La reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y su homólogo estadounidense, Antony Blinken, en Ginebra que tenía como propósito encontrar fórmulas para reducir las tensiones en torno a Ucrania, luego de que crecieran las alertas por una posible invasión que desencadenaría un conflicto de proporciones globales, fue el centro de la atención mundial este viernes.
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El encuentro duró una hora y media. Los diplomáticos se reunirán "la próxima semana" con miras a seguir con el diálogo.
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Aunque el tono fue "franco y sustancial", según Blinken, también sirvió para rebajar tensiones tras semanas de escalada verbal.
Washington cree que la perspectiva de una incursión militar rusa en Ucrania era cada vez más probable, con decenas de miles de tropas desplegadas desde hace semanas cerca de su vecino prooccidental.
Los dos hombres acordaron volver a reunirse y Blinken no descartó una cumbre entre Joe Biden y Vladimir Putin. Una idea que Lavrov consideró prematura.
Rusia llegó a la mesa sin querer ceder sobre su principal demanda: que la Otán no prosiga su expansión hacia el este de Europa y que no despliegue tropas o armamento, ni continúe sus actividades militares en esa zona del continente, lo que implicaría excluir cualquier futura adhesión de Ucrania a la Alianza.
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Tras la reunión, Estados Unidos prometió una respuesta por escrito "la próxima semana" a dichas demandas, según dijo Serguéi Lavrov, después de lo que calificó unas conversaciones "francas" con su homólogo estadounidense sobre la crisis en Ucrania.
"Acordamos que la próxima semana se nos presentarán respuestas por escrito a nuestras propuestas", dijo Lavrov, quien subrayó que él y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, "están de acuerdo en que es necesario un diálogo razonable" para que "se calmen las emociones".
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Los militares rusos en posición a su llegada para los simulacros conjuntos en Bielorrusia.
Handout / MINISTERIO DE DEFENSA REPÚBLICA DE BIELORRUSIA / AFP
Por otro lado, Rusia demandó la retirada de las fuerzas extranjeras y de su armamento de Bulgaria y Rumania, punto incluido en las garantías de seguridad que exige Moscú para evitar la expansión de la Otán y el emplazamiento de armas ofensivas cerca de sus fronteras.
"Se trata de la retirada de las fuerzas extranjeras, equipamiento bélico, armamento (...) con el objetivo de retornar al estado existente en 1997 en los países que no eran miembros de la Otán en aquel momento. Entre ellos están Bulgaria y Rumania", señaló la entidad diplomática.
Según el Ministerio de Exteriores las propuestas rusas "fueron formuladas de un modo totalmente preciso que no admite ningún tipo de doble interpretación".
En respuesta, la Organización del Tratado de Atlántico Norte (Otán) rechazó este viernes la exigencia planteada por Rusia. "Las exigencias de Rusia crearían miembros de la Otán de primera y de segunda clase y eso no lo podemos aceptar", dijo la portavoz Oana Lungescu, quien añadió que la alianza militar transatlántica "no renuncia" a defender y proteger a sus integrantes.
De acuerdo con la portavoz, "la Otán sigue vigilante y continúa evaluando la necesidad de reforzar la parte oriental de nuestra alianza". La Otán "siempre responderá a cualquier deterioro de seguridad, incluso fortaleciendo nuestra defensa colectiva", dijo Lungescu.
Moscú divulgó en diciembre pasado los borradores del tratado y el acuerdo que propone a EE. UU. y la Otán, respectivamente, para abrir una nueva era de seguridad que ponga fin a la inestabilidad que trajo, según el Kremlin, el fin de la Guerra Fría y la hegemonía en solitario de Washington sobre el globo.
Con respecto a EE. UU., Moscú propuso la firma de un nuevo tratado que excluya el emplazamiento de armamento nuclear fuera de las fronteras de ambos países y el retorno a sus silos de las armas ya desplegadas antes de la entrada en vigor del documento vinculante que propone.
