Irom Sharmila marcó un hito: la mujer no quiso recibir alimentos durante 16 años como señal de protesta ante los hechos de violencia en su región natal, el estado Manipur de India.
“Sólo quiero ser una fuente de inspiración para mis seguidores más jóvenes”, sostuvo a los medios de comunicación, autoridades locales, curiosos y ciudadanos que siguieron su hazaña de la que salió con vida.
Postrada en una cama de hospital, detenida y acusada del delito de suicidio, dijo actuar tomando como modelo a su coterráneo Mahatma Gandhi, quien es conocido por el liderazgo en el movimiento de la desobediencia civil no violenta.
Al igual que Ghandi, ella no disparó ni un arma; se dedicó a denunciar las balas que mataron a la población de Manipur y que provenían de las fuerzas militares estatales.
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Me dije como mujer que debía dar lo máximo para recordar al Ejército, a las autoridades, que lo que están haciendo es horrendo, terrible
La Ley de Poderes Especiales de las Fuerzas Armadas (AFSPA, por sus siglas en inglés) es una norma instaurada desde 1958, por la cual los militares de India pueden hacer todo lo que esté a su alcance con tal de mantener el orden público.
Eso sí, como reseñó este diario en su momento, las actuaciones no están limitadas por el sistema judicial. Bajo el amparo de esa ley, en noviembre de 2000 fueron asesinadas diez personas en Manipur, luego de ser acusadas supuestamente de ejecutar un atentado con un carro bomba.
El caso no se investigó y generó en Irom un profundo sentimiento de rechazo que plasmó a los pocos días dejando de probar bocado.
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La mujer protestó contra una ley que le ortoga mayores facultades al Ejército de India.
EFE
“Hemos sido testigos de tantas violaciones, torturas, desapariciones... Me dije como mujer que debía dar lo máximo para recordar al Ejército, a las autoridades, que lo que están haciendo es horrendo, terrible”, expresó la mujer, en charla con la agencia ‘EFE’, meses después de iniciar su huelga de hambre.
Acusación de suicidioLas autoridades de India la arrestaron porque, según ellos, quería atentar contra su vida. Por tanto, la trasladaron al hospital carcelario Jawaharlal Nehru en Imphal, donde enfermeras le ponían una sonda en la nariz y, contra su voluntad, le inyectaban vitaminas, proteínas y carbohidratos líquidos.
El suicidio en ese país, para aquellas épocas, estaba penalizado. Era un delito que llevaba tras las rejas a las personas que intentaran cometerlo durante un año.
No obstante, como Iram señaló, su intención no era morir; quería llamar la atención del gobierno y el parlamento para modificar la ley que tantas atrocidades producía.
Tan pronto cumplía el año de cárcel era liberada y volvía a ser capturada por continuar protestando.
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Irom Sharmila fue acusada de tener intención de suicidarse.
AFP
Su caso volcó los ojos de organizaciones de derechos humanos. De hecho, Amnistía Internacional la consideró una “presa de conciencia” y en reiteradas ocasiones les pidió a las autoridades retirarle los cargos y derogar la AFSPA.
“Aunque sigo los principios de Mahatma Gandhi, el padre de la nación, (las autoridades indias) no son capaces de respetarme, de escuchar mi voz, de hacer justicia por mi uso de la no violencia”, comentó la activista en la agencia citada, y dijo que sus jornadas transcurrían escribiendo poemas y practicando yoga.
No son capaces de respetarme, de escuchar mi voz, de hacer justicia por mi uso de la no violencia
La activista comenzó una relación sentimental durante su encierro con Desmond Coutinho, un británico de origen indio, que ayudó a difundir su huelga.
No obstante, según medios locales, el amorío fue calificado por partidarios de Iram como un despropósito.
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“Es una princesa atrapada en una torre que continúa sacrificándose por su gente”, dijo Desmond a la prensa, en su momento. Aún así la mujer recibió amenazas de muerte que intentaron deslegitimarla.
“Él es originario de Goa (estado indio) pero es un ciudadano británico. Es por eso que están en contra de la relación”, aseguró al medio ‘Calcutta Telegraph’.

Irom tenía una sonda en su nariz para recibir alimentos.
AFP
No atendieron su llamado: más de 14.000 horas o cerca de 6.000 días permaneció retenida en la entidad hospitalaria. En total, 16 años tuvo una sonda en la nariz.
A pesar del eco que había tenido su movimiento, dio por terminada la huelga en agosto de 2016 sin que la ley siquiera hubiera sido modificada en el parlamento indio.
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Ese año tomó otro caminó. Quería tener una silla en el Legislativo que le otorgara, aunque fuera un poco, poder y legitimidad. Así que inscribió su nombre en la campaña para derrotar a la política que consideraba “manchada” y “sucia hasta la saciedad”.
“Quiero entrar en política como se me ha llamado: la ‘dama de hierro de Manipur’. Quiero estar a la altura de ese nombre”, dijo esperanzada.
Todo se fue al piso en cuanto a sus aspiraciones políticas.

Irom no quiere volver a la política luego de ser derrotada en las urnas.
EFE
No resultó ganadora y calificó el hecho como una “humillante derrota en las elecciones”, según comentó en una reciente entrevista para el diario ‘Times of India’.
Abandonó Manipur decepcionada y no ha regresado en los últimos años. Además, se casó con Desmond y tuvo dos gemelas que protege en una casa de la ciudad de Bangalore.
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A pesar de estar ausente de la vida pública, uno de sus planes de vida se mantiene en difundir por el mundo su llamado a la abolición de la AFSPA. Eso sí, no volverá a hacerlo con una huelga de hambre que le provocó, según reveló, varios malestares de salud.
“Quiero trabajar para asegurar la paz y la no violencia”, puntualizó con ahora 49 años.
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