Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían desencadenar una crisis constitucional sin antecedentes en la historia moderna de este país. Eso piensa Larry Sabato, director del Centro Electoral de la Universidad de Virginia y una autoridad nacional con más casi cinco décadas de experiencia haciendo seguimiento a los vaivenes de la política estadounidense.
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Según Sabato, los niveles de polarización en la sociedad han alcanzado niveles tan extremos que no descarta un estallido de violencia si los comicios terminan siendo disputados por uno u otro bando. Sabato, en entrevista con EL TIEMPO, hace un balance del estado actual de la carrera y dice que los latinos serán claves a la hora definir el nombre del futuro ocupante de la Casa Blanca.
El 2016 fue un año agridulce en términos de predicciones electorales pues muchos, como usted, se equivocaron a la hora de anticipar el sorprendente triunfo de Donald Trump. ¿Qué pasó en ese momento y qué correcciones ha hecho usted y su equipo para que este año el pronóstico sea más acertado?Es una pregunta legítima, pero quiero agregar una cosa más. Los líderes de la campaña de Trump, los miembros de la familia Trump y Donald Trump mismo no creían realmente que él iba a ganar. Muchos de ellos lo admitieron públicamente en el día de elecciones cuando hablamos con ellos.
Entonces, es importante tener en mente que fue una sorpresa virtual para todos, incluso para las personas que adivinaron correctamente porque tenían dos alternativas y solo una iba a ganar.
Lo único seguro es esto. Aprendimos una lección muy valiosa en el 2016 y eso fue que nuestra sociedad, la sociedad estadounidense, se ha vuelto tan polarizada, tan confiable, que ahora estamos divididos también a un nivel educacional, no solo en las otras cosas en las que nos enfocábamos tanto como, raza, género y edad. Y no contábamos con eso en las encuestas.
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No nos aseguramos, por ejemplo, de que personas sin educación superior de raza blanca, aquellos que no se han graduado de la universidad, fueran bien representadas en la estadística de la misma manera que le dimos importancia a los hombres y mujeres, negros, hispanos, blancos, y así.

El presidente de EE. UU., Donald Trump, en un mitin en Georgia.
Efe
Bueno, nosotros hicimos eso. Nosotros corregimos desde ahí y también hicimos otras cosas dependiendo de la encuesta. Ahora solo nos enfocamos en encuestas que consideramos legítimas y bien hechas, no esas que se hacen con prisa o con los métodos más baratos. Aquellas que realmente las piensan, que tienen las preguntas preevaluadas a través de los años.
Entonces, tengo confianza en el método. Pero eso quiere decir ¿absolutamente seguros? Claro que no, siempre tendremos un 2016 en algún punto, así como tuvimos la elección de 1948.
Algunos de sus más antiguos espectadores lo recordarán, cuando Harry Truman, el presidente Harry Truman, fue unánimemente declarado el inevitable perdedor contra el gobernador Thomas E. Dewey de Nueva York y está la famosa foto de Truman en la noche de elecciones teniendo en la mano el periódico que titulaba 'Dewey vence a Truman'. Claro que Truman le ganó a Dewey, entonces, nunca se quiere sacar conclusiones demasiado pronto.
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Bueno, si me han seguido en 'The Crystal Ball' saben que somos tan precavidos que los partidarios de Biden se están quejando.
Nunca hemos tenido a Biden por encima de 270 votos al Colegio Electoral, que es lo que se necesita para ser electo como presidente porque creemos que debemos ser prudentes, no solo luego de 2016 sino porque las condiciones de este año no tienen precedentes.
Nunca habíamos tenido una elección presidencial durante una pandemia, y un colapso económico. Además, iniquidades raciales, protestas raciales, todo esto junto hace que sea una jornada de elecciones sin precedentes. Si eso no invita a la cautela, nada lo hace.
Nunca habíamos tenido una elección presidencial durante una pandemia, y un colapso económico.
