Hillary Clinton y Donald Trump se miden este lunes en el primero de tres debates presidenciales, y ninguno de los candidatos a la Casa Blanca figura como favorito en el duelo verbal.
Clinton y Trump están empatados en las intenciones de voto, reveló este domingo una encuesta de ‘The Washington Post’/ABC. Clinton es respaldada por el 46 por ciento de los votantes probables consultados, frente al 44 de Trump, y el resto se lo reparten los candidatos minoritarios, Gary Johnson (5%), del Partido Libertario, y Jill Stein (1), del Partido Verde.
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Ante este panorama, cualquier error, cualquier desliz, podría ser fatal.
La ex secretaria de Estado y exsenadora tiene a su favor la experiencia política y conoce al dedillo los temas, pero carece de lo que los seguidores del magnate y estrella de TV ven como su autenticidad bruta. Es su primer cara a cara.
Sin duda, ahí radica el atractivo principal de este ‘show’ televisado, que según expertos podría convocar hasta 100 millones de espectadores, una cifra jamás vista en la política estadounidense. Será también histórico: ninguna mujer ha participado en un debate presidencial. Pese a que la mayoría de los electores ya ha tomado su decisión de cara a los comicios del 8 de noviembre, los debates pueden sin embargo tener un impacto en los indecisos, que un sondeo de NBC ubica en 9 por ciento, y los candidatos analizan estrategias para seducirlos.
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“Normalmente, no miramos los debates televisados para ver cuál de los dos candidatos es el más inteligente y quién expone la mayor cantidad de cifras y conocimientos”, dijo Mitchell McKinney, profesor de comunicación política de la Universidad de Misuri. McKinney, especialista en debates políticos, indicó que los televidentes prefieren los candidatos que logran comunicar su visión en pocas frases simples, coherentes y memorables.
Por eso Clinton, con su conocimiento detallado de los temas, deberá evitar caer en la trampa de dar respuestas demasiado detalladas y técnicas. Pero ese ha sido el eterno problema para Hillary Clinton, la menos querida de los candidatos demócratas a la Casa Blanca en años, según encuestas. Su fortaleza podría estar en su capacidad de lanzar efectivos contraataques verbales.
“Trump crea un vínculo con sus electores en un nivel profundamente emocional, y eso puede ser muy difícil de equiparar, porque la emoción con frecuencia es más fuerte que los datos”, añadió el experto. En ese terreno, el millonario populista y expresentador de un exitoso ‘reality’ tiene una clara ventaja.
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En una señal de que para él todo vale, Trump amenazó con llevar al debate a Gennifer Flowers, una ex-amante de Bill Clinton.
AFP
Washington
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