En una propuesta sin precedentes, ambas partes también se comprometerían a la destrucción de la infraestructura ya existente para ello en el extranjero, además de dejar de efectuar ensayos nucleares e instruir a especialistas civiles y militares de otros países.
Rusia propuso a su vez a la Otán un acuerdo de nueve puntos en el que destacan las demandas de que el bloque desista de "toda actividad militar" en territorio de Ucrania y de varios países de Europa Oriental, el Cáucaso y Asia Central.

Una imagen satelital muestra una descripción general del equipo desplegado en las instalaciones de Klimovo, Rusia.
EFE
Por su parte, Estados Unidos defendió ante Rusia la libertad de los países de elegir si desean o no adherirse a la Otán y le pidió que demuestre que no quiere invadir Ucrania, retirando las tropas de la frontera ucraniana.
"Si Rusia quiere empezar a convencer al mundo de que no tiene ninguna intención agresiva hacia Ucrania, un buen punto de partida sería la desescalada, la retirada de esas fuerzas de la frontera ucraniana", dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tras reunirse con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, y añadió que el presidente Joe Biden está dispuesto a reunirse con Vladimir Putin si se avanza en el tema.

El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, habla durante una conferencia de prensa tras las conversaciones bilaterales con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
EFE/EPA /MARCIAL TREZZINI
Blinken calificó el encuentro con Lavrov como "franco y sustancial" y confirmó que seguirán manteniendo contactos para resolver la crisis en Ucrania.
Eso sí, subrayó que Rusia sigue teniendo la posibilidad de elegir el camino de la diplomacia, y que si elige el del conflicto en torno a Ucrania "habrá graves consecuencias y condena internacional".
"Estados Unidos y Europa están listos para encontrarse con Rusia en cualquiera de estos dos caminos", advirtió Blinken tras el encuentro con el ministro de Exteriores ruso, a quien transmitió que Washington y sus aliados europeos "continuarán apoyando a Ucrania".
El diálogo de unas dos horas en el Hotel Wilson de Ginebra fue "franco y sustancioso", destacó Blinken en la rueda de prensa posterior al encuentro, en el que la diplomacia estadounidense insistió a la parte rusa que considerará una "invasión" cualquier incursión de tropas rusas en territorio ucraniano.
Blinken corroboró que Estados Unidos dará una respuesta escrita a Rusia la semana que viene sobre sus preocupaciones en materia de seguridad.
Lo cierto es que las propuestas rusas fueron calificadas de ultimátum por Occidente, que sin embargo, ha defendido la posibilidad del diálogo diplomático para rebajar las tensiones en la frontera con Ucrania ante la amenaza de una invasión rusa.
Estonia, Letonia y Lituania anunciaron el viernes que enviarán misiles antitanque y antiaéreos para ayudar a Ucrania a defenderse de "una posible agresión rusa".
Los Estados bálticos instan a Rusia a cesar su comportamiento agresivo e irresponsable
Los tres países bálticos precisaron en un comunicado que enviarán misiles estadounidenses Javelin y Stinger, tras haber obtenido, a principios de semana, la autorización de Washington para hacerlo.
"Ante el aumento de la presión militar de Rusia sobre Ucrania y sobre la región, los Estados bálticos decidieron responder a las necesidades de Ucrania y ofrecer un ayuda adicional en defensa", señala el comunicado. "Esta ayuda reforzará aún más la capacidad de Ucrania a defender su territorio y su población ante una posible agresión rusi", agrega.
Estonia proporcionará misiles antitanque Javelin; Letonia y Lituania proporcionarán los Stinger antiaéreos.
"Esperamos sinceramente que Ucrania no tenga que usar esas armas", declaró el ministro de Defensa lituano, Arvydas Anusauskas. "Los Estados bálticos instan a Rusia a cesar su comportamiento agresivo e irresponsable", añadió, afirmando que las armas se entregarán "en un futuro próximo".
El ministro de Defensa estonio, Kalle Laanet, declaró que era "importante apoyar a Ucrania de todas las formas posibles".
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de EFE y AFP
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