Pese a emplear un tono más acorde con las realidades del terreno, Estados Unidos todavía considera tanto a las Farc como al Eln como "Organizaciones Terroristas Internacionales" (FTO, por su sigla en inglés) y ambos grupos siguen incluidos en una lista que elabora el Departamento de Estado y que prevé fuertes sanciones contra el grupo y sus integrantes.
Así quedó en evidencia la semana pasada cuando publicó su reporte sobre anual sobre terrorismo y en el que evaluó este fenómeno en varios países del mundo a lo largo del 2016.
En su introducción a las valoraciones de países en el hemisferio occidental, el reporte destaca: "Colombia experimentó un descenso significativo en la actividad terrorista en el 2016, según estadísticas del Ministerio de Defensa, debido en buena parte al alto el fuego bilateral entre las fuerzas del Gobierno y las Farc, y la firma de la paz".
Dice también que, a diferencia del año 2015 –cuando hubo varios ataques atribuidos a las Farc–, desde agosto se ha presentado una sola confrontación letal contra fuerzas del Estado y que el número de víctimas, tanto de las Farc y el Eln como del Ejército, se redujo de manera significativa durante este mismo período.
Llamó la atención, a su vez, que el Departamento de Estado omitiera en esta misma introducción una frase que había utilizado en los informes correspondientes a los años 2015 y 2014 con la cual describía a las Farc y al Eln como "la principal amenaza terrorista en el hemisferio occidental".
Antes del 2014 y desde el 2001, el reporte solo indicaba que estos grupos eran responsables por la mayor cantidad de ataques cometidos en la región.
El reporte menciona que las Farc cometieron muy pocos ataques y que en general se redujeron los atentados en el país
La omisión de esa frase en el reporte del 2016, y un cable de una agencia internacional que hizo énfasis en ese detalle, provocó que varios medios de comunicación en el país publicaran historias afirmando que "EE. UU. ya no consideraba a los grupos colombianos como la principal amenaza terrorista del hemisferio".
Otros medios fueron más allá, leyendo en esto que Washington había excluido a las Farc de la lista de Organizaciones Terroristas Internacionales.
Pero como se lo explicó a este diario una alta fuente diplomática en Washington, el reporte lo que hace es simplemente evaluar los hechos que se presentaron durante el 2016.
"El reporte menciona que las Farc cometieron muy pocos ataques y que en general se redujeron los atentados en el país, porque eso fue lo que pasó y tiene que ver con los efectos del acuerdo de paz", dice la fuente.
De hecho, el mismo reporte, en el capítulo donde describe la situación en Colombia, sostiene que algunos miembros de las Farc continuaron con actividades de extorsión y que el Eln cometió numerosos actos terroristas, entre estos bombardeos, secuestros y asesinatos.
En el reporte, ambos grupos aparecen nuevamente en la lista de FTO y Colombia sigue figurando como un Estado que ofrece santuario a este tipo de organizaciones. No de manera cómplice, sino por falta de recursos para controlar todo el territorio nacional.
Es más, al describir a las Farc, el departamento de Estado afirma: "Es el grupo terrorista más grande, viejo y mejor equipado del hemisferio", sostiene que durante el 2016 se siguieron financiando con el "narcotráfico y la extorsión" y recuerda que son los responsables del secuestro de tres estadounidenses.
Dicho eso, se sabe que EE. UU. ha comenzado un proceso de revisión para determinar si puede excluir a las Farc de la lista. Se trata de un proceso interagencial que podría tardar al menos seis meses y que depende de que las Farc cumpla con los términos del acuerdo, no solo en cuanto a desmovilización, sino en cuanto al desarme y la entrega de bienes y recursos obtenidos de manera ilegal.
Una vez ese proceso de revisión concluya de manera satisfactoria para las Farc, el Departamento de Estado emitiría una recomendación a la Casa Blanca.
Dado que se trata de una ley del Congreso, el presidente Donald Trump tendría que informar al legislativo de su decisión y justificarla con los elementos de la evaluación interagencial.
Aunque se trata de un mecanismo que tiene sus estándares de evaluación previamente definidos, a la larga se trata de una decisión política del presidente de turno. Y en el caso de la actual administración republicana puede que no les interese retirar a las Farc de la lista o no tenga afán en hacerlo.
Así mismo, y este es una escenario bien probable, las Farc saldrían de la lista como lo hicieron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En julio de 2014, el departamento de Estado anunció la exclusión de las AUC, pues estas habían dejado de existir como grupo tras el proceso de desmovilización que se adelantó durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.
Pero eso solo sucedió seis años después de que el grupo entregó sus armas.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68
WASHINGTON