Empiezo por la pandemia porque si le fueras a preguntar a los estadounidenses qué es lo que más le preocupa hoy, no diría que todos, pero si la mayoría, te diría que la pandemia, "estoy preocupado por el covid-19".
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Y con razón. Estamos en 200.000 muertes y claro que Estados Unidos tiene cerca del 4 -5 por ciento de la población del mundo, pero tenemos entre el 20 y 25 por ciento de las muertes por covid-19.
Claramente, no estamos haciendo algo bien o no hicimos algo bien desde el principio de la pandemia. Yo soy de los que piensa esta última, que la administración de Trump tuvo unos serios problemas en las primeras etapas del virus en enero y febrero que causó más muertes que las que deberíamos ver. Algunos dicen que la mayoría de estas muertes pudieron ser prevenidas. Entonces, la pandemia sería el número uno.
Pero también tenemos que recordar que la economía, aunque se está recuperando, aún está mal. Tuvimos un trimestre al nivel o peor que el de la Gran Depresión de 1930. Y esa fue la peor época para Estados Unidos y para la mayoría de países en todo el mundo.

"Tienen un presidente que es inmune", aseguró recientemente Donald Trump en una entrevista para Fox News.
AFP
Millones de personas se han quedado sin trabajo, alrededor de 11 millones perdieron su trabajo y no lo recuperarán. La cifra cambia cada semana, pero muchos de los que están trabajando, trabajan menos horas y haciendo menos dinero.
Eso es más que cierto en mi universidad. Salarios en algunos casos han sido recortados y también horas han sido rebajadas, pasa en todo el país. Entonces, esa sería la número dos en la lista.
Lo interesantes es que mientras la gente culpa a Trump o se ve culpando a Trump por la inadecuada preparación para la pandemia, hay muchos menos que lo culpan por las dificultades económicas porque ningún precedente hubiera preparado al país para las consecuencias económicas de la pandemia, y porque en los primeros tres años de gobierno, Trump tuvo una economía buena.
Se puede argumentar sobre si él creó este ambiente económico o lo heredó de los años de (Barack) Obama, pero la gente le sigue dando crédito por eso, él sigue ganándole a Biden en los temas económicos.
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Y esa es otra de las razones por las que no estoy inclinado por alguno de los candidatos con muchos días restantes de campaña, días críticos. No estoy dispuesto a decir "se acabó, ya todos podemos ir a casa'". No vamos hacer lo que otros ya han hecho. Eso sería un error.
Escogería, Carolina del Norte, Pensilvania, Wisconsin y Arizona. No quiero decir que lo demás no sean determinantes porque tenemos probablemente 12 estados determinantes.
Pero diría que, si se ve, Pensilvania está cerca de Delaware, que es obviamente estado de Biden. Cuando Biden estuvo en el senado colaboró por décadas con los senadores de Pensilvania, muchos lo consideran como el tercer senador de Pensilvania. Y él (Biden) siempre estuvo pensando en este estado porque siempre tuvo aspiraciones presidenciales y lo intentó antes otras dos veces además de la actual.
Cuando Biden estuvo en el senado colaboró por décadas con los senadores de Pensilvania, muchos lo consideran como el tercer senador de Pensilvania.
Pensilvania es un estado grande, muchos votos al Colegio Electoral en juego, y uno de los estados "desertores", o del llamado "muro azul", que le costaron la presidencia a Hillary Clinton porque votaron por Donald Trump.
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Wisconsin es otro de esos estados, y las elecciones en Wisconsin serán muy estrechas, razonablemente estrechas. Y lo estamos observando porque Donald Trump ganó por solo 21.000 votos en Wisconsin en 2016. Por ahora Biden, según las encuestas, le estaría ganando a Trump y por encima del margen de error, algunas muestras hablan de 9 o 10 puntos. Yo no estoy convencido de que esos números sean reales, entre otras cosas por las protestas raciales que se han presentado en Kenosha, Wisconsin (...).
