Descansar, escribir y pasar tiempo con su familia. Esas serán las prioridades del presidente de EE. UU., Barack Obama, una vez deje la Casa Blanca.
“Quiero escribir un poco. Quiero estar tranquilo un tiempo y no escucharme a mí mismo hablar tanto. Quiero pasar un tiempo preciado con mis hijas”, explicó el mandatario en su última rueda de prensa. El presidente afroestadounidense también afirmó que celebrará sus 25 años de matrimonio con Michelle en 2017.
Obama –quien dirigió a EE. UU. durante dos periodos seguidos (2009-2017) abandonará la Casa Blanca este viernes después de participar en la ceremonia de investidura de su sucesor, Donald Trump.
El presidente viajará con su familia por última vez en el avión presidencial con destino a Palm Springs (California).
Después se instalará en una mansión que alquiló en el exclusivo barrio de Kalorama, en el noroeste de Washington. Allí se quedarán hasta que la menor de sus hijas, Sasha, termine la educación secundaria.
Obama –el presidente estadounidense que se va sin escándalos– alquiló también una oficina para trabajar en Washington, muy cerca de la embajada de España y a unos 30 minutos a pie de la Casa Blanca. Expertos no descartan que el presidente de EE. UU. deje la política.
“El Partido Demócrata podría ponerlo en el centro de la lucha si el gobierno Trump acude a políticas extremas”, dijo en diálogo con EL TIEMPO Bruce Cain, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Stanford. (Lea también: Obama promete actuar si valores están en riesgo)
De hecho, el mismo mandatario aseguró que alzará su voz si ve “discriminación sistemática”, “obstáculos” para que las personas puedan votar, “esfuerzos institucionales para silenciar la disidencia o a la prensa” o para deportar a los jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños y que son conocidos como dreamers (soñadores).
Ejercer la docencia, trabajar por la defensa del medioambiente y los derechos de las minorías –algo que priorizó durante su gobierno– o dedicarse a dictar conferencias, como lo hizo el expresidente de EE. UU. Bill Clinton, estarían dentro de las opciones para Obama dada su espléndida oratoria. Según Cain, no sería descabellado que Obama aspire a ser juez de la Suprema Corte, aunque él mismo dijo: “Ser juez es un poco monástico para mí”.
Por ahora, se conoce que Obama –que termina su mandato con un 58 por ciento de aprobación, según sondeos de Gallup– escribirá un libro de no ficción con la editorial Random House. Y disfrutará su pensión de 60 millones de pesos al mes.
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REDACCIÓN INTERNACIONAL
*Con EFE
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