Después de que una avalancha sepultó el hotel Rigopiano en una zona del centro de Italia conocida como la cordillera de los Apeninos, los equipos de socorristas han venido excavando día y noche en una carrera desesperada por encontrar personas con vida.
"Vamos a dejar de buscar solo cuando tengamos la seguridad de que no hay nadie bajo los escombros", aseguró a la prensa Luigi D'Angelo, quien es responsable de la protección civil. "Estamos por demoler el corazón de la estructura, la zona comprendida entre la cocina, el bar y el vestíbulo (donde, se estima, estaba el grupo de huéspedes). Se continuará hasta que encontremos a todos", explicó.
Después de las esperanzas suscitadas por el hallazgo de nueve sobrevivientes el viernes tras 48 horas de frío, así como de tres perros el lunes, la posibilidad de encontrar personas se ha ido disminuyendo con el paso de las horas y los socorristas comienzan a extraer solo cadáveres (Le puede interesar: Rescatan tres cachorros en el hotel devastado por avalancha en Italia)
Los primeros sepeliosParalelamente, se celebraron los primeros funerales en Farindola, la localidad más cercana al hotel, en un clima de tristeza e impotencia.
Varias personas, por ejemplo, asistieron bajo la lluvia al funeral de Alessandro Giancaterino, de 42 años, quien fue jefe de los meseros y uno de los primeros en ser hallado, además de hermano del exalcalde de la ciudad, Massimiliano Giancaterino, quien autorizó hace 10 años la remodelación y ampliación del hotel, hoy en día fuertemente cuestionada por su localización (Lea también: 30 personas estarían atrapadas en hotel tras avalancha en Italia).
En Penne, otra localidad cercana al hotel Rigopiano, se celebrará este martes el funeral de Gabriele D'Angelo, un mesero de 31 años de edad en el parque del Gran Sasso.
La justicia italiana abrió una investigación por homicidio con el fin de establecer si se pudo evitar la tragedia y si hay responsables en el caso.
En una conferencia de prensa celebrada el lunes, la fiscal de Pescara, Cristina Tedeschini, explicó que hubo "una cadena de ineficiencias e interferencias" en la comunicación entre los responsables de encarar la emergencia. Sin embargo, la magistrada reconoció que todavía no se puede determinar si una mejor organización hubiese podido salvar vidas.
AFP