A partir del año entrante, Estados Unidos comenzará una exhaustiva revisión de su política antidrogas en el hemisferio occidental, tras más de tres décadas insistiendo en la mal llamada guerra contra las drogas.
Eso gracias a una ley que fue impulsada por el congresista Eliot Engel y que fue aprobada por el Congreso la semana pasada.
La ley, bautizada Acto de 2015 para una Comisión Antidrogas, estaba pendiente de la firma del presidente Barack Obama, algo que se espera suceda esta misma semana.
La ley, como su nombre lo indica, creará una comisión compuesta por 10 miembros que usarán los próximos 18 meses para evaluar éxitos y deficiencias de programas como el Plan Colombia. Al cabo de ese periodo entregarían una serie de recomendaciones que deben servir para diseñar una estrategia más efectiva y a tono con la realidad.
"A lo largo de las últimas décadas nos hemos gastado millones y millones de dólares de plata de los contribuyentes en programas antidrogas en América Latina y el Caribe. Este acto nos forzará a darle una nueva mirada a nuestras políticas antidrogas para asegurar que tengamos la mejor estrategia hacia el futuro", dijo Engel que llevaba varios años empujando por este ley.
De acuerdo con el Representante, el Congreso le debe a sus ciudadanos una "evaluación honesta" de lo que ha funcionado y lo que no. Esto se da justo cuando el consumo de heroína en el país se está transformando en toda una epidemia.
Según dice el texto de la ley, EE.UU. ha invertido más de US $15.700 millones de dólares en estas tres décadas intentando frenar el flujo de drogas que llega de Colombia y otros países en la región.
De esos fondos, en Colombia se han gastado casi US$ 10.000 millones. Sin embargo, las últimas estadísticas sobre cultivos ilícitos en el país sugieren que tras varios años en caída, la producción potencial de cocaína se ha duplicado entre el 2014 y el 2015.
Entre los mantos de la Comisión está determinar la efectividad de estrategias como la fumigación de cultivos, la interdicción y los programas de desarrollo alternativo. Así mismo, los modelos que se utilizan para medir la producción de drogas, el entrenamiento de funcionarios y programas para reducir la demanda en EE. UU.
Además del Plan Colombia, la comisión revisará la Iniciativa Mérida, con México, y los programas que adelantan en Centroamérica y el Caribe.
El trabajo también deberá incluir un estudio sobre el impacto que tiene la evaluación que hace anualmente Washington en la que medie la cooperación de otros países y sanciona a los que no colaboran.
Así mismo, dice el texto, una revisión sobre los parámetros que se utilizan actualmente para medir el éxito o fracaso de las políticas y de los controles del sistema financiero para evitar que los dividendos del narcotráfico salgan o entren al país.
La comisión también estudiará el nexo entre el tráfico de drogas y organizaciones terroristas a nivel mundial al igual que las estrategias que se usan para atacarlos.
Por último, la Comisión pretende evaluar modelos alternativos que se están utilizando en la región para combatir el tráfico y consumo de drogas.
Aunque no lo menciona, una alusión indirecta a la despenalización del consumo en varios países.
Ocho de los miembros de la Comisión serán nombrados por el Congreso (republicanos pondrán cuatro y demócratas, los otros cuatro) y los otros dos le corresponderán al Presidente.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68