Al menos diez cohetes fueron disparados el miércoles contra una base en la que hay desplegados soldados estadounidenses en el oeste de Irak, dos días antes de la histórica visita del papa Francisco a este país, que el pontífice quiere mantener pese a los riesgos en materia de seguridad.
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Los proyectiles cayeron en la base de Ain Al Asad, en la que que hay tropas iraquíes y extranjeras. Varios de ellos terminaron dentro de la zona donde se encuentran los soldados estadounidenses de la coalición internacional antiyihadista, informaron estas fuentes.
"Las fuerzas de seguridad iraquíes están llevando a cabo la investigación", dijo en Twitter el coronel Wayne Marotto, portavoz estadounidense de la coalición.
Un contratista civil, cuya nacionalidad no se ha precisado, murió debido a una crisis cardiaca tras este ataque, según las mismas fuentes.
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Esta agresión, la última de varias del mismo tipo perpetradas en las últimas semanas, muestra la dificultad logística que supone organizar la visita del papa a Irak.
Initial report: 10 IDF rockets targeted an Iraqi military base, Al Asad Airbase, hosting Coalition troops, on March 03, 2021 at approx 7:20 a.m. (Iraqi time). Iraqi SF are leading the response & investigation. Further information will be released as it becomes available.
— OIR Spokesman Col. Wayne Marotto (@OIRSpox) March 3, 2021
Sin embargo, el pontífice, horas después del ataque aseguró su intención de mantener el viaje, que comienza el viernes en Bagdad. "Pasado mañana, Dios mediante, iré a
Irak para una peregrinación de tres días. Hace mucho tiempo que quiero encontrarme con ese pueblo que ha sufrido tanto", dijo Francisco, de 84 años, durante su audiencia semanal.
"Les pido que acompañen este viaje con sus oraciones (...). El pueblo iraquí nos está esperando, esperó a Juan Pablo II, al que prohibieron ir. No se puede decepcionar por segunda vez a ese pueblo", agregó.
El fallecido Juan Pablo II tuvo que renunciar en 1999 a visitar Irak después de negociaciones infructuosas con el expresidente Sadam Husein.
Durante su visita, que comienza en Bagdad el viernes, Francisco no podrá mezclarse entre la gente ni disfrutar del contacto directo con los fieles, por razones de seguridad y también como medida de precaución debido a la pandemia.
Irak parece vivir una segunda ola de covid-19 y se registran oficialmente 4.500 nuevos casos por día en este país de 40 millones de habitantes.
El martes, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, explicó que Francisco se desplazará en un vehículo blindado durante su visita. En ninguno de los actos del papa a lo largo de los tres días se congregarán más de 100 personas. A excepción de una misa en un estadio deportivo de Erbil, en el Kurdistán iraquí, prevista el domingo, donde se han puesto a disposición de los fieles 10.000 entradas, explicó el Vaticano.
"La mejor forma de interpretar este viaje es que es un acto de amor", agregó Bruni, reiterando que el pontífice lo que quiere es que "la gente vea que el papa está ahí y está cerca de ellos", resumió. Como medida de precaución también se decretará un confinamiento nacional durante toda la visita del papa, del 5 al 8 de marzo.
AFP