Algunos la comparan con Mahatma Gandhi, el padre de la India, por sus métodos de resistencia pacífica contra lo que ha considerado injusto. Pero, no obstante haber culminado una huelga de hambre de 16 años en protesta por una ley que otorga poderes ilimitados al ejército en su estado, Irom Sharmila, la llamada ‘dama de hierro de Manipur’, apenas está dándose a conocer como figura pública de talla nacional en el segundo país más poblado de la Tierra.
Su lucha de 16 años sin probar bocado ni tomar ni una gota de líquidos voluntariamente –aunque fue obligada a llevar una sonda por la que era alimentada– se originó luego de la matanza, a manos del ejército, de 10 personas en una parada de bus en Malom, un pueblo de Manipur fronterizo con Birmania.
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Las personas que fueron ajusticiadas en noviembre del año 2000 habían sido acusadas de haber cometido un atentado con un carro bomba, en un hecho que quedó sin investigar, pues para ese estado y otras regiones del noreste del país, en donde proliferan grupos secesionistas armados, rige desde 1958 la Ley de Facultades Especiales de las Fuerzas Armadas (AFSPA), la cual les permite a los militares actuar al margen y sin límites del sistema judicial.
Víctor Olazábal, periodista español que reside y trabaja en la India, le dijo a EL TIEMPO que dicha ley “ha sido criticada por organismos internacionales como la ONU o Amnistía Internacional. Sharmila quiere que esta norma sea derogada porque en su estado ha sido utilizada para dar prácticamente plena libertad a los militares, lo que ha llevado a torturas, desapariciones y asesinatos sin esclarecer”.
Sharmila, de 44 años, luego de emprender su huelga de hambre y alejarse de su familia el 5 de noviembre del 2000, fue detenida, pues las autoridades consideraron que intentaba suicidarse, un acto considerado delito y que se castiga con un año de prisión.
De esa manera, la activista permaneció sometida a una detención y castigada durante un año, en periodos consecutivos, además de obligársele a llevar una sonda nasogástrica por la que le pasaban alimentos líquidos a su estómago.
Fin del ayunoSin embargo, el pasado 26 de julio, la activista anunció que el 9 de agosto finalizaría su huelga de hambre, pues su acción no había logrado el objetivo de que derogaran la ley.
A cambio de esto, anunció, iniciará una carrera política con miras a la elección regional de Manipur a comienzos del 2017, pues desea convertirse en la gobernadora estatal, apoyada por una plataforma política independiente.
Pero, según le dijo Olazábal a este diario, Sharmila ahora debe “entrar en el juego de partidos políticos y elecciones para intentar derogar la ley desde dentro. En ese sentido, el futuro de su lucha es complicado porque desde su estado no tendrá fuerza suficiente para conseguir el cambio de una ley nacional que los gobiernos de India consideran crucial para someter a los grupos insurgentes”.
Pese a ello, Irom Sharmila insiste: “Necesito el poder, no hay democracia real (en la India); la política está manchada, igual que está sucia la sociedad”, a lo cual añadió que intentará “convencer a todo el mundo para que la sociedad dé pasos positivos”.
Aunque la activista reconoció que su nivel educativo “es muy bajo” y sabe poco de política, ella se ve como “la personificación de la revolución” y espera convertirse en la próxima jefa de Gobierno de Manipur. “Quiero entrar en política como se me ha llamado: la ‘dama de hierro de Manipur’. Quiero estar a la altura de ese nombre”, sentenció Sharmila.
También afirmó no entender “por qué algunos grupos radicales” se oponen a su entrada en la política. “Déjenlos que me maten de la forma que mataron a Mahatma Gandhi con la acusación de antihindú”, manifestó en referencia al padre de la patria india, quien también recurrió al ayuno como medio de presión política sobre el Imperio británico y fue asesinado por radicales hinduistas en 1948.
Irom Shakhi, que no ha visto a su hija Sharmila, la menor de sus nueve hijos, desde que esta inició la huelga de hambre, había prometido que quería volver a verla una vez que consiguiera su cometido de poner fin a la AFSPA en Manipur, y entonces sería ella la que daría a su hija “la primera gota de agua que tocaría sus labios para romper el ayuno”.
Babloo Loitongban, activista y portavoz de Sharmila desde que esta decidió comenzar su huelga de hambre, reconoció que el fin del ayuno de Sharmila supondrá “un vacío” para muchos y avisó que la activista no podrá dar sola el salto a la política, ya que necesita de la “base social” que la ha acompañado hasta ahora para atraer el voto. “Si salta sola a ese nuevo escenario sin el respaldo social, los políticos, que son como tiburones, se la comerán”, sentenció el activista.
Alimentada a la fuerzaDeepti Priya Mehrotra, autora de una biografía de Sharmila, narró cómo la activista estuvo retenida durante todos estos años en un ala del hospital Jawaharlal Nehru de Imphal, custodiada por la Policía, donde la alimentaban “cuatro o cinco veces al día” por la sonda.
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Al principio, Sharmila rechazó ese tubo, pero después se dio cuenta de que aportaría más a la causa viva que muerta, así que optó por continuar la huelga no haciendo pasar “ni una gota de agua ni un pedazo de alimento, ningún fluido, ninguna comida” por sus labios, según Mehrotra.
Algunas voces críticas, que llegaron incluso a amenazar a Sharmila si abandonaba el ayuno, culpan de la decisión de dejar la huelga al indo-británico Desmond Coutinho, con el que Sharmila comenzó una relación a distancia y a quien veían como alguien ajeno a su causa.
Coutinho, que describió a su compañera como “una princesa atrapada en una torre que continúa sacrificándose por su gente”, había mostrado ya hace cinco años una carta enviada a varios partidos de Manipur en la que, “en nombre de” la activista, decía que Sharmila abandonaría el ayuno y los apoyaría en política si abolían la AFSPA.
HOLMAN RODRÍGUEZ M.
Redacción INTERNACIONAL*
En Twitter @holmanrodriguez
* Con EFE