El papa Francisco celebrará este viernes una misa con la ordenación de 16 sacerdotes en el parque Suhrawardy Udyan, de Dacca, en su penúltimo día de visita a Bangladés, y se encontrará con un pequeño grupo de la perseguida minoría musulmana de los rohinyás, procedentes de los campamentos de refugiados.
En Bangladés, la mayoría de la población es musulmana y el 0,3 por ciento, cerca de unos 500.000, se declara católica, pero para la misa han llegado de todas las partes del país y también de la cercana India. Se esperan unas 80.000 personas.
Al igual que hizo Juan Pablo II en su viaje de 1981, Francisco ordenará en esta ceremonia 16 sacerdotes, un gesto de gran relevancia en un país donde no se llega a los 400 sacerdotes. Por la tarde está prevista una reunión con los obispos del país y un encuentro interreligioso y ecuménico por la paz en el jardín del arzobispado.
En ese contexto, Francisco se encontrará con un grupo que representará a la minoría musulmana de los rohinyás, que a pocos kilómetros de ahí se hacinan en condiciones infrahumanas tras huir de Birmania, en la que sin duda será la foto símbolo de su viaje a Asia.
Precisamente este jueves, el Papa exhortó a tomar medidas decisivas para resolver las causas políticas que llevaron a refugiados musulmanes de Birmania a huir a Bangladés y llamó a los países a ayudar al gobierno de Dacca a lidiar con la crisis.
Sin embargo, tal como en la primera parte de su viaje, en Birmania, el Papa no usó la palabra rohinyás para referirse a los refugiados, ya que es impugnada por el gobierno de Rangún y ejército.
En un discurso ante el presidente bangladesí Abdul Hamid y diplomáticos horas después de llegar en medio de fuertes medidas de seguridad a Dacca, la caótica capital de 14 millones de personas, Francisco habló de “refugiados del estado de Rakáin”.
En su alocución, Francisco, quien usó la palabra rohinyá dos veces este año en exhortaciones desde el Vaticano, alabó el “espíritu de generosidad y solidaridad” del empobrecido Bangladés al dar ayuda al “flujo masivo de refugiados del estado de Rakáin”.
“Ninguno de nosotros puede dejar de ser consciente de la gravedad de la situación, la enorme cuota de sufrimiento humano involucrado y las precarias condiciones de vida de muchos de nuestros hermanos y hermanas, la mayoría de los cuales son mujeres y niños apiñados en un campo de refugiados”, dijo Francisco en el palacio presidencial.
“Es imperativo que la comunidad internacional adopte medidas decisivas para abordar esta grave crisis, no solo trabajando para resolver los asuntos políticos que han llevado a este desplazamiento en masa, sino también ofreciendo asistencia material inmediata a Bangladés en su esfuerzo por responder efectivamente a estas necesidades humanas urgentes”, añadió.
Agencias / Efe y Reuters / Dacca