La confirmación de Brett Kavanaugh a la Corte Suprema de Estados Unidos sufrió un considerable traspié luego de que un senador republicano, clave en este proceso, pidió postergar la votación en la plenaria mientras se adelanta una investigación del FBI ordenada por el presidente Donald Trump.
El pedido lo hizo el senador Jeff Flake, de Arizona, uno de los más férreos opositores del presidente Donald Trump. Tras otra dramática jornada en el Congreso de EE. UU., marcada por recriminaciones e insultos entre miembros de ambos partidos, Flake sorprendió cuando anunció sus intenciones en el último momento.
“Lo que estoy diciendo es que he discutido con los demócratas, y ellos están muy incómodos, de manera justificada, en avanzar con esto sin que haya una investigación. En un esfuerzo por tratar de unir este país, nos sentiríamos mejor si eso pasa y no queda la queja de que no se investigó”, dijo el senador.
No obstante, Flake votó a favor de Kavanaugh en la comisión donde su nominación fue aprobada con 11 votos republicanos contra 10 demócratas. Pero, en todo caso, dejó sentada su intención de oponerse a que la postulación llegue a la plenaria del Senado si primero no se da un plazo de una semana para que el FBI investigue las acusaciones de agresión sexual contra Kavanaugh.

El senador republicano Jeff Flake es interpelado por la activista colombiana Ana María Archila antes de la sesión que buscaba confirmar a Brett Kavanaugh en la Corte Suprema.
Reuters
Sus declaraciones cayeron como una bomba entre los republicanos, que ya tenían toda la maquinaria lista para confirmar al juez a más tardar el martes.
Aunque el partido de Trump podría intentar proceder a esa votación pese a la objeción de Flake, lo más probable es que no tengan los votos para hacerlo. En este momento, los republicanos tienen en la Cámara Alta solo 51 votos. La jugada de Flake implica que tendrían 50. Además, otra senadora clave, Lisa Murkowski, de Alaska, dijo este viernes respaldar a Flake. Así, la confirmación podría fracasar si los dos cumplen con su palabra.
Como prueba de ello, el mismo líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, le pidió a Trump ordenar una investigación del FBI sobre acusaciones creíbles que hayan surgido contra Kavanaugh.
El giro de Flake fue inusitado, pues en horas de la mañana había confirmado su intención de votar por Kavanaugh. Para muchos, en que en su cambio de parecer pudo influir un video en el que dos mujeres –colombiana una– lo acorralaron en un ascensor del Congreso para reclamar justicia.
“Míreme a los ojos, no mire a otro lado. A mí me violaron. Va usted a permitir que una persona así llegue a uno de los puestos más poderosos del país”, se escucha decir a una de ellas entre gritos y lágrimas, mientras Flake agacha la cabeza.
La postergación pedida por Flake puede que en nada altere el resultado final. Es más, les daría tranquilidad –de no hallarse nada en concreto– tanto a él como a los otros indecisos.
Pero cualquier cosa podría pasar en una semana, como sucedió esta, cuando dos mujeres más acusaron al juez de agresión sexual. O como lo demuestra el video de las mujeres increpando al senador en el ascensor.
Washington, que ya venía convulsionada por las revelaciones contra el nominado de Trump, quedó inmersa en una profunda disputa partidista tras los emotivos testimonios que rindieron el jueves Kavanaugh y Christine Blasey Ford, la primera mujer que lo acusó de agresión sexual.
Los senadores de ambos partidos, reunidos en el mismo recinto donde tuvieron lugar los procedimientos del jueves, continuaron atacándose mutuamente y justificando su posición. Lindsey Graham, defensor del juez, volvió a salirse de casillas indicando que votar en contra de Kavanaugh “destruiría el país”.
Míreme a los ojos, no mire a otro lado. A mí me violaron. Va usted a permitir que una persona así llegue a uno de los puestos más poderosos del país.
Patrick Leahy, uno de lo senadores demócratas más antiguos, atacó a sus rivales diciendo que se habían convertido en “perritos falderos” de Trump, no sin antes catalogar de corrupto el proceso .
“El día que atacaron a la doctora Ford había otra persona en el cuatro (Mark Judge). Pudimos haberlo interrogado para llegar al fondo de esto, pero ustedes se opusieron. Imploramos por una investigación del FBI, pero se negaron. Es claro que el interés de los republicanos no era conocer la verdad, sino asegurar a un miembro conservador en la corte a cualquier precio”, aseguró el senador.
Mientras los senadores debatían, cientos de manifestantes gritaban a las afueras del recinto, reclamando un voto negativo contra el juez y justicia para las víctimas de acoso sexual.
“Ya viene noviembre, ya viene noviembre”, era un coro que se escuchaba en alusión a las elecciones legislativas que se aproximan y la posibilidad de un castigo en las urnas motivado por su manejo de este caso.
Además, una docena de congresistas mujeres de la Cámara de Representantes se hicieron presentes en la sala.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington @sergom68
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