Carolina del Norte, es un estado que se inclina hacia los republicanos y que debe votar por Trump, como la última vez. Pero repito, encuestas tempranas y otras estadísticas indican que la carrera está cerca. Tendremos algunos resultados relativamente temprano en Carolina del Norte, porque es un estado de la costa este, y lo miraremos con cuidado porque puede ser clave para saber si vamos a tener una elección de un día, una semana o un mes.

Votantes depositan sus votos en las votaciones tempranas en Durham, Carolina del Norte.
Bloomberg
Arizona ha sido consistentemente republicano, aunque Bill Clinton ganó allí en 1996. Pero Hillary Clinton estuvo cerca de ganar en 2016, los demócratas ganaron una curul para el senado ese mismo año y, en este momento, otro demócrata está encabezando las encuestas para la Cámara Alta. Creo que hay un chance grande de que Biden lo gane este año. Si eso pasa, creo que Biden gana las elecciones.
Y Florida, no lo mencioné al comienzo porque se inclina hacia los republicanos normalmente. Trump lo ganó por poco más del 1 por ciento del voto y todo indica que le sigue yendo bien, aunque algunas encuestas dicen que Biden podría ganar. Pero hay muchas deserciones de latinos hacia Trump, porque los latinos en la Florida son más conservadores que el resto de hispanos en el país.
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El partidismo y la polarización que vivimos. Antes hubo este tipo de polarización. Tuvimos la guerra civil, los años 60 y 70 con Watergate y Vietnam. Pero alegaría que hoy día estamos más polarizados que en cualquier otro momento del siglo XX y XXI.
Por muchas razones. Sociales, como el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo, económicas y la inmigración, que se ha vuelto un tema muy divisivo. Se ponen todas esas cosas juntas y terminamos en que los republicanos ni siquiera consideran a un candidato demócrata como solían hacer en los 70, 80, y 90 y viceversa.
Ya no tenemos 10 o 20 millones de votos que pueden cambiar de partido, que se pueden persuadir. La vasta mayoría ya sabe desde hace un año o más por quién va a votar. Allí es donde estamos, es lamentable, no es saludable para nuestra sociedad ni nuestra política, pero es la realidad.
¿Cree usted que Joe Biden es mejor candidato de lo que fue Hillary en 2016?Diría esto: Cuando Hillary arrancó su campaña del 2016 era muy popular, había sido secretaria de Estado, y se veía como la escogida por Obama. Pero a los demócratas se les olvidó que Hillary tenía una larga historia en la política, muy controvertida en los 90, y terminó siendo fácil para Trump avivar esos sentimientos negativos hacia ella. Y a millones no les gustaba.
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Los indecisos se fueron con Trump y mucho de eso pasó el mismo día de las elecciones. Esa fue la gran diferencia y, por eso, tan difícil de predecir. Muchos de ellos se fueron con Trump porque pensaron que no se soportarían otros cuatro u ocho años con los Clinton.
Y aunque no les gustaba Trump, y pensaban que era una persona grosera y odiosa, creyeron que crecería con la responsabilidad de la Casa Blanca. Creo que ya sabemos que eso no sucedió. Es exactamente la misma persona que conocimos en la campaña del 2016 y eso le ha costado apoyo. Trump debería haber ganado la reelección sin problemas, aún con la pandemia. Pero no la tiene clara.

En el 2016, Trump se enfrentó a la exsecretaria de Estado de EE. UU. Hillary Clinton por la Casa Blanca.
Mark Ralston / EFE
Me pide escoger entre mis hijos y uno nunca dice cuál es su favorito porque eso causa trauma.
¿Qué tal las mujeres, por ejemplo?Pues son la mayoría en el país, más del 52 por ciento, pero no votan en bloque. Hay diferencias entre las que tienen educación superior o no, o entre las que tienen trabajos que pagan más o menos.
