Los enfrentamientos se multiplicaron ayer en el este de Ucrania, donde los separatistas ordenaron evacuar a los civiles hacia Rusia, incrementando los temores de que el presidente Vladimir Putin esté ultimando los preparativos para invadir el país.
(Lea aquí: Alerta en Ucrania: día tenso por advertencias entre Rusia y EE. UU.).
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, denunció la puesta en marcha de “un escenario” de “provocaciones” para justificar un ataque y anunció que se reunirá con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, el próximo jueves.
Putin, quien dirigirá hoy maniobras con misiles balísticos y de crucero en una demostración de fuerza, hizo ayer frente común con su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, para desafiar a Occidente.
“Acordamos continuar tomando colectivamente todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los dos países a la luz de la creciente actividad militar de los países de la Otán en las fronteras exteriores”, señaló el líder del Kremlin.
El mandatario ruso emitió no obstante un mensaje de tranquilidad a Occidente, al reafirmar que “la fase activa” de los ejercicios Determinación aliada-2022 “acabará el 20 de febrero”. “Estos ejercicios son de naturaleza puramente defensiva y no amenazan a nadie”, añadió, después de que la Otán dijera que estas maniobras suponen el “mayor” despliegue militar desde la Guerra Fría.
(Puede interesarle: Rusia - Ucrania: reconocer a los separatistas es la clave para la invasión).
Tanto Moscú como Minsk han asegurado que todos los soldados volverán a sus cuarteles tras los ejercicios, pero al igual que ocurrió con el anuncio del martes sobre la retirada parcial de los militares rusos de los distritos militares limítrofes con Ucrania, Occidente solo se lo creerá cuando lo vea.

Reservistas ucranianos asisten a un ejercicio militar cerca de Kiev, Ucrania.
EFE
Ayer no se produjo la confirmación de la retirada de los soldados rusos de Bielorrusia desde mañana, pese a que Lukashenko anunció el calendario de repliegue.
EE. UU. insiste en que Rusia, lejos de replegarse, está incluso aumentando su presencia en las fronteras con Ucrania, y afirmó que Moscú creció de 150.000 a 190.000 sus fuerzas militares en la frontera. Eso sumado a que, según Washington, más del 40 por ciento de las tropas rusas está en posición de atacar.
(En otras noticias: Putin admite que hay 'una agravación de la situación' en el este de Ucrania).
No obstante, Kiev ayer mismo, en boca de su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, afirmó que la posibilidad de una invasión rusa a gran escala “es baja”.
Pero, el presidente estadounidense, Joe Biden, quien mantuvo ayer una videoconferencia con los mandatarios de varios países europeos y de la Otán, aseguró al término de la misma que está convencido de que Putin atacará Ucrania y que ya tomó esa decisión. “Creemos que podría suceder en los próximos días y que tendrán como objetivo la capital de Ucrania, Kiev”, dijo.

Tropas ucranianas entrenan en cercanías a Chérnobil.
AFP
Occidente amenazó a Rusia con sanciones económicas si decide atacar a Ucrania, aunque la Casa Blanca afirmó ayer que, de darse, el primer paquete de sanciones no incluirá la expulsión del Kremlin del sistema de datos bancarios Swift, un castigo que se debate hace semanas y que estaba diseñado para castigar a la economía rusa.
Daleep Singh, asesor adjunto de Seguridad Nacional de EE. UU., explicó que el “paquete final” de sanciones contiene “las medidas más severas” que se han evaluado jamás contra Rusia, entre las que se incluyen “poderosos controles a las exportaciones” y fuertes sanciones económicas.
(También lea: Una colombiana cuenta cómo es vivir en Kiev en plena tensión con Rusia).
“Las sanciones se impondrán sin importar qué. Haya o no una razón, ellos encontrarán una, pues su objetivo es frenar el desarrollo de Rusia”, consideró Putin.
EE. UU., Francia y Reino Unido acusaron a los servicios de inteligencia rusos del ciberataque perpetrado esta semana contra el sector bancario de Ucrania. Algo que Moscú negó.
Por su parte, Putin acusó a Ucrania de atizar el conflicto y admitió un “agravamiento de la situación” en Donbás, región donde el ejército ucraniano se enfrenta desde hace ocho años a las fuerzas separatistas. “Todo lo que Kiev tiene que hacer es ir a la mesa con los representantes de (los separatistas) y hablar”, declaró el mandatario.
Los beligerantes se acusan mutuamente de violar una tregua y de utilizar armas pesadas.

Presidente de Ucrania en visita a soldados en zona de guerra de Donetsk contra separatistas rusos.
EPA/Ministerio de Exteriores de Ucrania
El retumbar de las bombas se percibió en Stanytsia Luganska, una localidad ucraniana bajo control de las fuerzas gubernamentales, indicaron periodistas de la AFP. La víspera, esta ciudad ya fue blanco de bombardeos, que alcanzaron un jardín infantil, en un ataque que no dejó ningún muerto.
Denis Pushilin, dirigente separatista de la región de Donetsk, anunció una evacuación de civiles a Rusia, “en primer lugar, las mujeres, los niños y los ancianos”. Leonid Pasechnik, líder de Lugansk, hizo lo mismo y pidió a “todos los hombres capaces de portar un arma, que defiendan su patria”. A su vez, Putin ordenó que se pague 10.000 rublos (unos 129 dólares) a cada evacuado de esas zonas.
(Le recomendamos leer: Ucrania acusa a tropas prorrusas de bombardear un jardín infantil en Crimea).
Y mientras las cadenas de televisión rusas difundieron imágenes de evacuaciones de niños en un orfanato y mostraron cómo un oleoducto que conecta Rusia con varios de los antiguos satélites de la Unión Soviética explotó ayer en Lugansk, controlada por los separatistas prorrusos, EE. UU. insiste en que Rusia busca un “pretexto” para atacar a Ucrania, y el aumento de la violencia en Donbás podría ser uno, pues Moscú se ve como un defensor de las poblaciones rusohablantes, entre las que repartió pasaportes rusos en el pasado.
Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce) informaron de un aumento significativo de los disparos.
Rusia, que ya se anexionó un territorio ucraniano, Crimea, en 2014, insiste en que lo que reclama son garantías sobre su seguridad, como que la Otán ponga fin a su política de expansión, vedando una eventual adhesión de Ucrania; que se comprometa a no desplegar armas ofensivas cerca del territorio ruso y que retire sus infraestructuras en Europa del este. Unas exigencias rechazadas por los países occidentales.
Polémica por templo satánico que ofrece clases extraescolares a niños
Estafador de Tinder ahora vende y envía mensajes personalizados
Wordle salvó la vida de una anciana que había sido secuestrada
REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con información de AFP y EFE