La historia todavía conmociona. Fue en julio del 2016, durante las fiestas de San Fermín en la ciudad de Pamplona, España. Cinco hombres, hoy conocidos como ‘La Manada’, forzaron a una joven de 18 años a tener sexo con ellos. La violaron, afirman miles de españoles. Una Audiencia de Navarra sentenció lo contrario.
El 26 de abril del 2018, la Audiencia Provincial de Navarra sentenció que los cinco hombres habían abusado sexualmente de la joven; informó que no fue una violación porque “no hubo violencia ni intimidación” durante el acto.
La habían acorralado en un callejón, dice el informe policial del caso; ella estuvo paralizada todo el tiempo, incapaz de reaccionar; los hombres la obligaron a quitarse la ropa y, además, habían planeado la violación por un grupo de WhatsApp. Aún así, gracias al dictamen de la Audiencia, ellos recibirían nueve años de prisión. La Fiscalía española pedía una condena por violación de, mínimo, 18 años de prisión. Ante esta disyuntiva, incredulidad, shock.
Miles de ciudadanos se organizaron en Madrid para protestar esa misma tarde contra el veredicto de la Audiencia. Una de las directoras del periódico español Público, Virginia Alonso, se unió a la manifestación.

Virginia Alonso es una de las directoras del medio español Público.
Cortesía de Virginia Alonso
Horas antes de salir a la calle, Alonso, sin poder creer lo que había ocurrido con el caso de la joven, se fue a su oficina. “Pensaba en el horror que tiene que ser que primero te violen de esa manera y después tener que escuchar una sentencia como esa”, cuenta a EL TIEMPO. “Después empecé a recuperar momentos de mi vida, que hemos vivido muchas de nosotras, episodios de acoso, de intentos de violación, y que muchas veces nos cuesta identificar”.
Empezó a recordar y a escribir. Alonso tenía 13 años cuando entre ocho y diez hombres le levantaron la falda, la manosearon. En su texto, La 'no violación', los califica como una ‘Manada’, también. Se sintió sucia, íntimamente sucia, cuenta. “Acababa de aprender de golpe tres conceptos: dignidad, integridad física y violación. Habían violado mi dignidad y mi integridad”.
Lo publicó en Público con un mensaje de solidaridad para la víctima de ‘La Manada’. Y esa historia suya, “una entre millones más graves”, como afirma ella, fue lo que la periodista española Cristina Fallarás, colaboradora del mismo medio, tuiteó en su cuenta con el hashtag #cuéntalo.
Lean a @Virginiapalonso
— Cristina Fallarás (@LaFallaras) April 26, 2018
Tenemos que contar las agresiones, violaciones, compañeras. Este relato nos lo han hurtado. Debemos construirlo para que otras reconozcan...
Gracias, jefa@publico_es #Cuéntalo https://t.co/iKpI2Kecjq
Desde ese jueves 26 de abril, historias de mujeres que han sufrido violaciones, acosos y abusos sexuales inundan las redes sociales en España con #cuéntalo. Ese mismo día el hashtag se convirtió en tendencia nacional y, desde entonces, ha llegado a todo América Latina y Estados Unidos, según la consultora digital Keyhole. La Organización de las Naciones Unidas ayer condenó la sentencia a ‘La Manada’ y la Fiscalía española ya anunció que va a apelar en contra de ella. Mientras tanto, #cuéntalo se consolidó como una tendencia en redes sociales tan cruda y frontal en el mundo virtual que medios como la BBC la llamó “el #MeToo en español”.
Hablamos con Virginia Alonso sobre este fenómeno.
Usted no quería publicar su texto en un principio…
Lo escribí como un ejercicio introspectivo. Cuando lo acabé, pensé: “¿Por qué no lo voy a publicar? ¿Por qué (las mujeres) tenemos que estarnos callando estas cosas sistemáticamente? Esta chica que fue víctima de ‘La Manada’ se ha tenido que sentir sucia, se ha tenido que sentir insultada, se ha tenido que sentir humillada...”. Como me sentí yo cuando me pasó eso a los 13 años.
Gracias a #cuentalo me dí cuenta de muchas cosas que yo naturalicé en su momento porque "ya fue, no es para tanto" cuando SÍ era para tanto. Espero que muchas chicas más que pensaban como yo se hayan dado cuenta de eso y podamos por fin decir, sin miedo, que NO ES NO.
