Si bien todavía no existen encuestas a nivel nacional que reflejen con seriedad el resultado del primer debate entre Donald Trump y Hillary Clinton, el veredicto este martes entre medios, expertos y muestras informales fue unánime: la de Trump fue una noche terrible. Quizá la peor desde que arrancó este último tramo de la carrera por la presidencia de EE. UU.
Incluso hasta voces de su propio partido criticaron el desempeño del magnate neoyorquino por su falta de preparación y poco profundidad en los temas.
Como ejemplo estos botones: ¨No estoy seguro de si Hillary fue la ganadora. Lo que sí sé es que Trump lo perdió. Se atoró en uno de los momentos más cruciales de la contienda¨ decía el comentarista republicano Bill Cristol en su columna del 'Weekly Standard'. (Lea también: Las mejores frases del primer debate presidencial en EE.UU.)
Para Ed Rogers, otra de las 'vacas sagradas' del partido que trabajó en las administraciones de Ronald Reagan y George H. Bush, Trump ni siquiera supo atacar cuando se le presentaron las oportunidades ni tampoco explotar las debilidades de Clinton. "Nunca -sostuvo Rogers- mencionó la palabra cambio ni insistió en el tema de los emails de la secretaria de Estado, o su integridad y falta de transparencia. Fue una persona inarticulada que no pudo atinar en el blanco".
Algo parecido opinó David Frech, del 'National Review'. Para este, el debate fue el más "desbalanceado" en la historia de este tipo de encuentros dado el pésimo papel de Trump.
"Sigue sin hacer la tarea en política exterior. Fue como ver un Titanic político pegarle al mismo iceberg una y otra vez", afirmó French sumándose al coro de voces que le dieron "palo" al candidato.
SondeosY eso se reflejó en los sondeos instantáneos que hicieron una vez concluyó el intercambio en la sede de la Universidad de Hofstra, en Nueva York. (Además: Hillary Clinton logró poner a Donald Trump a la defensiva)
En el realizado por 'Político', 8 de cada 10 dijo que a Clinton le había ido mejor, entre ellos un 58 por ciento de los republicanos.
En la muestra de CNN el 62 por ciento la vio como la ganadora frente a un 27 por ciento de Trump. Este mismo medio realizó otra muestra con 20 votantes en el estado de la Florida, que puede definir estas elecciones: 18 de ellos vieron a Clinton como la ganadora.
En Ohio, otro de los estados que puede inclinar la balanza el próximo 8 de noviembre, ninguno de los 27 votantes independientes que congregó la firma Park Street Strategies para evaluar el debate dijo que a Trump le había ido mejor. (También: Clinton se muestra satisfecha tras el debate)
Lo más anecdótico de la jornada es que durante los primeros 20 minutos fue Trump el que se llevó a la ex primera dama por delante. En particular en los temas económicos cuando la puso contra la pared por haber votado a favor o sido parte de la aprobación de tratados comerciales -como el NAFTA- que, según el magnate, son responsables por los millones de empleos que se han perdido en las últimas dos décadas. Pero a partir de allí, Trump comenzó a perder el norte.
O como decían los comentaristas en EE. UU. apareció no el presidenciable sino el Trump de los escándalos y las frases destempladas.
Algunas veces por las preguntas del moderador y otras por los ataques de Clinton, se le vio exasperado, a la defensiva, y terminó contestando con argumentos que podrían salirle costosos.
En contraste, y aunque Clinton también fue atacada, por lo general mantuvo la calma y evitó entrar en el juego de las interrupciones de su rival.
Si bien Trump tuvo muchos malos momentos, unos de los peores giró entorno a su decisión de no revelar su declaración de impuestos. (Lea: Con apoyo a Clinton, exmiss Universo Alicia Machado se venga de Trump)
"Quizá no es tan rico como nos dice. Quizá no es tan generoso, quizá no quiere que los estadounidenses sepan que no paga nada en impuestos federales. Lo que quiero decir, cero dólares para los militares, cero para la policía, cero para profesores, cero para estudiantes. Hay algo que está escondiendo", le dijo Clinton a manera de reto.
En lugar de cambiar el tema Trump mordió el anzuelo y se le oyó decir "eso me hace más inteligente", al parecer aceptando que no paga impuestos federales como todo el mundo y que usa vacíos en las leyes tributarias para justificarlo.
Casi al mismo tiempo terminó aceptando que a veces no le ha pagada a personas que con las que hace negocios -Clinton lo acusó de "tumbar" a miles de su justa paga- y que eso en lugar de un defecto, lo hacía más astuto que los demás.
Con el correr de los minutos, el magnate siguió descendiendo al volver a negar cosas que han sido probadas en múltiples ocasiones. Por ejemplo, insistiendo que nunca aprobó la intervención de EE. UU. en Irak cuando hay una grabación del 2002 en la que dice que está de acuerdo, o que sostuvo en algún momento que el cambio climático no existe, si bien hay un video en el que dice que "es un inventó de los chinos" para ganar la batalla comercial con EE. UU.
Dura réplicaAlgo parecido le pasó cuando Hillary lo acusó de racista por haber promovido el movimiento que puso en duda que el presidente Barack Obama, al primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca, había nacido en el país. En lugar de voltear la página, pidió reconocimiento por haber sido él quien puso fin a la controversia -a pesar de que la alimentó por 8 años-.
Pero los peores minutos llegaron hacia el final, cuando dijo, casi gritando, que su mejor cualidad era el "temperamento", justificando los ataques de Clinton y muchos otros que consideran carece de esa cualidad y las calificaciones para ser el próximo comandante en jefe.
Y cuando Hillary volvió a tentarlo al exponer su récord de insultos contra las mujeres, Trump justificó sus ataques contra la presentadora Rossie O'Donnell, a quien había llamado cerda. "He dichos cosas duras sobre ella pero la gente sabe que tengo razón y nadie siente pesar por ella", dijo Trump. (También: La selfie de Hillary Clinton que fue tendencia en redes sociales)
Algo parecido dijo después sobre la ex reina venezolana Alicia Machado a quien llamó "Miss Piggy" por haber subido de peso una vez ganó el concurso de Miss Universo en 1994.
Si bien no lo reconocieron de frente, fue claro el malestar de la campaña de Trump con el resultado. El candidato, incluso, se quejó por un supuesto desperfecto en su micrófono e insinuó que pudo ser intencional. El ex alcalde de Nueva York y ahora asesor del magnate, Rudd Gulliani, hasta le sugirió al no asistir a los próximos debates si no garantizan un trato igualitario.
Por el momento ese no es el plan. Trump de hecho, anticipó que en el próximo debate será "más agresivo" y quizá hasta ataque a Clinton sobre detalles de su vida personal y las relaciones extra matrimoniales de su esposo.
Habrá que ver. En todo caso, y pese al resultado, la contienda está lejos de definirse. Pues si algo ha probado el multimillonario en esta campaña es su capacidad para reinventarse cuando ya todo el mundo lo da por descartado.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington