antes de dar forma a las políticas nacionales e internacionales”, dice.

Se estima que cuatro de cada diez alemanes siguen indecisos. La pregunta fundamental es si estos optarán por el cambio o la estabilidad

Ahora, si Laschet logra imponerse, también tendrá que lidiar con dos partidos, lo que “va a complicar su forma de gobernar, a diferencia de su antecesora”. “A Laschet le hace falta la experiencia gubernamental y la capacidad para poder centrarse en los temas prioritarios. Además, su tentación de poder comunicarse más fácilmente con la población en esta campaña electoral le jugó en contra”, señala Maihold.
Para el analista, la CDU se encuentra ante un cambio generacional y ante la tarea, nada fácil, de emanciparse de la figura de Merkel. “Estos dos procesos frenaron la candidatura de Laschet, apenas nombrado en julio, y puso al partido tardíamente en la carrera con un candidato que solo obtuvo un apoyo parcial”.
Finalmente, los ecologistas deberán desempeñar un papel clave en el futuro Gobierno, aunque su tercera plaza resulta decepcionante para sus militantes. Baerbock se decanta por una coalición con los socialdemócratas, pero no descarta trabajar con los conservadores.
Sin importar quién sea el nuevo canciller alemán, los analistas coinciden en que su primera tarea será lograr conformar un gobierno estable con un programa común que evite conflictos.
“Una coalición que involucre al SPD, Los Verdes y el FDP es el escenario más probable, según las encuestas, aunque los votantes indecisos finalmente serán la clave”, advierte Schultz.
Para la periodista Dankbar, los aires de cambio obligarán a debates profundos. “Hemos actuado de una manera pasada de moda en muchos sentidos. La recomposición demográfica y las nuevas prioridades de la población obligarán al nuevo gobierno a hacer cambios profundos”, dice al enfatizar que estos deben incluir la implementación de la ambiciosa agenda climática, además de responder a las consecuencias económicas de la pandemia y fortalecer el centro político contra las crecientes influencias conspirativas y de extrema derecha.
Ciertamente, las cuestiones en la agenda del próximo gobierno alemán son numerosas e incluyen el retraso digital, el envejecimiento de la población, la desigualdad y la definición de una política ante China o Rusia. “Todas estas situaciones necesitan ser discutidas y resueltas, porque de alguna manera son el legado pendiente que deja Merkel”, auguró Maihold.
STEPHANY ECHAVARRÍA NIÑO
SUBEDITORA INTERNACIONAL
EL TIEMPO
En Twitter: @dulcitodemora

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