Un grupo de países miembros de la OEA, entre ellos Colombia, convocó este viernes a una nueva sesión del Consejo Permanente en la que plantearía, por primera vez, que en Venezuela se ha presentado una alteración del orden constitucional que requiere la utilización de los mecanismos consagrados en la Carta Democrática.
La idea de los países, entre los que también figuran EE. UU., Canadá, México, Brasil y Argentina, es que el Consejo se reúna este mismo lunes a las 2:00 p.m. Algo que ya confirmó la delegación de Belice que encabeza la presidencia del Consejo hasta este 31 de marzo. Los países querían adelantarse además al cambio de la presidencia rotativa, que desde este 1 de abril la asumirá Bolivia, un incondicional de Venezuela.
La decisión se tomó dos días después de que el Tribunal Supremo de Justicia venezolano despojó de sus poderes a la Asamblea Nacional, el órgano legislativo en esta nación. El lunes, los países someterán a consideración del Consejo una resolución en la que se hará constar una “alteración del orden constitucional”, término que abre la puerta a que se aplique a Venezuela el artículo 20 de la Carta Democrática.
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Este artículo prevé, como último recurso, la suspensión de un país miembro hasta que no se restablezca los estándares democráticos previstos en la Carta. Si bien el secretario general, Luis Almagro, viene hablando de un rompimiento del orden constitucional desde hace un año –y lo volvió a hacer esta semana– el organismo se había abstenido de caminar por esta senda hasta el momento.
En la resolución, conocida por este diario, los países conminan a que se restaure cuanto antes la separación de poderes, se devuelva la autoridad a la Asamblea y se restituyan las inmunidades de los diputados.
Así mismo, expresan su intención a mantenerse dispuestos para apoyar todas las medidas que permitan el retorno del orden democrático. Pero quizá su punto más importante es el tercero, donde se pide implementar los mecanismos adicionales previstos en la Carta Democrática de la OEA.
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Aunque las palabras suenan vagas, su intención es poner a correr el reloj de cara a una Asamblea Extraordinaria de Cancilleres que entraría a debatir la posible suspensión del país.
Fuentes diplomáticas le explicaron a este diario que se pretende dar un compás de espera “de días” para que el Supremo reverse la decisión y se restituyan los poderes a la Asamblea. Pero de no suceder, entonces el Consejo Permanente se reuniría de nuevo para discutir la convocatoria de la Asamblea de Cancilleres.
Para llegar, no obstante, hacen falta algunas etapas que no serán fáciles de sortear. En primer lugar los países deben conseguir al menos 18 votos (mayoría simple) para aprobar una resolución este lunes. Esos votos estuvieron sobre la mesa esta semana cuando 20 se sumaron para convocar a una sesión del Consejo para discutir los desarrollos en Venezuela. También tendrían que asegurar que en el proceso de obtención de los votos no se debilite el lenguaje de la resolución.
Si lo logran –y Venezuela no da reversa a la situación– se reunirían de nuevo para convocar a los cancilleres. Este voto, no obstante, es más complicado pues requiere el respaldo de, al menos, 24 países (las dos terceras partes).
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En cualquier caso, las fuentes diplomáticas sostienen que los países que vienen empujando el curso actual de acciones están decididos a que se aplique el artículo 20 (posible suspensión), si no se restituyen los poderes de la Asamblea en el corto plazo.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En twitter @sergom68
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