La muerte de Eliana González Ortiz a manos de su esposo, un ciudadano de origen marroquí, el viernes pasado en Madrid (España), se convirtió en una doble tragedia para la familia de esta pereirana que había llegado hace 19 años al país ibérico junto con su madre.
Marisol, la mamá de Eliana, quiere la custodia de sus dos nietos huérfanos, que pasaron al cuidado de la Comunidad de Madrid. Pero para eso debe librar una lucha.
Ella carece de asistencia legal, pero sabe que tiene que demostrar que está en capacidad de criarlos. Necesita alquilar un apartamento y conseguir un trabajo. “Está dispuesta a hacer lo que sea”, explica Álex Rodríguez, tío de la joven madre asesinada. “Se le mide a lo que le den”, insiste.
Hay una falla en la ley porque no hacen seguimiento a las mujeres que han puesto demandas
La abuela vive en Algeciras y quiere trasladarse a Madrid. Por ahora ha podido visitar a los pequeños y constatar que están bien.
En Algeciras reside Santiago, hermano menor de Eliana. Trabaja en un bar (restaurante), pero con su sueldo no alcanza a cubrir los gastos de todos. “Por ahora necesitamos un trabajo para Marisol, y dinero para que pague los primeros meses de alquiler de un apartamento para que pueda estar con los niños”, explica Rodríguez y pide la colaboración de ciudadanos y empresarios.
La mayoría de veces son los abuelos maternos quienes se hacen cargo de los niños, pero hay casos en los que la administración se encarga de su tutela.
Con Eliana González son 24 las mujeres asesinadas por sus parejas este año en España; ocho de ellas habían nacido por fuera del país. El año pasado llegaron a 44 los feminicidios, 19 de ellos de extranjeras.
Eliana nació en Pereira hace 27 años y llevaba 19 en España, a donde su mamá, una joven viuda, había emigrado para buscar un futuro mejor para su hija. “Ella salía a trabajar porque necesitaban dinero, y Eliana se quedaba sola”, explicó el tío.
“El tipo aprovechó esa vulnerabilidad y la endulzó, la enamoró, a los 15 años. La moldeó a su forma, la manipuló hasta que se casaron”. Eliana apenas había llegado a la mayoría de edad cuando contrajeron matrimonio. Poco después nació su primer hijo, Jalid. “Ahí, ella empieza a ver el acoso y de alguna manera se rebela”, cuenta Rodríguez.
Su segunda hija, Jazmín, tiene 3 años y “es una niña hermosa, una fotocopia de su mamá”, dice Rodríguez.
Eliana había comenzado una nueva vida en febrero pasado, cuando tomó la decisión de separarse de su esposo, quien la acosaba y maltrataba. Él, sin embargo, no estaba dispuesto a permitírselo: la mató a cuchilladas y de inmediato se entregó a la policía.
El sepelio de esta mujer será mañana en Madrid.
Ella había demandado en varias ocasiones al exesposo, quien siempre volvía cuando
vencían las órdenes de alejamiento. “Hay una falla en la ley porque no hacen seguimiento a las mujeres que han puesto demandas”, señala Rodríguez.
“Eliana era una mujer berraca, como todas las colombianas”, dice Rodríguez. “Una
luchadora”. Decidió salir adelante sola, sin el hombre que le hacía la vida imposible. “Él le decía que era gorda y fea, que no conseguiría a nadie más, la perseguía, le quitaba el teléfono para ver información”, cuenta Rodríguez. Por eso mismo ella había abierto la cuenta de Facebook con el nombre al revés y su segundo apellido.
Esta colombiana decidió seguir estudios como auxiliar de enfermería y se rodeó de gente preparada. Hacía suplencias en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.
JUANITA SAMPER OSPINA
Corresponsal de EL TIEMPO
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