La policía noruega anunció este martes que descubrió más de 150 casos de agresiones sexuales, entre ellas a niños, en una pequeña comunidad de Laponia, unas revelaciones que conmocionaron al país.
Las autoridades habían abierto una investigación tras la publicación en junio de 2016 en el diario Verdens Gang (VG) de los testimonios de 11 mujeres y hombres que afirmaban haber sido agredidos sexualmente en Tysfjord, localidad de menos de 2.000 habitantes situada al norte del círculo polar ártico.
En un informe publicado este martes, la policía afirma haber desenterrado 151 casos de agresiones sexuales, 43 de ellos violaciones. La mayoría han prescrito, algunos se remontan a 1953.
La policía no tiene ningún motivo para afirmar que la pertenencia étnica o las creencias religiosas en sí puedan explicar estas agresiones
"La policía no tiene ningún motivo para afirmar que la pertenencia étnica o las creencias religiosas en sí puedan explicar estas agresiones", declaró la comisaria Tone Vangen en rueda de prensa.
Subrayó sin embargo que los "mecanismos" propios de estas comunidades "hicieron que las cosas no salieran fácilmente a la superficie". Aludió así al arrepentimiento ante las autoridades religiosas en lugar de las judiciales, y "una necesidad fuerte de cerrar filas en la familia en una situación en la que se siente que la sociedad
noruega te mira con desprecio".
El caso que conmociona al reino nórdico revela la distancia que hay entre la sociedad
noruega y los samis (se decía antes lapones), pueblo indígena al que pertenece la mayoría de las víctimas.
La comisaria presentó las excusas de la policía que no habría abierto investigación luego de la presentación de las demandas. La apertura de una investigación en medio del escándalo contribuyó a que surgieran más testimonios.
Lars Magne Andreassen, director de un centro cultural sami en Tysfjord, dijo que siente "pena" y "orgullo" a la vez. "Pena al comprobar que hubo tantos casos en tantos años, y graves algunos", pero también "orgullo pues la sociedad osó romper el silencio".
Víctimas de discriminaciones hasta el punto de recibir excusas oficiales del rey Harald en 1997, los samis han visto su modo de vida tradicional, muy ligado a la naturaleza, amenazado por las actividades modernas (explotación de hidrocarburos, actividades mineras, eólicas, carreteras...).
AFP
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