El presidente de EE. UU., Donald Trump, se encuentra en el centro de la polémica por su tibia reacción a un ataque, el sábado, de supremacistas blancos en Charlottesville.
El mandatario condenó apenas hasta el lunes el racismo, tildando de “repugnantes” a los grupos neonazis y al Ku Klux Klan (KKK).
“El racismo es el mal”, dijo el mandatario desde la Casa Blanca. “Y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos como estadounidenses” añadió.
Acusado por demócratas y republicanos de indulgencia hacia la extrema derecha luego de los disturbios registrados en el estado de Virginia –que dejaron un muerto y 20 heridos en enfrentamientos entre supremacistas blancos y manifestantes antirracistas–, Trump prometió “justicia”.
“A cualquiera que haya actuado criminalmente en la violencia racista de este fin de semana se lo hará plenamente responsable. Se hará justicia”, afirmó el mandatario, tras viajar a Washington en un alto en sus vacaciones para analizar el tema con el fiscal general Jeff Sessions y el director del FBI, Christopher Wray.
Hasta ahora, Trump no había condenado directamente a los militantes de extrema derecha por los hechos de Charlottesville, algunos de quienes llevaban gorros o camisetas con la imagen del magnate.
El mandatario, quien durante la campaña electoral recibió apoyo de prominentes supremacistas blancos, se había limitado a culpar a “ambas partes” involucradas en los hechos, en una declaración el sábado desde su club de golf en Nueva Jersey, donde descansaba.
Heather Heyer, de 32 años, murió cuando un presunto simpatizante neonazi, James Field, de 20 años, embistió de manera deliberada con su vehículo a una multitud que se oponía a una marcha de supremacistas blancos, entre quienes había miembros del KKK.
Field, originario de Ohio (norte), sigue arrestado luego de haberle negado un juez la libertad bajo fianza y enfrenta cargos de asesinato en segundo grado por lo ocurrido.
El FBI y fiscales federales han abierto una investigación de derechos civiles sobre lo ocurrido en Charlottesville.
“Pueden tener la certeza de que vamos a avanzar la investigación hacia los cargos más graves que se puedan presentar porque esto es inequívocamente un ataque inaceptable y malvado”, dijo ayer Sessions en la cadena ABC, además de subrayar que el Departamento de Justicia busca todos los argumentos para presentar cargos. El ataque con el automóvil “entra en la definición de terrorismo interno en nuestro estatuto”, afirmó.
Entre los heridos, 10 seguían hospitalizados sin riesgo de vida y nueve habían sido dadao de alta, según informó el sistema de salud de la Universidad de Virginia. Dos policías que participaban en el operativo de seguridad en Charlottesville el sábado también murieron, pero sus fallecimientos fueron producto de un accidente del helicóptero que los transportaba.
AFP
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