Aunque son pocos en Estados Unidos los que defienden la palabra que utilizó el presidente Donald Trump para referirse a los jugadores de fútbol americano que han decidido arrodillarse durante el himno nacional antes del inicio de los partidos (los llamó "hijos de puta"), son muchos, especialmente en las toldas republicanas, los que están de acuerdo con su mensaje.
Esta controversia viene desde el año pasado cuando Colin Kaepernick, en ese entonces el mariscal de los 49ers de San Francisco, puso un rodilla en el suelo durante el himno en protesta por los asesinatos de afroamericanos a manos de policías blancos que venían sacudiendo el país y porque, a su juicio, en EE. UU. la gente de color sigue siendo discriminada.
Su gesto fue emulado rápidamente por otros jugadores de la NFL y de otros deportes, en su mayoría afroamericanos.
El viernes de la semana pasada, durante un evento en Alabama, el presidente encendió la hoguera nuevamente cuando criticó a los dueños de los equipos de la NFL por no despedir a los "hijos de puta" que su juicio ofenden la bandera con ese gesto.
Y su posición es compartida por una mayoría de estadounidenses. De acuerdo con dos sondeos de la semana pasada, uno de Reuters y otro de CBS, más del 70 por ciento de los encuestados cree que Kaepernick y los otros que lo han seguido no son patrióticos.
Si bien la palabra que utilizó Trump fue destemplada y le ha valido críticas de izquierda y derecha, un importante sector del país, salió a defenderlo este fin de semana.
En la cadena de televisión 'Fox', por ejemplo, la mayoría de los presentadores obviaron el insulto para concentrarse en en el mensaje de fondo que Trump quizo promover.
"No me vengan con el cuento de que quieren apoyar a estos (atletas) y protestar frente a las injusticias sociales. Qué vergüenza, qué vergüenza la de aquellos que no quieren mostrar amor por su país como lo hace Trump", dijo la juez Jeanine Pirro durante su programa del sábado.

Los jugadores de fútbol americano están desafiando al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por sus duras palabras y expresiones.
Efe
Igual sentimiento movió el portal Breitbar, que dirige el exasesor presidencial Steve Bannon, y otros medios conservadores.
De acuerdo con algunos analistas, el objetivo de Trump, al meterse en esta trifulca, era congraciarse con la base a la que decepcionó hace algunos días cuando llegó a un pacto con los demócratas para ayudar a las víctimas de los huracanes y habló de un camino posible para legalizar la situación de algunos inmigrantes indocumentados.
Una base a la que, dicho sea de paso, le importa poco el lenguaje de Trump y antes aplauden su estilo directo u frentero.
No pasa lo mismo con los republicanos del establecimiento, que han tomado distancia de esta nueva tormenta que está causando el polémico presidente.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
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