— Yae Dalessandro (@yae_d) May 2, 2018
Siempre he creído que, como mujer en un puesto de comunicación, además de estar en un lugar privilegiado, también tenemos una responsabilidad: debemos dar pasos que otras mujeres no pueden dar porque son desconocidas, vulnerables, por sufrir repercusiones por contar su historia. Nosotras podemos tener otra fortaleza al estar arropadas por mucho más respaldo del medio, de otros periodistas.
¿Hubo una intención premeditada de que esa columna se volviera viral?
En ningún momento, de mi parte, y creo que Cristina tampoco imaginó que #cuéntalo podía tener un alcance tan grande. Además, yo no soy la primera mujer en España que narra una agresión sexual en primera persona. Ha habido mujeres periodistas que lo han hecho. Fue un cúmulo de circunstancias lo que ha provocado que esto se acelere.
A diferencia de #MeToo, #cuéntalo apeló desde un caso más popular: el de una menor de edad que fue abusada mientras estaba en un bus, como cuenta en su artículo. ¿Está ahí la relevancia de #cuéntalo?
Estoy de acuerdo con que #cuéntalo es algo mucho más popular y muestra, abiertamente, que las violaciones, los abusos y los acosos nos pasan a todas y ni siquiera solo a las que lo contamos: que también lo viven nuestras mamás, nuestras tías, nuestras hermanas. Creo que estamos visibilizando de una forma perentoria y clara que no hay que ir sola por la calle de noche para que te pase eso.
Yo lo cuento por mi mamá, porque ella no lo va a hacer, porque realmente a pesar de todo, soy feliz porque ella hoy en día esta bien, y conformo una familia donde tiene el apoyo que merece, con una pareja estable e hijos que la aman. #cuentalo pic.twitter.com/LbJIBQZ8Sq
— ॐ (@micaamonn) May 3, 2018
La clave de #MeToo fue que cogieron la voz mujeres de un estatus que hasta entonces no lo habían hecho. Eso empodera al resto a tomar la palabra. Ahí las mujeres intuíamos que todo esto estaba ocurriendo a nuestro alrededor, en nuestras casas, con nuestros amigos; ahora, con tantas historias, lo sabemos definitivamente. Y eso se llama romper el miedo, y una vez la gente que tiene mucho que perder rompe ese miedo de hablar, no hay quien lo pare. Por eso veo a #cuéntalo tan relevante.
También, de unos meses hasta hoy, siento que la sororidad es de los fenómenos más maravillosos que he visto: el respeto absoluto por lo que les ocurre a otras mujeres, por expresarlo y cómo lo expresan o por mantenerlo en silencio. Entendemos que, si no contamos nuestras historias, nadie lo va a hacer por nosotras.
Desde #MeToo, generalmente los hombres han estado al margen de la discusión. En #cuéntalo está pasando algo similar. ¿Cree que los hombres deberían ser más activos en estos debates?
Absolutamente. Hace dos años publiqué una columna que se llamaba ‘Cosa de mujeres’; en ella decía que cuando nosotras hablábamos de todos estos temas, la reacción de la mayor parte de los hombres es minimizarlo: decir que es ‘cosa de mujeres’ y que, por lo tanto, “no querían meterse ahí”, por decirlo de alguna manera.
En esa columna hacía un llamado a una participación muchísimo mayor por parte de los hombres en estos debates. El día que sean ellos los que salgan a reivindicar todos estos derechos que nos están siendo violados y arrebatados sistemáticamente habremos ganado la batalla, pero mientras eso no ocurra, no será así.
¿Por qué cree que no participan tanto?
No me cabe duda de que hay un poco de miedo en los hombres en este momento. Ojo, no son todos, claro; he visto a muchos participar de manera muy activa y asumiendo como propios los errores de todos los demás.
Es un miedo natural porque de alguna forma ellos ven amenazados su estatus que han tenido intacto desde los siglos de los siglos. Por los insultos que he recibido por el artículo que publiqué, me doy cuenta también de que si algún hombre quiere tener un debate sano de este tema y recibe es una horda de personas machacándolo por defender una postura que es normal, pues, el miedo puede ganarte, definitivamente. Pero veo cada vez más hombres implicados en la conversación y esa es la clave.
Se multiplican las amenazas e insultos a mujeres víctimas de agresiones sexuales y a las que los narran.
— Cristina Fallarás (@LaFallaras) May 2, 2018
Estamos unidas y unidas responderemos.#cuentalo
Lo digo yo, pero le pasó a mi hermana. No esta sola, NO ESTÁN SOLAS. #Cuentalo pic.twitter.com/U93oupstlY
— JuanCruz △⃒⃘ (@JuaanC12) May 2, 2018
MARU LOMBARDO
Especiales digitales
Twitter: @puntoyseacabo
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