Tras 5 años de la firma de los acuerdos de paz, EE. UU. decidió remover a las Farc de su temida lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (o FTO por su sigla en inglés).
(Además: 'Deberíamos dejar atrás ese lenguaje de fracaso en relación con la paz')
El anunció final lo hizo el propio secretario de Estado Anthony Blinken a través de un comunicado en el que también precisa que el grupo fue a su vez excluido de la lista de organizaciones vetadas por el Departamento del Tesoro y que prevé sanciones económicas.
Paralelamente, Blinken indicó que otros dos grupos compuestos por exintegrantes de esta organización guerrillera figurarán a partir de este martes en la lista negra de EE. UU.
Se trata de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (Farc-EP) y Segunda Marquetalia, la organización que lideran Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, Hernán Darío Velásquez Saldarriaga (el Paisa) y Henry Castellanos Garzón (Romaña).
Márquez, el País y Romaña, dijo el secretario de Estado, fueron declarados a su vez como Terrorista Globales Especialmente Designados (SDGT), que es calificativo bajo el cual están las personas sancionadas por el Departamento del Tesoro.

El Secretario de Estado, Antony Blinken.
César Melgarejo / EL TIEMPO
Néstor Gregorio Vera Fernández (alias Iván Mordisco) Miguel Santanilla Botache (alias Gentil Duarte) y Euclides España Caicedo (alias Jhonier), de las Farc-Ep también fueron declarados SDGT y sobre ellos también recaen las sanciones económicas.
La decisión a la que llegó EE.UU, había sido anticipada en exclusiva por este diario hace un mes y confirmada la semana pasada por altos funcionarios de la Casa Blanca.
“Desde la firma del acuerdo de paz en el 2016 las Farc se disolvió y se desarmó formalmente. Ya no existen como una organización organizada que se dedica al terrorismo, hace terrorismo o tiene la capacidad o intención de hacerlo”, dijo Blinken al explicar la movida.
El departamento de Estado aclaró, no obstante, que la decisión de excluir a las Farc “no elimina” cargos en EE. UU. por narcotráfico y otros crímenes que existan o puedan surgir en el futuro contra exmiembros de este grupo. Así mismo, afirmó Blinken, “tampoco borra la mancha que dejó sobre ellos la decisión de la Justicia Especializada para la Paz (JEP) cuando concluyó que sus acciones eran crímenes contra la humanidad”.
De acuerdo con el secretario de Estado, la nueva medida facilitará la capacidad que tiene EE. UU. para respaldar la implementación de los acuerdos de paz y el trabajo con los que si desmovilizaron y están cumpliendo con sus términos.
Según explicaron a este diario funcionarios de la administración Biden, el proceso para retirar el nombre de las Farc de la lista comenzó durante el gobierno de Donald Trump e hizo parte del mecanismo regular de evaluación que adelanta EE. UU.
anualmente para determinar si un grupo continúa cometiendo actos terroristas o ha cesado sus actividades o dejado de existir como tal.
Las Farc fueron incluidas en la lista de FTO en 1996. Sin embargo, tras la firma de los acuerdos de paz, el estatus complicó el apoyo de Washington a su implementación.
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Con movilización y feria de emprendimiento, Medellín conmemoró los cinco años del Acuerdo de Paz.
Jaiver Nieto Álvarez / ETCE
Ese año EE. UU. aprobó casi US $ 500 millones de dólares para respaldar los acuerdos y desde entonces han entregado US $ 800 millones adicionales. Sin embargo, ningún fondo ha podido ser utilizado en programas que beneficien a desmovilizados pues eso se consideraría apoyo material a una organización terrorista bajo las leyes de EE. UU.
Así mismo, los funcionarios estadounidenses ni siquiera podían entrar en contacto con exmiembros de la organización, incluidos aquellos que conformaron un partido político y se le asignó una curul en el Congreso.
La Unión Europea, para poner un ejemplo, ya había sacado al grupo desde el 2017.
En el caso de EE. UU. por razones políticas y otras asociadas a la misma ley que le dio vida a la lista de organizaciones terroristas, el proceso fue mucho más lento y requería pruebas concretas de la desmovilización, entrega de armas, cese de actividades delictivas y un período de tiempo para corroborar ese cumplimiento.
Además, el proceso de evaluación y exclusión se vio interrumpido por la irrupción de la pandemia del covid-19 en el 2020.
En el comunicado, Blinken explica que la designación de las Farc-Ep y Grupo Marquetalia golpea a las facciones que no quisieron desmovilizarse y continuaron con las acciones terroristas. Dice, por ejemplo, que son responsables del asesinato de excombatientes al igual que atentados, secuestros y otros crímenes.
“Como resultado de nuestra decisión de hoy, entre otras consecuencias, todas las propiedades e intereses de estos grupos o individuos deben ser bloqueados por el Departamento del Tesoro. Adicionalmente las personas que hagan transacciones con estas personas designadas se exponen a ser ellos mismos designados. Así mismo cualquier institución financiera que les ofrezca sus servicios podría ser sancionada y es un crimen ofrecerles apoyo material a estos grupos”, acotó Blinken en el comunicado.

Iván Márquez y Gentil Duarte, jefes de disidencias de las Farc.
EL TIEMPO
Aunque la decisión de excluir el nombre de las Farc de la lista no precluye los crímenes que hayan cometido sus miembros ni cobija a quienes hayan seguido delinquiendo, cayó mal entre ciertos sectores de EE. UU. particularmente republicanos y políticos demócratas en Florida.
De acuerdo con el Senador Marco Rubio se trata de una decisión que puede “incentivar a los narcoterroristas y los regímenes que los patrocinan en toda nuestra región”.
Sin embargo, según dijo Juan González, asesor del presidente Joe Biden para América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad, se trata de una crítica infundada cuyo origen fue la filtración parcial de la noticia hace algunos días sin que se explicara todo su contexto.
Inicialmente, algunos medios diferentes a EL TIEMPO, anunciaron que EE .UU. excluiría a las Farc de la lista pero no sin decir que las facciones que continuaron delinquiendo serían declarados terroristas.
Tampoco que los exmiembros de las Farc que tengan deudas con la justicia continuarán en la mira de las autoridades judiciales.
Si bien EE. UU. dijo en su momento que la decisión no estuvo asociada con el quinto aniversario de los acuerdos de paz, que se conmemoró el 24 de noviembre pasado, es claro que desde que llegó Biden a la Casa Blanca sus funcionarios han realzado el pacto de paz y presionado para que se implemente en su totalidad pues consideran que es el mejor camino para frenar la violencia, los abusos de derecho humanos y el tráfico de drogas.
Biden, hay que aclarar, respaldó las negociaciones cuando era el vicepresidente de Barack Obama e hizo parte de una administración que hasta designó un Enviado Especial (Bernie Aronson) para que acompañara el proceso durante los diálogos en La Habana, Cuba.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
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