Las mujeres con educación superior de todas las razas han abandonado a Trump, no les gusta su estilo, están cansadas, quieren un cambio. Votaron por Hillary en 2016, pero no por un margen grande. Ahora ese margen está creciendo en favor de Biden. En gran parte, es un voto que ha creado el mismo Trump, es pura oposición a Trump.
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En términos de grupos étnicos, los latinos van a ser claves. Van a determinar Florida, Arizona, inclusive podrían voltear Texas, aunque no creo. Los hispanos controlan dos de los cinco estados claves que le mencioné.
En el 2016 Trump obtuvo solo un cuarto del voto hispano y Hillary se lo llevó por barrida. Biden está ganando entre los latinos, pero está más en el rango del 60 por ciento. Un 35 o 40 por ciento dice ahora que votará por Trump. Veremos qué pasa.
Pero hay que mirar las divisiones entre el voto hispano. Mire Latinoamérica, hay distintas políticas y los votantes no están de acuerdo en muchos temas. En EE. UU. pasa lo mismo.
Los que llevan muchas generaciones siendo ciudadanos en el país tienden a ser más conservadores. Los que son católicos o evangélicos tienden también a ser más conservadores y votan por temas sociales como el aborto y el matrimonio gay, con los que Trump se ha identificado y nombrado jueces a la Corte Suprema de Justicia que se oponen.
Pero los nuevos ciudadanos, los más jóvenes se van más por Biden. El caso clásico es el de los cubanoestadounidenses. Durante la administración Obama se pensó que las nuevas generaciones se estaban moviendo hacia los demócratas y aunque en eso parece que hay una pausa, creo que sigue siendo así.
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En Florida, votantes latinos manifestaron su apoyo a Joe Biden, quien visitó esta semana ese estado.
AFP
Pero los cubanos mayores de edad, que llevan viviendo acá por décadas están claramente con Trump. Son personas de la época de la 'revolución', cuando muchos emigraron y se acuerdan del desastre de Bahía Cochinos, bajo un presidente demócrata, Kennedy.
Todavía hablan de eso y Trump se beneficia por ello. Los venezolanos deberían ser pro Biden, pero no por mucho. Y están los puertorriqueños, que son muy anti-Trump por su respuesta al huracán María hace algunos años, pero no se están registrando para votar como deberían ni su apoyo a Biden es unánime.
Pero en Texas sí está pasando y lo mismo en Arizona. Toca mirar nuestro sistema, que está compuesto por 50 estados más la capital y es lo único que cuenta. Tenemos un voto popular que es irrelevante y por eso hay que mirar las elecciones como 50 estados individuales, y por eso Trump pudo ganar en 2016, pese a perder por un margen enorme de 3 millones de votos. Y en esta ocasión es muy probable que vuelva a perder el voto popular, pero pueda ganar otra vez en el Colegio Electoral y eso es lo que vale.
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Tenemos un voto popular que es irrelevante y por eso hay que mirar las elecciones como 50 estados individuales
Es probable. Esto no va ser una barrida, pero si está cerca de serlo, es decir Biden se lleva el 53 por ciento del voto o más, entonces creo en dos o tres días podríamos declarar a un ganador.
Pero lo más probable es que sea una semana, y si está apretada la cosa un mes o más, y con suerte llegaríamos a tener un presidente en enero, que es cuando se posesiona.
Como sucedió en el año 2000 en Florida. Nada se sabe. Me preocupa porque, por primera vez en la historia, un 40 por ciento o incluso un 50 por ciento votará por correo.
Y, dado que muchos estados ni siquiera pueden comenzar a contar hasta que se cierren los puestos de votación la noche de las elecciones, es virtualmente imposible tener un conteo aproximado el día de la votación.
Ese día probablemente solo se conocerá el resultado de los que votaron esa noche. ¿Y eso a quién beneficia? Pues a Trump, que ha estado atacando el voto por correo. Y por eso los republicanos creen que su deber patriótico es salir a votar el día mismo de las elecciones, pese a los riesgos de la pandemia.
