La infanta Cristina de Borbón, hermana del rey español Felipe VI, fue declarada inocente, mientras que su marido, Iñaki Urdangarin, fue sentenciado a seis años y tres meses de cárcel por prevaricación, malversación, fraude, tráfico de influencias y dos delitos contra la Hacienda Pública.
Ayer se conoció la sentencia del caso Nóos, que desde el 2011 tiene en vilo a la monarquía española y que provocó que la Casa Real cortara relaciones con ella y su familia. En esta se obliga a la infanta, acusada de cooperar en los delitos fiscales de su marido, a pagar 265.000 euros por responsabilidad social.
El fiscal Pedro Horrach anunció que pedirá medidas preventivas para los condenados, Urdangarin y para su socio, Diego Torres. De esta manera, Urdangarin se convirtió en el primer familiar de un rey en ser condenado a prisión por un tribunal desde la reinstauración de la monarquía en democracia en España.
La Casa Real se limitó a emitir un mensaje en el que señala el “máximo respeto a la independencia de la Justicia”.
Los reyes mantuvieron la agenda prevista para el día con la visita a un museo y un almuerzo con el presidente de Hungría y su esposa. Fue una actitud acorde con la distancia que la familia real ha establecido con la infanta Cristina, el primer miembro de la monarquía que se sienta en el banquillo.
Nivel de acusaciones
La fiscalía anticorrupción solicitó para Urdangarin una condena de 19 años y seis meses de prisión. No pidió cárcel para la infanta Cristina, solo el reembolso del dinero obtenido a través de los actos ilegales de su marido. De esta manera, la sentencia a pagar 265.000 euros, pero ella había consignado en diciembre del 2014 medio millón, con lo cual el Estado debe devolverle la diferencia. A Urdangarin se le impuso una multa de 512.000 euros.
La acusación popular de la controvertida asociación anticorrupción Manos Limpias exigía 26 años y medio para el cuñado del Rey y ocho para la infanta por colaborar en dos delitos fiscales de su esposo. Ese sindicato de funcionarios fue desmantelado en abril del 2016 por formar parte de una trama de extorsiones que utilizaba los tribunales para cobrar chantajes. La sentencia de este viernes lo obliga a pagar los costos de defensa de Cristina de Borbón.
La Audiencia de Palma también condena a Torres a cumplir seis años y tres meses de cárcel y a pagar una multa de 1’723.843 euros. Así mismo, el expresidente balear Jaume Matas debe permanecer en prisión tres años y ocho meses por prevaricación y fraude. El tribunal cree que contrató al Instituto Nóos por las influencias de Urdangarin.
Otros cuatro acusados pueden cambiar las penas de prisión por multas y los diez acusados restantes fueron absueltos.
Caso Nóos
El caso investiga la trama de corrupción urdida por Urdangarin y Torres para beneficiar al Instituto Nóos y otras entidades creadas por ellos con cerca de seis millones de euros de fondos públicos, que pagaron varias administraciones locales para la organización de diversos actos. Urdangarin habría utilizado su posición para esos negocios. Del dinero recibido, alrededor de cuatro millones de euros terminaron en las cuentas privadas de los socios, quienes evadieron el pago de los impuestos correspondientes. Al mismo tiempo, Urdangarin y la infanta compartían la sociedad Aizoon, a la que cargaban gastos familiares y personales para evadir impuestos. Durante el juicio, Cristina aseguró desconocer el origen y manejo del dinero, y señaló siempre que confiaba en su marido.
La pareja, que se casó en 1997, reside en Ginebra, donde ella trabaja en la fundación Aga Khan. Su abogado dijo este viernes que ella “sigue creyendo en la inocencia de su marido” y que le parece “injusta” la sentencia.
Los medios locales informan que si, en efecto, Urdangarin va a prisión en España, la infanta se trasladaría con sus cuatro hijos a Lisboa, para estar más cerca de él. No contempla volver a vivir en el país por la tensa situación que se ha creado alrededor de ella. Sexta en el lugar de sucesión del Rey, no se espera que renuncie a sus derechos, pues en varias ocasiones ha dicho que desea mantenerlos por sus hijos.
Su hermano Felipe VI no puede actuar en contra de su derecho de acceso a la Corona por la vía sucesoria, pero ya ha tomado medidas para mostrar su distanciamiento. Aparte de evitar su aparición con ella, le retiró el ducado de Palma que su padre, el rey Juan Carlos, le había otorgado. El mismo rey emérito ya había mostrado públicamente su distancia con Cristina y su yerno en el 2014, cuando aseguró en su discurso de Navidad que “la justicia es igual para todos”.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal EL TIEMPO
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