El ataque terrorista que sufrió Londres el miércoles pasado, cuando un hombre atropelló con un carro a peatones en el puente de Westminster, y que dejó cinco muertos –incluido el agresor– y 40 heridos, pudo ser peor de no haber sido por Keith Palmer, el oficial de policía que dio su vida para evitar que el atacante entrara al Parlamento británico.
Palmer, de 48 años y con 15 años de servicio, se convirtió en un héroe en el Reino Unido. El oficial, que estaba desarmado, fue apuñalado por Khalid Masood –el responsable del atentado– cuando intentó detener su entrada al Parlamento para seguir con el ataque, que el jueves fue reivindicado por el grupo Estado Islámico.
“Cada pulgada de su cuerpo era la de un héroe y sus acciones nunca serán olvidadas”, señaló el jueves la primera ministra del Reino Unido, Theresa May.
“Keith será recordado como un esposo maravilloso y como un hijo, hermano y tío cariñoso”, expresó su familia en un comunicado. “Se sentía orgulloso de ser un policía y era un hombre valiente”, añadieron sus familiares.
Palmer, quien era casado y tenía una hija de 5 años, trabajaba para la Unidad de Protección Diplomática de la Policía. Según allegados citados por la prensa británica, había servido en el Ejército, en un regimiento de artillería, antes de pasar a la Policía.
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“Era genuinamente una buena persona. Cuando escuché lo que había pasado sabía que se trataba de él, porque él era de ese tipo de personas que se mantienen firmes cuando los otros flaquean”, le dijo a la 'BBC' el oficial James Aitkenhead, quien trabajó con Palmer.
El jueves, tanto en el interior como en el exterior del Parlamento, policías, parlamentarios y ciudadanos guardaron un minuto de silencio a las 9:33 a. m. (hora que coincidió con el número de placa del oficial) en recuerdo de las víctimas mortales. Aysha Frade, una británica de origen español, de 43 años, profesora y madre de dos niñas de 7 y 9 años, es una de ellas.
“Estamos profundamente entristecidos y conmocionados por la noticia de que una de las víctimas era parte de nuestro personal, Aysha Frade”, dijo Rachel Borland, directora del DLD College, la escuela de la víctima. Frade “era muy querida y respetada”, añadió Borland.
Hija de un chipriota y una española, Frade había vivido siempre en Londres y visitaba cada año Galicia, en el noroeste de España, donde viven sus hermanas.
Se trata “de una nacional británica hija de una ciudadana española”, explicó la Oficina de Información Diplomática en Madrid.
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Kurt Cochran, turista estadounidense, fue otra víctima mortal del ataque. De unos 50 años, era del estado de Utah (oeste) y visitaba Londres con su mujer, quien resultó herida, para celebrar los 25 años de matrimonio.
Una allegada suya, Shantell Payne, le rindió tributo con una foto y un mensaje en la red social Facebook.
“Con gran pesar, tengo que anunciar la triste noticia de que nuestro querido hermano, padre, marido e hijo, Kurt Cochran, no pudo recuperarse de las heridas que sufrió en el atentado de Londres. El dolor es tan grande y tan crudo que ha golpeado en lo más profundo a nuestra familia y a todos los que lo conocieron. Echaremos de menos a Kurt más de lo que podemos expresar”, dijo.
El jueves también se anunció la muerte de un señor de 75 años de quien todavía no se conocían detalles.
Los heridos, entre los que hay seis graves, constituyen también un mosaico de nacionalidades: franceses, surcoreanos, griegos, un alemán, un polaco, un irlandés, un italiano y un estadounidense, además de británicos, dijo May.
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* Con Efe y AFP
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