Las sospechosas fueron detenidas poco después de haber rociado en la cara de Kim Jong-nam VX, un agente neurotóxico catalogado como arma de destrucción masiva, cuyo uso está prohibido en todo el mundo.
Doan Thi Huong y Siti Aisyah “serán imputadas por un tribunal en virtud del artículo 302 del código penal”, relativo al asesinato, declaró el fiscal general de Malasia, Mohamed Apandi Ali. Ambas, se exponen a la pena de muerte en la horca y se presentarán ante el ente gubernamental.
Aisyah, una indonesia de 25 años, explicó que le habían pagado el equivalente a 90 dólares por participar en lo que ella creía ser un programa de televisión de cámara oculta. Según esta versión, la mujer creía que estaba usando “aceite para bebés” y no conocía a la otra sospechosa, que también dijo a las autoridades creer participar en una broma.
Un tercer sospechoso, Ri Jong-Chol, un norcoreano de 46 años, también fue detenido en Malasia. El fiscal general no precisó si sería imputado.
Corea del Norte no ha reconocido la identidad del hombre muerto, pero ha pedido que Malasia entregue el cadáver, y rechaza las conclusiones de la autopsia.
Para ello, fue enviado el veterano diplomático norcoreano Ri Tong Il con el fin de debatir “el tema del retorno del cuerpo del fallecido ciudadano de la República Democrática Popular de Corea (RDPC), según explicó frente a la embajada de su país. Añadió que la delegación norcoreana también tratará “el tema de la puesta en libertad del ciudadano norcoreano a manos de la policía malasia”.
Mientras tanto, las autoridades de Malasia se rehúsan a entregar el cadáver de Kim Jong-nam, alegando que antes necesitan una prueba de ADN de un familiar de la víctima.
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