El papa Francisco siguió los consejos de no referirse directamente a la minoría de los rohinyá durante su discurso de este martes a las autoridades birmanas, pero bajo la mirada de la consejera de Estado, Aung San Suu Kyi, pidió el respeto de cada grupo étnico que "sienten como un hogar el país".
En la segunda jornada de su viaje a Birmania (Myanmar), Francisco viajó a la nueva capital Naipydo, una fantasmagórica ciudad en medio de la nada, para reunirse con al presidente birmano, Htin Kyaw, y la Premio Nobel de la Paz y jefa de facto del Gobierno, Suu Kyi.
El pontífice se reunió privadamente y por separado con ambos, unos 15 minutos con el presidente y unos 20 con la jefa de facto del Gobierno, con el telón de fondo de la crisis de los rohinyás musulmanes, a los que Birmania no considera ciudadanos de su país y que ante la última terrible ofensiva del Ejercito en el estado de Rakáin han huido masivamente hacia Bangladés.
Espero que mi visita pueda abrazar a toda la población de Myanmar y animar la construcción de una sociedad reconciliada e inclusiva.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 28 de noviembre de 2017
No hubo palabras sobre el éxodo de los 620.000 rohinyás a Bangladés y las atrocidades cometidas por el Ejercito, como cuentan los supervivientes, pero sí el llamado de Francisco al "respeto por el Estado de derecho y un orden democrático que permita a cada individuo y a cada grupo -sin excluir a nadie- ofrecer su contribución legítima al bien común".
En un país donde el budismo es casi una religión de Estado, añadió que "las diferencias religiosas no deben ser una fuente de división y desconfianza, sino más bien un impulso para la unidad, el perdón, la tolerancia y una sabia construcción de la nación".
Jorge Bergoglio indicó que las religiones "pueden contribuir también a erradicar las causas del conflicto, a construir puentes de diálogo, a buscar la justicia y ser una voz profética en favor de los que sufren".

El papa Francisco da un discurso durante un encuentro con responsables dignatarios de los cuerpos diplomáticos y miembros de la sociedad civil birmana.
EFE / Ettore Ferrari
Además citó el ejemplo de la celebración de la Conferencia de Paz de Panglong, promovida por Suu Kyi, que reúne a representantes de los diversos grupos y destacó que tiene "el objetivo de poner fin a la violencia, generar confianza y garantizar el respeto de los derechos de quienes consideran esta tierra como su hogar".
Más explícita fue Suu Kyi, quien habló antes que el papa y que afirmó que "de los muchos desafíos" que está afrontando el Gobierno "el que ha capturado más la atención del mundo es el del estado de Rakáin" Y al respecto destacó que "el apoyo de los buenos amigos es inestimable".
Efe