Al menos 20 personas murieron y casi 200 resultaron heridas en los violentos enfrentamientos entre nacionalistas hindúes y musulmanes que estallaron el domingo en Nueva Delhi, según el último balance comunicado el miércoles. Las protestas coincidieron con la visita al país del presidente estadounidense Donald Trump.
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Se trata de los peores enfrentamientos en décadas en Nueva Delhi y el jefe de gobierno de la capital pidió al gobierno central que decrete un toque de queda y despliegue al ejército.
Grupos de hombres armados con piedras, cuchillos y hasta armas de fuego siembran desde el domingo el caos en las zonas periféricas de mayoría musulmana del noreste de la capital india, a una decena de kilómetros del centro de la ciudad, donde residen trabajadores migrantes pobres. Los grupos armados hindúes atacaron lugares y personas identificadas como musulmanes, indicó la prensa india.
Las bandas gritaban "Jai Shri Ram" ("Viva el Dios Rama"), según testigos citados por la prensa.
En las redes sociales circulan videos, verificados por la AFP, que muestran a un grupo de nacionalistas hindúes subiendo al minarete de una mezquita para colocar la bandera india.
El principal hospital de la zona registró 20 muertos hasta el miércoles. "Hay 189 personas hospitalizadas. Unas 60 personas recibieron heridas de bala", dijo Sunil Kumar, responsable del hospital GTB.
Los choques se deben a una controvertida ley de ciudadanía, que sus detractores consideran discriminatoria contra los musulmanes. Esta nueva ley que facilita la concesión de la ciudadanía a los refugiados, siempre y cuando no sean musulmanes.
La normativa cristalizó el temor de los musulmanes a ser relegados a ciudadanos de segunda categoría, en un país donde los hindúes representan 80 por ciento de la población. La ley causó las manifestaciones más importantes en India desde la llegada de Narendra Modi al poder en 2014.

El presidente estadounidense Donald Trump y la primera dama Melania Trump en su visita al Taj Mahal.
AFP
Arvind Kejriwal, el jefe de gobierno de Delhi, estado que incluye a la capital, consideró que la situación era "alarmante" y pidió que el gobierno del primer ministro Narendra Modi imponga el toque de queda y despliegue a los militares.
"A pesar de sus esfuerzos, la policía no logra controlar la situación y restaurar la calma", estimó Arvind Kejriwal en un trino.
La seguridad en Delhi, territorio que dispone de un estatuto particular, es responsabilidad del gobierno central. Numerosos trabajadores migrantes comenzaron a abandonar el distrito de los enfrentamientos para retornar a sus aldeas, constató el miércoles un periodista de la AFP.
A pesar de sus esfuerzos, la policía no logra controlar la situación y restaurar la calma
"No hay trabajo, vale más irse que quedarse. ¿Quedarse aquí para morir?", dijo un sastre, en el camino de regreso a su aldea natal, en el estado vecino de Uttar Pradesh. "La gente se está matando. Hay disparos", agregó.
El estallido de violencia coincidió el domingo con el inicio de la visita del presidente estadounidense Donald Trump, que terminó el martes.
Nueva Delhi, AFP
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