Estados Unidos se abstuvo este miércoles por primera vez de votar contra la resolución anual de la Asamblea General de la ONU que condena el embargo de Washington a Cuba, un año después de restablecer las relaciones con La Habana.
El texto, que insta a poner fin al embargo –impuesto en 1960, en plena Guerra Fría–, fue adoptado por una mayoría abrumadora de 191 Estados a favor, con las abstenciones de EE. UU. e Israel. Se trata de la vigesimoquinta vez en que la Asamblea General aprueba la resolución presentada por Cuba.
Hasta ahora, Estados Unidos siempre había votado en contra del texto, a veces secundado por Israel. “Estados Unidos siempre ha votado contra esta resolución. Hoy se abstendrá”, había anunciado poco antes su embajadora ante la ONU, Samantha Powers, haciendo estallar al recinto en un largo aplauso.
La abstención de Washington está en línea con los llamados del presidente Barack Obama al Congreso, de mayoría opositora republicana, a que levante el embargo, en el marco de la normalización de las relaciones bilaterales. Estados Unidos restableció las relaciones diplomáticas con Cuba en julio del año pasado, y Obama realizó una visita histórica a la isla comunista en marzo del 2016.
Pero la decisión final de un restablecimiento completo de los lazos financieros y comerciales con Cuba necesita la aprobación del Congreso estadounidense.
Paul Ryan, el jefe de los republicanos en la Cámara de Representantes, prometió hace una semana que el Congreso mantendría el embargo, no obstante las medidas adoptadas por Obama para proseguir con el deshielo de las relaciones bilaterales.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, se congratuló por el cambio marcado por Washington, pero dijo que el Ejecutivo estadounidense debe dar pasos concretos que vayan más allá de esta votación.
“El bloqueo (como lo llaman los cubanos) sigue siendo una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todas las cubanas y cubanos y califica como acto de genocidio”, apuntó.
Según el canciller, los daños económicos provocados por el embargo a la isla entre abril del 2015 y marzo del 2016 –desde la primera reunión de Obama con el presidente cubano, Raúl Castro, hasta su histórica visita a La Habana– son de más de 4.680 millones de dólares. Y el perjuicio acumulado durante seis décadas de esta “política genocida” alcanzó los 753.688 millones de dólares, añadió. (Lea también: Los principales cambios en la nueva relación de EE. UU. y Cuba)
“No hay familia cubana ni sector en el país que no sufra los efectos del bloqueo”, aseguró Rodríguez.
Las restricciones impuestas por el embargo impidieron la venta de equipamiento médico estadounidense para tratar a los cubanos que sufren el mal de Parkinson y bloquearon un acuerdo con una farmacéutica cubana que habría permitido producir los medicamentos localmente, añadió.
La resolución de este año toma nota de los pasos dados por el gobierno de Obama para suavizar el embargo, considerándolos positivos “pero aún de alcance limitado”.
La medida insta a todos los Estados miembros a no aplicar el embargo y a “reafirmar la libertad de comercio y navegación”.
El año pasado, la resolución –no vinculante– alcanzó su mayor nivel de apoyo, con 191 Estados a favor y solo Estados Unidos e Israel en contra. Power subrayó que “la política estadounidense de aislamiento a Cuba no ha funcionado (...) En lugar de aislar a Cuba (...) nuestra política ha aislado a EE. UU., incluso aquí, en la ONU”, agregó la diplomática.
AFP
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