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El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, va liderando las encuestas.
AFP
Y puede que esa noche Trump vaya adelante en muchos lugares que Biden luego terminará ganando. Pero los simpatizantes de Trump van a ver esos primeros números y se van a agarrar de lo que Trump ha venido diciendo durante cuatro años sobre la corrupción del sistema electoral, y que hay fraude electoral en el país, que, entre otras, es completamente falso; es un chiste decir eso, pero eso ayuda a Trump.
Y si es un voto estrecho y pierde las elecciones va a demandarlas y algunos creen que no quería ni salir de la Casa Blanca en enero del 2021. No sé para dónde vamos, pero si se dan ciertas variables podríamos estar camino a algo sin precedente en la historia moderna de nuestra democracia.
Eso es correcto. La clave acá es qué harán los republicanos en el Congreso y si seguirán respaldando a Trump, incluso si saben que perdió y deciden romper con el juramento que hicieron de proteger la Constitución. En otro momento habría dicho que no lo harían bajo ninguna circunstancia. Pero, dado que su respaldo a Trump hoy es del 100 por ciento, no sé qué harán.
Y, entonces, habría que ver si los militares deciden intervenir, y espero que no porque eso sí es completamente contrario a nuestras tradiciones democráticas y serían condenados por la historia si llegan a tomar partido.
Y también está la pregunta del Servicio Secreto, que debe velar por la seguridad tanto del viejo presidente como del nuevo presidente si Biden gana. ¿Sacarán a Trump con suavidad de la Casa Blanca el 20 de enero? Nadie sabe. Ojalá que lo hagan. Estaríamos dependiendo de puro patriotismo para resolver este embrollo si él no quiere irse. Si gana, por supuesto, tiene derecho a otros cuatro años y la gente lo aceptará.
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Trump ha criticado en reiteradas oportunidades el voto por correo.
AFP
Soy optimista y la respuesta tentativa a su pregunta es sí. Ahora, ¿estoy tan seguro de eso como lo estaría antes de la llegada de Trump al poder? La respuesta es no y lamento decirlo.
Tengo 70 años, y comencé a trabajar en esto en los años 60, y nunca pensé que estaríamos en esta posición. Pero tenga en cuenta esto: Trump es la primera persona en la historia de EE. UU. o incluso de la humanidad que, pese a ganar las elecciones en el 2016, las llamó fraudulentas porque su ego no pudo aceptar que Hillary le ganó por tres millones de votos. Y, por eso, les echó la culpa a los hispanos y a los inmigrantes, alegando que votaron ilegalmente cuando hay cero evidencia de que eso sucedió.
Estoy muy, pero muy preocupado por la violencia. Le rezo a Dios porque no pase, pero no sé . Yo vivo en la Universidad de Virginia y me tocó ver de cerca las marchas de neonazis y lo mal que están las cosas. Todos, casi unánimemente, eran pro Trump. Hacían el saludos nazi para Adolf Hitler, y los que no le hacían un saludo similar a Trump. Estamos ante una situación difícil que empeora y lo inusual de todo esto es que el presidente lo estimula en lugar de detenerlo.
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Si las elecciones fueran hoy ganaría Joe Biden, pero todavía falta tiempo. Siempre hay que estar pendiente de una "sorpresa de octubre", que el presidente de turno puede soltar. O como cuando colapsaron las negociaciones con los iraníes para liberar a los estadounidenses secuestrados, una caso que le costó la elección a Jimmy Carter justo al final de la campaña de 1980.
No tengo idea de lo que tiene planeado Trump. Se habla de que piensa anunciar que hay una vacuna lista para el coronavirus y que todos se la pueden poner antes de diciembre, lo cual es ridículo e imposible. Pero eso podría impactar el resultado. Y esa es solo una. Pero creo que Trump tiene varias cosas preparadas. Habrá que esperar.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68
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