Deslenguado, irreverente, irascible, impertinente, imprudente, impredecible. Presidente de Estados Unidos.
El nuevo habitante de la Casa Blanca desde este viernes, fue conocido por sus millones, sus mujeres, sus reinas, sus realities de televisión, sus torres y más recientemente por su influencia en la red social Twitter.
@realDonaldTrump en sus casi ocho años en esa red social, ha publicado algo más de 34.300 mensajes, ha recibido millones de retuits, me gusta y menciones de sus más de 20 millones de seguidores en todo el mundo, y además registra un índice de 95 puntos en Klout (medidor de influencia en la red).
Las cifras son la envidia de directores de redes sociales y de quienes ahora son medidos por su influencia en internet, pero en el caso de Trump, las cifras son irrelevantes pues la red del pajarito azul, junto con los medios de comunicación, se ha convertido en una herramienta poderosa para poner directamente al aire sus mensajes y sin ediciones. Esa falta de filtro le ha ocasionado problemas a más de uno de los que han sido objetivo de sus ataques y confirman la teoría de que el mandatario, al menos como millonario y luego como candidato, no le ha importado el alcance de sus palabras.
“Miren, no me gusta tuitear. Podría estar haciendo otras cosas. Pero hay unos medios y una prensa muy deshonestos. Y es la única forma en que los puedo contrarrestar”, comentó el presidente electo en una entrevista con la cadena Fox.
Sus mensajes de 140 caracteres contra México han ocasionado una caída histórica del peso, además de hacer perder 2.000 millones de dólares al banco central de ese país, que hace algunas semanas intentó defender la cotización de la moneda contra el dólar vendiendo reservas internacionales.
De la misma manera, sus discursos, que van acompañados de tuits, también ocasionaron hace dos semanas que las nueve mayores compañías farmacéuticas de Estados Unidos perdieran 24.000 millones de dólares en la Bolsa de Nueva York en apenas 20 minutos. Es el poder de un presidente. En este caso, así no se haya posesionado. En otra persona, en diferentes circunstancias y con un equipo de abogados adecuado esas ‘salidas’ de Trump podrían ser catalogadas como pánico económico.
Para el consultor político Miguel Jaramillo Luján, Trump, como presidente electo de la nación más poderosa de la tierra desde el pasado 8 de noviembre, “sigue comportándose como candidato”. Sin embargo, dice, “cuando se siente en el salón Oval de la Casa Blanca y vea cómo sus comentarios afectan al país y los intereses globales, seguramente eso lo llevará a moderar su lenguaje”.
Pero para otros lo que está quedando claro, como reseña un análisis de la agencia Bloomberg, es que Trump “está probando su capacidad de usar su boca o sus trinos para manipular incentivos financieros, análisis y contexto. Ahora no tiene límites. No obstante, su disposición para hacerlo es lo que lo distingue”.
El análisis se refiere a un trino que reza: “Compren L. L. Bean”: “Gracias a Linda Bean de L. L. Bean por su gran apoyo y coraje. La gente ahora te apoyara aun mas. Compren L. L. Bean”.
El tuit fue posterior a comentarios dirigidos a ‘Fox y amigos’ por parte de Linda Bean, nieta del fundador de la compañía que algunos consumidores estaban boicoteando porque ella había aportado 30.000 dólares a un super-PAC pro-Trump.
“Esto de que alguien con su poder haga manifiesto su apoyo o su desacuerdo frente una empresa en particular no tiene precedente”, dijo al Washington Post la profesora titular de la Harvard Business School Katherine DeCelles.
Pero así como ha demostrado no tener sentido de la responsabilidad ni del humor y reaccionar con descalificaciones ante cualquier comentario, Trump también se equivoca en Twitter. Así pasó el 16 de enero cuando al enviar una felicitación de cumpleaños a su hija Ivanka esta le llegó a otra Ivanka, pero en Europa, quien le agradeció el cumplido, le dijo que tuviera cuidado la próxima vez y le pidió que tuviera conciencia del cambio climático.
HOLMAN RODRÍGUEZ M.
Redacción Internacional
Twitter: @holmanrodriguez
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