Estados Unidos sigue conmocionado tras la escandalosa llamada que le hizo el presidente Donald Trump a un alto funcionario de Georgia en la que le pide, literalmente, que se saque del sombrero los votos que le hicieron falta para ganar las elecciones en este estado.
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La solicitud, catalogada por la gran mayoría como un claro abuso de poder que podría tener consecuencias legales, es parte de una grabación de más de una hora entre Trump y el secretario de estado de Georgia, Brad Raffensperger, que obtuvo el diario Washington Post.
"Mire, yo lo único que quiero es que me encuentre 11.780 votos, que es uno más de los que tenemos (Biden triunfó por 11.779 sufragios)… La gente está molesta y no hay nada de malo en que usted diga que hizo un recálculo", le dice el presidente a Raffensperger, que es republicano.
En la conversación, que sucedió este sábado, Trump también lo amenaza con posibles acciones legales en su contra y le suelta toda una letanía de teorías de conspiración que ya han sido estudiadas por las cortes del estado y rechazadas por falta de méritos y pruebas.
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Georgia, además, ya ha hecho tres recuentos de los votos, uno de ellos manual, y en todos se ha corroborado el triunfo de Biden.
En varias ocasiones el secretario le contesta a Trump que la victoria de Biden fue legítima y que no existe evidencia alguna de que se cometió fraude.
"El problema que usted tiene, Presidente, es que la información que usted tiene es equivocada", le dice el funcionario en un momento del intercambio.
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Mire, yo lo único que quiero es que me encuentre 11.780 votos, que es uno más de los que tenemos...
Aunque ya todos los estados certificaron los resultados de las elecciones y el Colegio Electoral ya eligió a Biden como el Presidente el pasado 14 de diciembre, el esfuerzo de última hora del mandatario parece dirigido a torpedear una sesión del Congreso prevista para este miércoles en la que el Legislativo debe autenticar los resultados que le enviaron los estados.
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Si bien se trata de una sesión más bien protocolaria, varios legisladores leales al Presidente han indicado que piensan relitigar ese día las acusaciones de fraude que ha elevado Trump pese a que todas han sido desechadas por las cortes.
El ejercicio no tiene chance alguno de alterar el resultado de las elecciones y es visto más como una prueba de lealtad que ha impuesto el presidente. Eso porque los demócratas controlan la Cámara de Representantes y se requiere de un voto favorable en ambas ramas del Legislativo para que algo tan descabellado pueda prosperar.
Y ya varios senadores republicanos han dicho que tampoco respaldarán una iniciativa que consideran inconstitucional.
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Pero Trump, que se resiste a aceptar su derrota (perdió 306 vs. 232 en el Colegio Electoral y por más de 7 millones de votos), al parecer cree que si algún estado como Georgia decide modificar los resultados, eso abriría la puerta para permanecer en la Casa Blanca más allá del 20 de enero, cuando debe entregarle las llaves a Biden.

El candidato demócrata Jon Osoff adelanta su campaña en el estado de Georgia.
Erik S. Efe
Geoff Duncan, el vicegobernador del estado (otro republicano), catalogó este lunes la llamada de Trump como "totalmente inapropiada" y algo que debería analizar el fiscal general de Georgia para determinar si se cometió un crimen.
Para los demócratas, como el congresista Adam Schiff, es evidente que la conducta de Trump es delictiva y debería ser castigada. "Es un claro abuso de poder. No solo le pidió a un funcionario electo que cometiera un fraude para favorecerlo sino que intentó extorsionarlo. Si este miércoles los republicanos quieren hablar de fraude, deberíamos comenzar por este caso", dijo Schiff.
De acuerdo con varios expertos legales, Trump pudo haber cometido varias ofensas tanto a nivel federal como estatal. Y no han sido pocos los que le han pedido que renuncie y reclaman que se le inicie un nuevo proceso de destitución.
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Qué tanto de eso prospere es lo que está por verse. Pero dado que a Trump solo le restan 16 días en la Casa Blanca, las opciones son limitadas.
La Cámara de Representantes, por ejemplo, comenzó a discutir ayer una moción de censura contra el presidente. Un castigo que solo conlleva consecuencias simbólicas pero que rara vez se le ha impuesto a un presidente en ejercicio. Pero lograrlo necesitarán que en el Senado avance una medida semejante.
Algo que no es claro aún. Si bien existen suficientes republicanos que podrían sumarse a la reprimenda, un sector importante del partido en la Cámara Alta le teme a una represalia del Presidente, que sigue siendo muy popular entre la base. De hecho, hasta este lunes eran pocos los que habían salido a criticar abiertamente a Trump.
Es un claro abuso de poder. No solo le pidió a un funcionario electo que cometiera un fraude para favorecerlo, sino que intentó extorsionarlo...
Por el lado legal, hay quienes sostienen que la conducta de Trump raya en lo criminal, pero sería difícil probar que el Presidente estaba promoviendo un delito.
Además, Trump podría usar los enormes poderes que le confiere la Constitución para perdonarse a sí mismo por cualquier crimen cometido durante su gobierno. Se trata de una figura que nunca antes se ha utilizado y que probablemente terminará siendo analizada por la Corte Suprema de Justicia.
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Pero existe la percepción de que el aparato judicial usará extrema cautela a la hora de considerar cargos contra un expresidente. Especialmente dada la extrema polarización que existe en EE. UU.
De acuerdo con Richard Pildes, experto en normas constitucionales de la Universidad de Nueva York, el gran crimen de Trump es uno moral.
"O el presidente estaba tratando de obligar a un funcionario para que cometiera fraude electoral o su autoengaño es tan grande que cree en lo que dice. Pero eso no debe desviarnos del simple y horripilante hecho de un presidente que trata de usar todo su poder para presionar a funcionarios a cometer un fraude que le permita mantenerse en el poder", le dijo Pildes al Washington Post.
Dicho eso, la transgresión de Trump podría tener consecuencias en el corto plazo.

Por el momento, demócratas y republicanos se mantienen en empate técnico frente a las elecciones de este martes en Georgia.
Chip Somodevilla. AFP - Archivo EL TIEMPO
Por un lado, les resta impacto a los argumentos que algunos republicanos pensaban utilizar este miércoles –protestan por un fraude que no ha sido demostrado mientras Trump, de su propia voz, pide cometer un fraude a su favor– y les hace más difícil justificar su respaldo a esta cruzada de último minuto.
Así mismo, la salida en falso podría afectar los resultados de las elecciones de este martes en Georgia, donde están en juego las dos curules al Senado de las cuales depende el control de la Cámara Alta. Algo que reconoció el propio Duncan (vicegobernador del Estado).
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"Estoy desilusionado por el tono, por la intención y por las preguntas. Esa llamada no hizo absolutamente nada por motivar a los republicanos a que voten este martes No puedo ver un escenario donde eso nos ayude", dijo el funcionario.
Si bien las encuestas hablan de un empate técnico, existe el temor de que muchos republicanos, hastiados de Trump, decidan no votar o hacerlo en favor de los demócratas.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON
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